Los eurodiputados responden: qué lecciones ha aprendido la UE con la pandemia y qué retos tiene por delante



El Parlamento Europeo acoge este miércoles el debate sobre el estado de la UE y cinco eurodiputados españoles atienden a 20minutos para abordar los retos y las lecciones que sacado la Unión de una pandemia que no se ha superado y que exige una respuesta común. Las cuatro preguntas que han contestado son las siguientes:

1- ¿Qué lecciones ha aprendido la UE con la pandemia?

2- ¿En qué aspectos o medidas se deben centrar los fondos de recuperación de la UE?

3- ¿Cómo queda la posición de España en la Unión después de todo?

4- Más allá de la covid-19, ¿qué retos se le presentan a la UE en el corto, medio y largo plazo?

1- La necesidad de incrementar y mejorar la cooperación entre todos los estados miembros y entre las instituciones de la UE tanto a nivel sanitario (en aspectos como el abastecimiento de material o la obtención de vacunas, entre otros) como para gestionar las consecuencias del virus en la economía, el mercado interior y la movilidad en el espacio Schengen. La imposición de medidas unilaterales como cuarentenas o restricciones a los viajes no es positiva y debería corregirse y la UE debe tener más competencias de salud para ser más eficaces.

2- Como dijimos durante la negociación de estos fondos, que ha liderado el Partido Popular Europeo, deben centrarse en reactivar la economía y en la creación de empleo, prestando atención a los sectores más afectados, como el turismo, y a los colectivos con más necesidad de apoyo, como los trabajadores autónomos y las familias con menos recursos. Nadie debe quedar atrás.

3- España es un gran país que tiene ahora un mal gobierno. Los españoles siempre demostramos nuestra fortaleza en las crisis; somos un país solidario, emprendedor y trabajador que sabe levantarse y superar las dificultades. Pero por desgracia, la actuación del gobierno no nos deja de momento en una buena posición.

4- La absoluta prioridad es la gestión de la pandemia, porque tiene implicaciones en todos los ámbitos. Pero también es fundamental lograr un buen acuerdo para España en la reforma de la Política Agrícola Común (en la que nos arriesgamos a perder fondos por la ineficiencia del gobierno de Sánchez); y pactar un acuerdo con Reino Unido para un brexit ordenado.

1- Creo que todos, las instituciones, los Gobiernos y las personas hemos aprendido y nos hemos transformado con esta experiencia, que sin duda, marcará un hito en nuestra memoria personal y en nuestra historia común. Hemos aprendido que tenemos que estar unidos y ser más fuertes y más resilientes, es decir, tenemos que superar las debilidades estructurales de nuestros sistemas productivo, social y sanitario, para ser capaces de afrontar situaciones inesperadas y adaptarnos a ellas. Por eso, necesitamos emprender reformas e inversiones que aborden nuestras debilidades y nos hagan menos dependientes del exterior.

2- Los fondos de recuperación deben servirnos, por un lado, para avanzar en los objetivos que nos habíamos marcado ya antes de la pandemia y, por otro, para preparar el camino de la siguiente generación, de modo que no se convierta en la “generación del confinamiento” y se vea permanentemente afectada por el impacto de la covid-19.

3- España ha demostrado en esta crisis ser un actor esencial en la escena europea. Desde los primeros momentos de la pandemia, el presidente Pedro Sánchez ha ejercido un papel de liderazgo que nos ha llevado a una decisión histórica en el proceso de integración europeo, como ha sido la aprobación de un programa masivo de inversión, el Plan Marshall -que el presidente del Gobierno fue el primero en formular- y una emisión de deuda común, que supone un salto cualitativo en la historia de la UE.

4- Además de la pandemia, ahora mismo tenemos una cuestión acuciante, que es la situación postbrexit, que estará sobre la mesa durante los próximos meses y a la que debemos hacer frente de manera prioritaria. Y también a corto plazo se tiene que producir la reforma de la PAC, que es fundamental para nuestro país.

1- La UE está aprendiendo varias lecciones, algunas dolorosas y otras positivas. Ha aprendido el coste de no desarrollar alertas comunes tempranas ante amenazas globales, y también el lado amargo de las relaciones insolidarias, como el muro con el que topó Italia cuando pidió, y no consiguió, ayuda de algunos socios de la UE en el comienzo del brote. Ha aprendido que hay que mantener y aumentar las inversiones en ciencia e investigación, y que hay que ayudar a desarrollar sistemas sanitarios de primer orden.

2- Es fundamental una tregua política, tirar a la basura la pelea partidista que nos bloquea desde hace casi cinco años y que acordemos invertir estos fondos en cinco objetivos claves para España: crear empleo de calidad para la era digital, transformar España en una referencia mundial en educación, aprovechar la transición ecológica para liderar la economía verde, devolver a nuestra sanidad su posición de liderazgo mundial y tener una administración digital, eficaz y transparente.

3- España, que presenta malos números en comparación con la UE tanto en la primera oleada de la pandemia como en la segunda, se juega mucho en las próximas semanas y en los próximos meses. En las próximas semanas, antes del 15 de octubre, debe presentar a Bruselas un plan de reformas e inversiones. Si no se indican objetivos, plazos de aplicación y cálculo de costes, los proyectos no saldrán adelante. Si no hay reformas y si esos proyectos se apartan de las prioridades europeas –economía verde, transformación digital, sanidad— España quedará en una mala posición y, lo que es peor, será más difícil o imposible acceder a los fondos de Bruselas.

4- Algunos retos tienen que ver con una consecuencia negativa del esfuerzo extraordinario de la ayuda para la reconstrucción: que se utilice para recortar el presupuesto para los próximos siete años en partidas nucleares de la UE, desde la PAC hasta los fondos regionales y sociales, pasando por la investigación.

1- Principalmente tres. Primero, que hay retos que no entienden de fronteras, y que por tanto somos interdependientes, compartimos vulnerabilidades y estamos expuestos a problemas que sobrepasan las respuestas nacionales. Segundo, que estos retos no afectan a todos de la misma manera: el impacto y la capacidad de respuesta pública depende de la fortaleza que tenga cada Estado de bienestar. Las medidas de urgencia no son suficientes para paliar años de recortes. Esto ya lo aprendimos en la anterior crisis, pero algunos han preferido olvidarlo. Por último, que la respuesta económica no puede ser como la de 2008.

2- La prioridad inmediata debe ser la inversión en servicios públicos y protección social: tenemos que reparar los estragos de la última década, combatir las consecuencias de la pandemia y seguir conquistando derechos. En paralelo, el país debe afrontar un cambio profundo de su modelo productivo hacia uno social y ecológicamente más justo y sostenible.

3- España sí ha defendido estos intereses en el acuerdo para el fondo de reconstrucción, y ha peleado para que los mecanismos de financiación sean notablemente diferentes a la anterior crisis: con una emisión de deuda conjunta y con un equilibrio entre transferencias directas y préstamos. Mientras tanto, el PP se ha dedicado a jugar contra los intereses de España para intentar desestabilizar al Gobierno, en un ejercicio de deslealtad e irresponsabilidad vergonzoso.

4- La pandemia ha amplificado retos que ya estaban pendientes: crisis climática, crisis de refugio y de derechos humanos (la situación del campo de Moria es la enésima vergüenza en ese sentido), desigualdades entre países y dentro de ellos (alimentadas por la lacra de los paraísos fiscales), movimientos reaccionarios a escala internacional, degradación del Estado de Derecho en Hungría y Polonia, opacidad en la toma de decisiones, con un Parlamento Europeo prácticamente atado de manos frente al Consejo y la Comisión… La Unión tiene que mirarse al espejo y decidir hacia dónde quiere dirigirse.

1- Es temprano para hablar de lecciones cuando aún estamos en plena crisis. Nos falta perspectiva histórica. En todo caso, lo que sí que sabemos es que cuando la pandemia llegó a la Unión Europea vimos como, de facto, esta desapareció. Esto es un hecho sobre el cual debemos reflexionar y nos debería preocupar. Ante una de las mayores crisis, los Estados europeos levantaron sus fronteras y no existió un procedimiento de coordinación efectivo entre ellos.

2- Ciertamente, no tenemos perspectiva histórica de la actual crisis, pero si la tenemos de la crisis financiera del 2008 y hemos sacado lecciones. De la anterior crisis aprendimos que la austeridad y la condicionalidad en forma de intereses no es la solución. No podemos volver a épocas en las cuales se salvaban a los bancos mientras se dejaban caer los sistemas del bienestar.

3- Creemos que el de los fondos es un acuerdo de mínimos y que por sí solo no servirá para superar la actual situación. El dinero que llegue de Europa no será la panacea ni la cura de todos los males, hay que tenerlo claro. Y también pienso que hay que tener en cuenta cómo y quién va a gestionar estos fondos a nivel del estado español. Desde mi punto de vista, sería un error que el Estado volviera a asumir la gestión de la crisis de forma centralizada; ya hemos visto las consecuencias de las políticas recentralizadoras durante la pandemia.

4- Los retos de la UE son muchos y muy diversos y es complicado (por no decir imposible) hacer una lista como tal. Por ejemplo, los refugiados siguen llegando a nuestras fronteras en busca de un futuro mejor y la UE sigue sin tener una respuesta a esta situación basada en el respeto a los derechos humanos; las desigualdades dentro de nuestras sociedades van en aumento; la salida al brexit sigue al aire; es necesario un Pacto Verde Europeo que consiga resultados ambiciosos; hay que repensar el papel global de la UE en un mundo cada vez más polarizado; etc.



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