Liga Santander: El Atlético se entierra en su área | Deportes


El fútbol es caprichoso en sus giros. Puede ser tan impredecible que de un juego que nació duro por boca del entrenado pueda brotar otro loco, ignorante de todas las precauciones que se pueden diseñar y escribir en un pizarrón. Arrojó el Atlético una ventaja de dos goles en el tiempo de descuento. Un incunable si se habla de un equipo de Simeone, que se resquebrajó en el centro de una defensa que esta temporada hace aguas. Lo mismo con las jugadas a balón parado que con cualquier centro con alguna intención. La suavidad defensiva del campeón fue la fe del Valencia, resucitado por la sabiduría de Hugo Duro con sus dos goles en la prórroga (91 y 96). Ni el mejor Griezmann pudo evitar el desmayo del colchón.

3

Cillessen, Mouctar Diakhaby, Foulquier, Gayá, Omar Alderete (Manu Vallejo, min.84), Hélder Costa (Hugo Duro, min.84), Uros Racic (Yunus Musah, min.64), Wass (Marcos André, min.64) )), Carlos Soler (Koba Koindredi, min.84), Hugo Guillamón y Gonçalo Guedes

3

Atlético

Oblak, Giménez, Mario Hermoso, Savic, Koke, De Paul (João Félix, min.86), Trippier (Vrsaljko, min.7), Carrasco, Griezmann, Luis Suárez (Héctor Herrera, min.86) y Correa (Kondogbia, min.72)

Metas 0-1 min. 34: Luis Suárez. 1-1 min. 49: Savic (págs). 1-2 min. 57: Griezmann. 1-3 min. 59: Vrsaljko. 2-3 min. 91: Hugo Duro. 3-3 min. 95: Hugo Duro.

Árbitro César Soto Grado

Tarjetas amarillas Hugo Guillamón (min. 75), Vrsaljko (min. 89), Yunus Musah (min. 93) y Griezmann (min. 94)

Valencia y Atlético aceptaron el partido sindical diseñado por sus entrenadores. Primero la lucha por los espacios, luego la pelota. Es una tendencia en la era de Simeone encogerse unos metros cuando percibe debilidades defensivas en su equipo. Y este curso el técnico argentino tiene motivación más que suficiente para sospechar que por ahora lidera al equipo menos sólido en sus 10 años como técnico rojiblanco. El final del encuentro lo reafirmó.

Cuando Simeone opta por fortalecer el esqueleto, intenta más alinear a jugadores que cree que le darán trabajo que poner cemento, que ya no tiene tanto como antes. Y ahí, Correa y Griezmann Están por delante de João Félix en el pensamiento de su entrenador. Así que preparó a su equipo para la hormigonera que había diseñado Bordalás. Un duelo de desgaste, sin tregua de la tarea. De ahí nació una primera media hora plana, con mucho choque y poco toque, de la que Trippier se lesionó con un hombro dislocado. Vrsaljko entró en acción.

A la espera de que un error abriera una laguna jurídica, no hubo desmayo en ese fútbol de break and tear. Valencia apoyado por Guillamón y Atlético por De Paul, que tiene tanto juego como lucha. Sin apenas concesiones a su rival, Soler y Guedes anulados, el campeón empezó a imponerse en la batalla y también a girar más pases. El Atlético cumplió con una ley natural del fútbol. Cuando hay movimiento y precisión en el pase, aparece el gol. Griezmann, Correa y Luis Suárez se juntaron en medio del pasillo de seguridad de Valencia. La combinación entre los dos primeros acabó con el perfilado uruguayo para enfrentarse a Diakhaby, quien rompió con cualquier ortodoxia de posición corporal para defender. El medio metro que le dejó a Suárez fue un regalo que no suele desperdiciar. Aprovechó para adelantarle y batir a Cillessen con un toque de interior cruzado que parecía más un golpe corto golf que un tiro. Suave, el balón entró tras rebotar en el interior del poste. No había habido más jugada de gol que ésta y un remate de Correa. En ese partido metálico que se estaba disputando, el destello de juego que produjo el tridente ofensivo del Atlético fue el más bebible que se vio en toda la primera parte.

Pérdida contra

La salida en el entretiempo confirmó esa debilidad defensiva que tanto preocupa a Simeone. Tras otra avalancha de choques, el Valencia consiguió mover el balón de lado a lado hasta que llegó a Helder Costa. El centro de esto recayó en Guedes libre de marca. El portugués, en lugar de reventar el balón, fingió con el disparo para limpiar a Carrasco y soltó una derecha que fue más un pase que un disparo. Oblak logró desviar el balón, que golpeó el pecho de Savic y entró.

El empate animó al Atlético, especialmente a Griezmann, que firmó sus mejores minutos desde su regreso. El francés interceptó en su campo un pase de Racic a Soler y se fue al área de Cillessen sin que un jugador del Valencia lo golpeara. Inclinándose sobre la media luna, lanzó un disparo que voló hacia la escuadra derecha del portero holandés. El gol reunió todo lo que Simeone aprecia del francés, trabajo, verticalidad y contundencia. No se detuvo allí el francés, que no tardó en inventarse un balón sobre la defensa que Suárez no logró completar, impedido por la presencia de Diakhaby. El balón se deslizó entre ellos y fue a parar a Vrsaljko, quien lo empujó por encima de la línea de meta. El gol fue anulado por fuera de juego, pero el VAR rectificó la decisión.

A pesar de la diferencia, Simeone dio señales de que no se fía realmente de la fuerza defensiva de su equipo. Con esa ventaja en el marcador, asustado por un disparo al larguero de Wass, metió a Kondogbia a través de Correa para intentar cerrar el partido. El objetivo parecía cumplido cuando la reunión ya se adentraba en la prórroga. De un liderato de Kondogbia a la contra, nació el segundo gol del Valencia a la contra. Disparo por su banda, Gayà curvó el balón para que Hugo Duro anotara por delante de Mario Hermoso.

Aún quedaban seis minutos. Tiempo suficiente para volver a perforar a este Atlético débil e irreconocible. Una falta lateral enguantada de Guedes la cabeceó en el poste cercano a la altura de la frontal del área chica Hugo Duro. No hubo ni Oblak, ni una de sus defensas para evitarlo. El Atlético de Simeone ha desaparecido de su área.

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