Los cinco grandes errores que han condenado a Alemania en su lucha contra el coronavirus

Alemania pasó de ser un referente en la lucha contra el coronavirus a verse desbordada por los miles de casos diarios y, especialmente, por un número de muertes que llegaron a provocar las lágrimas durante una comparecencia de la canciller, Angela Merkel, que dio la vuelta al mundo.

Sus registros de fallecidos diarios asustan y se han convertido en uno de los asuntos más comentados de las últimas semanas al comprobarse cómo se han sucedido días de rozar (si no sobrepasar) el millar de muertos por la Covid-19.

¿Qué ha llevado a Alemania a este agujero? Desde el Deustche Welle ya advertían de que Alemania había dejado de ser el modelo europeo de gestión de la Covid-19 para pasar a convertirse en todo lo contrario desde el momento en que Merkel se vio obligada a imponer un confinamiento duro de cara a la Navidad.

Lo primero que se comprobó es que la labor de rastreo había fracasado por completo. También la aplicación Corona-Alarm, en la que se habían invertido 69 millones de euros.

En segundo lugar, ha quedado patente que la protección a la ciudadanía no ha sido la acertada y que los grupos de riesgo han quedado desprotegidos. La edad media de los centenares de fallecidos diarios es de 83 años.

La división absoluta en la toma de decisiones ha sido otro de los grandes fracasos del país, que comprueba como las opiniones expresadas en la Conferencia de presidentes de los Bundesländer quedan cada vez más enfrentadas frente a las opiniones desde el Ejecutivo de Merkel.

Otro de los grandes problemas en la locomotora europea ha sido siempre el déficit de personal médico y sanitario. Un déficit que no ha logrado solucionar y que está llevando a tensionar y ahogar el sistema sanitario germano en las últimas semanas.

Por último, el confinamiento duro ha provocado un daño colateral más grave aún. Muchos enfermos de Covid no están acudiendo a los centros médicos y el control de los contagiados se está haciendo cada vez más difícil al no ser detectados, lo que está provocando cada vez más brotes en el país.