los expertos se dividen sobre quién ganará mientras los jóvenes quieren la victoria del partido del burro


Elefantes contra burros. Republicanos contra demócratasLa última semana que resta para las elecciones presidenciales de Estados Unidos pueden ser de infarto. Las encuestas vaticinan una victoria de Biden, pero también lo hicieron en 2016 con Clinton, y algunos de los estados clave están muy reñidos. Los jóvenes consultados por este diario tienen puestas sus esperanzas en el candidato demócrata, pero los expertos, en cambio, no se ponen de acuerdo en quién ganará y sus argumentos dejan claro por qué.

«A priori creo que va a ganar Biden, creo que tiene más posibilidades», dice Juan Tovar, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Burgos y en la Autónoma de Madrid. «Con toda prudencia, creo que va a ganar Trump», afirma Óscar Elía, director del grado de Filosofía, Política y Economía de la Universidad Francisco de Vitoria. Ambos coinciden, en cambio, en ser prudentes porque todo puede pasar.

«El voto popular se lo va a llevar Biden, la cuestión está en los estados clave, donde los márgenes son tan pequeños», explica Tovar, que considera la gestión de la pandemia un factor muy importante en estas elecciones porque un grupo de población muy afectado como son los mayores de 65 años son también una parte muy importante del electorado que le hizo ganar a Trump en 2016. «Perder ese sector de la población podría ser determinante», apunta.

Elía, en cambio, cree que la gestión del coronavirus no le pasará factura al actual presidente. «La responsabilidad de la gestión de la covid está repartida porque muchas competencias son de los estados y muchos de los más afectados son demócratas, como el de Nueva York», argumenta.

Mientras para Tovar, los cuatro años de gobierno de Trump suponen un punto en contra, Elía considera que juegan a su favor porque, más allá de todas las polémicas, «ha tenido una presidencia tranquila». Esto es, explica, «que las catástrofes que el partido demócrata preveía no se han sucedido, la economía ha mejorado, los ciudadanos conocen mejor a Trump y parte de ese rechazo ha tendido a desaparecer».

«Trump representa para mí miedo, división y un futuro para EE UU que no es el que yo quiero»

No opinan así los más jóvenes. Marcela y Mallory, dos estadounidenses de 22 y 26 años, respectivamente, que viven en España, creen y esperan que en esta ocasión sean los demócratas quienes puedan celebrar el resultado después del 3 de noviembre aterrorizadas ante una nueva victoria de Trump. «Trump representa para mí miedo, división, representa un futuro para EE UU que no es el que yo quiero. Es una parte oscura», señala Mallory.

Ambas han emitido ya su voto en el consulado y las dos lo han hecho por Biden, al igual que la mayoría de los jóvenes de su entorno. «Creo que es un buen candidato con bastante experiencia, bastante centrado y con un buen plan para el país», dice Marcela, aunque reconoce que el candidato demócrata puede ser «demasiado conservador para el país que hay ahora, volcado en el movimiento Black lives matter«. 

La gente de su edad, dice, prefería a su contrincante Bernie Sanders, por ser más de izquierdas, pero asegura que los votantes demócratas se van a volcar este año en las urnas para evitar que se repita la historia de Clinton, que perdió las elecciones pese a tener las encuestas a su favor y recibir tres millones más de votos que Trump.

Entre los motivos que avalan su esperanza en la victoria de Biden está el paquete de ayudas que quiere ofrecer a los ciudadanos para solventar la crisis del coronavirus y su tono moderado. «La gente piensa más en Biden porque tiene en mente dar más ayudas económicas», opina Marcela, que defiende que «hay gente de derechas a la que no le gusta Trump», por lo que puede arañar votos entre su electorado.

Mallory, por su parte, cree que Biden «es un político que puede traer más paz a EE UU» y confía en las encuestas porque, según dice, han modificado el sistema de preguntas y pueden ser más fiables que las de 2016. «Tengo que dormir así que quiero creer. Tengo miedo de que fallen pero también esperanza».

Lo mejor de Trump, la gestión económica. Lo peor, «ser Trump»

Según las encuestas, lo que más valoran los ciudadanos de Trump es la gestión económica de los últimos 4 años, mientras que Biden consideran que habría hecho una mejor gestión de la crisis del coronavirus. En los mítines que celebra cada uno es clara la distancia que separa a ambos candidatos en cuanto a esta cuestión. Si Trump, recién curado del coronavirus, sigue dejándose ver en actos multitudinarios y sin mascarilla, Biden celebra actos con mucha distancia de seguridad y ataviado con este sistema de protección.

Tanto Tovar como Elía coinciden en que la reducción del paro juega a favor de Trump y el «no haberse metido en guerras». «Puede presumir del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre algunos países como Israel y Emiratos Árabes, o entre Serbia y Kosovo», apunta Tovar, que añade, además, la importancia de tener una base sólida de votantes y un electorado más entusiasta y dispuesto a movilizarse, pero también el nombramiento de jueces.

En contra tiene «ser Trump», según el mismo experto, y ser «una figura divisiva incapaz de unir al país». A su juicio, la gestión de la crisis del coronavirus ha podido hacer mella en la imagen de Trump, una opinión que no comparte Elía, que destaca más bien que de sus cuatro años en el cargo se puede hacer un balance sobre lo que ha hecho y lo que no.

La moderación es el punto fuerte de Biden; el débil, su edad

En el caso de Biden, los dos comparten que su moderación y la idea de una presidencia tranquila son es lo que más tiene a favor, además de la posibilidad de aunar el voto de toda la izquierda y no haber cometido errores durante la campaña, al menos hasta el momento. «Eso puede compensar su debilidad, la imagen que tiene de hombre mayor y relativamente frágil», afirma Tovar.

Elía coincide en que ese es el punto más débil del candidato demócrata, que, no obstante, juega con la ventaja de haber sido el vicepresidente de Obama y considera que Kamala Harris, su vicepresidenta si finalmente llega a la Casa Blanca, supone una cierta ventaja por ser mujer, afroamericana y joven.«Supone una ventaja, pero también despierta las sospechassobre quién será quien realmente gobierne ante la fragilidad de Biden».

Marcela va más allá sobre la figura de Harris. Si bien es «una mujer inteligente, negra y de familia humilde», asegura que los jóvenes volcados en el Black lives matter no simpatizan demasiado con ella por su pasado. «Ella fue policía, que ahora no está muy bien visto, y cuando ejercía no protegió suficiente los derechos de los negros», explica.

A favor de Biden podría jugar, en un principio, el bajo nivel de indecisos que se registra en esta ocasión, así como el aumento del voto anticipado, que hace pensar en una mayor participación del sector demócrata.

Biden gana en las encuestas, pero hay muchos estados clave sin dueño

Si bien las encuestas vaticinan una holgada victoria por más de siete puntos de Biden sobre Trump, no son un elemento en el que fiarse puesto que hace cuatro años Clinton vivía la misma situación y terminó perdiendo por los llamados estados clave. Esos son, entre otros, Florida, Pennsylvania, Ohio o Texas. Entre todos los que aún no tienen dueño se reparten 181 delegados que pueden decantar la balanza hacia uno u otro lado.

Para hacerse una idea de lo reñido que está el voto en estas zonas hay que fijarse por ejemplo en Florida, donde Biden lleva una ventaja de apenas un 2,1% debido al peso de cubanos y venezolanos que apoyan la política de mano dura del presidente hacia los gobiernos de sus dos países.

Florida, que no tiene un patrón de voto fijo, votó por Obama en las dos elecciones presidenciales en las que participó, pero en 2016 el ganador resultó Trump, aunque fue por unos 100.000 votos de diferencia sobre la demócrata Hillary Clinton, por lo que hasta el último momento será un estado sin dueño.

De esta forma, los dos candidatos se la juegan en unos pocos estados en esta última semana. «Tal y como es la vida política americana puede pasar de todo», sentencia Elía.



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