Mario Draghi pasa de «salvar el euro» a intentar salvar Italia de la crisis tras la abrupta caída de Conte


Italia no se lleva bien con la estabilidad política. Para muestra un botón: va a cambiar de primer ministro y de Gobierno, en la peor crisis en décadas y teniendo que gestionar la partida más grande de los fondos de recuperación. Cae Giuseppe Conte y llega Mario Draghi. El expresidente del BCE ha recibido el encargo del presidente de la República, Sergio Mattarella, para formar un Ejecutivo técnico que saque al país de los problemas. Para Mattarella, sería «una catástrofe» ir ahora a elecciones.

¿Quién llega al poder en Italia? Para muchos, el «salvador del euro». Mario Draghi, que presidió el Banco Central Europeo entre 2011 y 2019 fue un nombre clave en la anterior crisis económica. «Lo que sea necesario», dijo que haría para sostener la moneda única en los peores momentos hasta entonces conocidos para Europa. Y lo logró. Ahora el reto es si cabe más complicado. Italia tendrá acceso a 209.000 millones de fondos europeos del EU Next Generation, la mayor partida de todos los Estados miembros y en manos de Draghi estará gestionarlo.

El que presumiblemente será nuevo primer ministro fue una de las figuras fuertes durante la crisis de 2008, junto a otras como Angela Merkel o Christine Lagarde, pero también es para muchos uno de los culpables de la crudeza de la crisis griega. En todo caso, el terreno actual no es nuevo para él, y eso tranquiliza en Bruselas. Para la UE es clave que Italia logre cierta estabilidad, al menos dentro de las características particulares de su política.

«Ganar a la pandemia y relanzar al país. Confío en que la unidad surja del enfrentamiento«, sostuvo Draghi tras recibir el encargo. De todos modos, no tendrá sencillo sumar los suficientes apoyos. Mattarella ha llamado a un Gobierno de «emergencia» y mantener las elecciones cuando corresponden, dentro de poco más de un año.

El Partido Democrático, actual socio de coalición con el M5S, sí parece más abierto, atendiendo «al bien común del país», según su secretario general, Nicola Zingaretti, que no ha llegado a confirmar el sí a Draghi. Tanto el PD como el M5S habían dado su apoyo a Giuseppe Conte y se habían manifestado en contra de convocar elecciones anticipadas.

En cambio, el ex primer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva, ha llamado a «todas las personas de buena voluntad» a aceptar la propuesta de Mattarella, ya que considera que «es el momento de los constructores» para salir de la actual crisis política en el país transalpino, informa la cadena Sky.

La otra salida son las elecciones, que según las encuestas solo les benefician a los partidos de ultraderecha. Tanto la Lega como Fratelli D’Italia prefieren el paso por las urnas porque, parece, saldrían reforzados. El último gobierno técnico, el de Mario Monti, terminó en 2013. Ahora Draghi tendrá que buscar unos apoyos nada sencillos. Por ejemplo, necesitaría los votos de los populistas del M5S, principales valedores de Conte y, en sus inicios, nada amigos del establishment, al que teóricamente puede representar el expresidente del BCE.

Renzi hizo caer el castillo

Pero, ¿cómo ha llegado Italia a este punto? Pues, realmente, casi por puro capricho de Matteo Renzi. Todo empezó con él, que sigue en pie a pesar de no alcanzar el 7% de voto en los sondeos. El líder de Italia Viva se propuso dejar caer a Conte, y lo ha hecho. El ex primer ministro retiró el apoyo al Gobierno, iniciando la crisis institucional. Giuseppe Conte salvó entonces la moción de confianza en el Congreso, pero se quedó en la mayoría simple en el Senado y después no ha recabado los apoyos necesarios.

El giro de Renzi fue simplemente para buscar espacio mediático. Durante unos días lo consiguió y no necesitó disimularlo. De hecho, dejó la mano tendida para formar otro Gobierno, incluso con el propio Giuseppe Conte como primer ministro. Pero el movimiento ya estaba hecho. Mientras, Salvini y Meloni caminan sobre terreno abonado para ellos, entre críticas al resto de partidos y buscando ponerse en cabeza de la carrera electoral. Una carrera que Mattarella no quiere ni que se inicie.

Italia camina en terreno pantanoso, y no está claro que alguna vez haya dejado de hacerlo. Desde 2013 no tiene un primer ministro que haya sido candidato a las elecciones y Conte ha sido el undécimo primer ministro más duradero de la República Italiana, por detrás incluso del propio Renzi, que le ha abocado al precipicio. Paradojas de la política.



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