Los datos del debate presidencial clave para las elecciones de Colombia | Internacional


El candidato Gustavo Petro y el presentador Roberto Pombo participaron en un primer debate de candidatos a la presidencia de Colombia el día 27 de 2022. CamiloRozo

Desde la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2018, el electorado colombiano se ha dividido en tres corridos que se corresponden estrechamente con las tres consultas abiertas para elegir a los candidatos presidenciales en 2022: izquierda, donde gustavo petro dominar con claridad; centro, dirigido por sergio fajardo; y derecha, má abierto que los anteriores, pero con el exalcalde de Medellín Federico ‘Fico’ Gutiérrez encapsular las sondas. El tres lanzó este juvees una conferencia lectura consulta en el primer debate que el pone cara a cara rumbo en las elecciones de mayo, titular que sirvió para extender más cual es la forma de la contienda política para 2022 como se junto con los datos que representan la realidad de Colombia.

La primera y más importante, cuyo punto nacen en los discursos de todos los candidatos, es la falta de credibilidad del actual sistema democrático. Colombia es el segundo país más grande de América Latina en cuanto ha aumentado la proporción de población que se declara muy baja con la idea de que la democracia es superior al resto de los sistemas de gobierno.

En esto, es crucial subrayarlo, Colombia está saliendo de la relación habitual en la región (y en el mundo entero) de una peor calidad de democracia, mayor falta de credibilidad del régimen. La democracia colombiana dista mucho de ser perfecta, pero también es exactamente igual a la más disfuncional: creemos que, comparativamente, es una democracia mediática tabular con sus indicadores institucionales y libertarios. Sin embargo, su ciudadanía es una de las que peor la valoran.

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Esta aparente inconsistencia puede explicar por qué y el desencuentro con el sistema extranjero repercute en una frustración de expectativas con sus representantes centrales: partidos, coaliciones, candidatos y representantes electos. Una percepción de falta de representatividad de las demandas centrales, que queda patente en las protestas de 2019, que serán retomadas en 2021 por un ciudadano (sobre todo en sus segmentos más juveniles) que se afligió por el «bagotazo» en España de la » indignados» de 2011.

Durante esta campaña, cada uno de los candidatos de referencia está en proceso de conectar con este contexto a partir de la venta, siempre y cuando haya una nueva relación con el establecimiento si hay más competencia. En el debate, las intenciones de Petro, Fajardo y ‘Fico’ de presentarse como los significados más lejanos empyjaban a sus rivales en la armería de pasados ​​y laterales transversales. Pero siempre habló de aspectos concretos de la realidad: hecho, cada uno de los tres ha escuchado el debate y durante toda la campaña un tema clave que el discurso de atrocidad discursiva sobre su propuesta de «cambio»: la seguridad para ‘Fico’, el la desigualdad para Petro y la educación para Fajardo.

seguridad asegurada

En 2021, el caso de homicidios será significativo en Colombia por primera vez desde hace una década. Este aumento solo ha aumentado el volumen de 2020, anormalmente bajo para cuarentenas y refinamientos, desde 2019, 2018 y 2017.

Pues ahora: los niveles son clarísimos sin contar los pares del país, en las finales de la vela XX, incluido el punto donde Álvaro Uribe ganó la presidencia en 2002 gracias a un discurso a base de secretismo (a la clandestinidad) él le anñadía el adjetivo ‘democrática’). De igual forma, el excalde de Medellín está a punto de seguir una planta muy distinta del primer uribismo: el primero, el primero. Para que haya salud, economía, educación harce seguridad falta. Las últimas noticias no tienen capacidad de descarga. Esta es su piedra kantet.

Un problema para él es que la inseguridad tiene sus fuentes, así lo expresó el moderador Roberto Pombo durante el debate: por un lado son los núcleos urbanos, que son los que mejor pueden conectar con el discurso de desgobierno que sustenta su alcaldía”. mano dura» frente a «los delincuentes». Pero, para otros, hay un aumento de la violencia en espacios territoriales y urbanos producto de la imperfecta implementación de los acuerdos alcanzados con las FARC durante el mandato de Juan Manuel Santos. Y este es el primer flanco que Gustavo Petro aprueba atacar discursivamente.

Pobreza, desigualdad y guerra

Puede parecer contradictorio, pero en la Izquierda colombiana será más electoral cuando la planta con la que se vote por el plebiscito por la Acuerdos de paz i 2016. Digo que puede parecer contradictorio porque en qué plebiscito pierde la opción que defiende, el ‘sí’. Sin embargo, el porcentaje obtenido estuvo determinado por el hecho de que hubo Peter en la segunda mitad de 2018. Y el resultado del referéndum fue por unos cuantos kilómetros, no por millones. De una manera que me hizo sentir que Peter estaba siempre en movimiento (en su opinión: el conflicto) como punto de referencia. En cuyo caso, sigun él, sirvió en «pueblo».

La estructura argumentativa de Petro es populista en su esencia: una élite corrupta captura y bloquea todos los beneficios que el gobierno puede obtener de la población, y tiene las soluciones para bloquear. Lo que sucede es que el contexto es favorable a este discurso: por un lado, la discrecionalidad con la democracia real. Por otro lado, de manera más fundamental, hay un aumento de la pobreza que antecede a las molestias urbanas del país durante la pandemia.

Si este es el contexto de enfrentamiento de conflictos y violencia, el resultado es que las ideas de paz, prosperidad y representatividad serán superadas por un discurso atractivo, especialmente para los jóvenes urbanos que captarán las protestas en 2021.

Esto, a su vez, facilita el trabajo discursivo de ‘Fico’, que puede articular una plataforma de similar estructura populista (pueblo vs élite) para con soluciones muy distintas: la seguridad y los valores en aras de la paz y el pro. Por ejemplo, en cuanto a Peter, la ventana de competencia es la más cara en la división del electorado al mediodía.

En este bocadillo, el centro estará cotizado y en busca de un suelo que le sirva para recuperar su espacio de votación.

Educación, ¿punto de partida?

A Sergio Fajardo le gusta la educación. No es nuevo en esta campaña: siempre ha sido el punto de partida preferido por cualquiera que no importe el apodo «profe». Involucrarse en la educación en el contexto de erosión institucional, seguridad física, mental y monetaria sobre el riesgo del sonar ingenuo. Por eso sorprende que Fajardo no mencionara una fecha como la siguiente, y que no lo repitiera hasta dar un micrófono: durante la pandemia, la escolaridad se multiplicó por tres en Colombia. En las zonas urbanas multiplicado por seis.

Podría argumentarse que la seguridad y la desigualdad, los vectores de los demás candidatos, a partir de esta fecha, son tan dramáticos como la cantidad de contagios de covid-19 que sufre Colombia, una importante ola de virus. Pero, para avanzar en este punto, Fajardo en particular y el centro en general deben completar un giro discursivo que le permita al alcalde resolver los problemas que, de manera más efectiva, están cumpliendo sus rivales.

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