Los hondureños acuden a las urnas en medio de incertidumbre y problemas sociales
Tegucigalpa, (EFE) .- Más de 5 millones de hondureños están convocados a votar este domingo en las undécimas elecciones generales desde el regreso, en 1980, del orden constitucional al país, donde 40 años después la pobreza, el desempleo, la inseguridad y la corrupción, entre otros flagelos, se han agravado.
En la contienda participarán catorce partidos políticos y doce candidatos presidenciales, de los cuales el actual alcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, del gobernante Partido Nacional, y Xiomara Castro, líder del Partido Libertad y Refundación (Libre), en alianza con el Partido Nacional. Oposición Unión de Honduras (Unoh), son los candidatos con mayores posibilidades de victoria, según las encuestas.
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En tercer lugar se encuentra Yani Rosenthal, del Partido Liberal, que se escindió tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009 del entonces presidente Manuel Zelaya, esposo de Xiomara Castro y quien llegó al poder el 27 de enero de 2006 bajo la bandera de ese partido. misma institución política centenaria.
Tras el golpe, Zelaya se retiró del Partido Liberal y desde 2011 es el coordinador general de Libre, con cuyo emblema su esposa busca, por tercera vez consecutiva, ser la presidenta del país.
LAS DOS FUERZAS PRINCIPALES DICEN QUE GANARÁN
Los hondureños llegan a las elecciones del domingo en medio de la incertidumbre y el temor de que se produzcan actos de violencia con cualquier candidato presidencial que gane y agobiados por la pobreza, el desempleo, la inseguridad, la corrupción, el narcotráfico, la mala educación y la salud, entre otros flagelos de la vejez que los gobernantes. de los últimos 40 años no se han resuelto.
Los activistas libres dicen que, según sus propias encuestas, están catorce puntos por delante de Asfura, cuyos activistas también aseguran que el Partido Nacional ganará las elecciones con una diferencia similar a lo que dicen los seguidores de Castro.
El temor de muchos hondureños es que haya violencia, como ocurrió luego de las elecciones de noviembre de 2017, cuando el actual presidente del país, Juan Orlando Hernández, fue reelegido como titular del Partido Nacional, que lleva tres años en el poder. términos consecutivos.
«Tememos que haya violencia, que se queme nuestro negocio», dijo a Efe José Raudales, dueño de un pequeño café ubicado en una importante zona comercial de Tegucigalpa.
En el momento de hablar con Efe, Raudales acababa de citar materiales para la protección de la fachada de su negocio «para estar preparado por si los que pierden vengan a destruir».
La violencia tras las elecciones de 2017 surgió tras las denuncias de Xiomara Castro y otras fuerzas opositoras que Hernández había ganado con “fraude”, además de haber buscado la reelección aun cuando la Constitución no lo permite de ninguna manera, aunque él miró. para ella después de una interpretación del Supremo.
Los analistas coinciden en que la violencia podría estallar nuevamente en el país, porque si Asfura o Castro ganan, ninguno estará dispuesto a reconocer el triunfo del otro, solo si la diferencia del ganador es irrefutable, como una ventaja del cinco% hacia arriba.
Castro también perdió las elecciones de 2013, con «fraude», según ella, contra el Partido Nacional, liderado por Juan Orlando Hernández, cuyos opositores han venido alegando que pretende permanecer más tiempo en el poder, lo que ha negado reiteradamente y ha Dijo que lo entregará el 27 de enero de 2022, «al ganador».
EL REGRESO AL ORDEN CONSTITUCIONAL NO HA REPRESENTADO PROGRESO
Más de 5 millones de los 9,5 millones de habitantes de Honduras han sido convocados a las elecciones generales del domingo, país que volvió al orden constitucional en abril de 1980 tras casi 20 años de regímenes militares.
Los hondureños votarán para elegir un presidente, tres vicepresidentes, 298 alcaldes municipales, 128 diputados al Parlamento local y 20 al centroamericano.
Entre los hondureños y la comunidad internacional, que sigue de cerca el proceso, surgió incertidumbre, e incluso dudas sobre si habría o no elecciones, producto de la campaña de enfrentamiento e incitación al odio entre las principales fuerzas políticas en contienda.
El temor a un eventual estallido de violencia después de las elecciones hizo que muchos hondureños corrieran a los mercados populares y supermercados para abastecerse de alimentos, agua y otras necesidades.
Luego de 40 años del retorno al orden constitucional y diez elecciones generales, de las cuales cinco fueron ganadas por el Partido Liberal y cinco por el Partido Nacional, los hondureños no han visto los cambios que esperaban, ni se han cumplido todas las promesas que les hicieron.
Hace 40 años la pobreza afectaba al 60% de la población, hoy más del 70% de los hondureños son pobres, según fuentes públicas y privadas.
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