Lesmes advierte que el bloqueo del Poder Judicial supone «debilitar la independencia» de los jueces | España
En el Consejo General de la Judicatura (CGPJ) el criterio ampliado es que ya se han superado todos los límites razonables para su renovación – pendiente desde hace más de dos años y medio – y con el inicio del nuevo curso se intentará redoblar su Esfuerzos para que se llegue a un acuerdo entre el Gobierno y el PP, protagonistas principales de un acuerdo que no se materializa. La semana pasada se abrieron ciertas expectativas ante el aparente acercamiento entre el Ejecutivo y lo popular en algunos asuntos, como la crisis de la repatriación de menores marroquíes en Ceuta y la del Mar Menor en Murcia, pero la relación entre ambas partes sigue sometida a una dinámica continua de dientes de sierra. El PP mantiene la posición de bloqueo institucional, como reiteró este lunes el secretario general de los populares, Teodoro García Egea.
En medio de la dirección judicial, en todo caso, hay consenso para el presidente del Consejo y la Corte Suprema, Charles LesmesIntentar aprovechar cualquier ruptura entre el Gobierno y el PP para impulsar la renovación del órgano de gobierno de los jueces. Lesmes ha preparado desde hace varias semanas el discurso del acto inaugural del año judicial, que se celebrará el próximo lunes, día 6, presidido por el Rey. Y su intervención se centrará, según estas fuentes, en el valor de la independencia judicial en una sociedad democrática. En este sentido, subrayará que la falta de renovación del Consejo implica «debilitar la independencia judicial».
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En su discurso de hace un año con motivo del anterior acto de apertura de los tribunales, Lesmes calificó este bloqueo ante el Rey como una «grave anomalía». Durante todo este período del Consejo del Poder Judicial en funciones, no se ha contemplado la posibilidad de disolución del cuerpo mediante la renuncia de sus miembros ni se ha realizado ninguna declaración pública de su presidente al líder del PP, partido que mantiene la posición de bloqueo. . Lesmes ha preferido actuar con discreción y ha hablado varias veces con Pablo Casado para intentar desbloquear la situación.
En la cúpula judicial se sabe que Lesmes se puso en contacto con el líder del PP hace unas semanas, como adelantó EL PAÍS, para solicitar la máxima colaboración posible en la búsqueda del acuerdo. El Ayuntamiento evita establecer cuotas de responsabilidad por la falta de renovación, pero es consciente de que la flexibilidad de las demandas del PP ayudaría a llegar al pacto. En este sentido, entre los miembros prevalece el criterio de que es aceptable la solicitud de Casado de que los propios jueces – y no los Tribunales – elijan a sus representantes en el CGPJ, siempre que los populares acepten que se lleve a cabo la reforma. realizado sin emergencias; es decir, no necesariamente para esta renovación sino para la próxima.
El presidente de la Corte Suprema enfatizará que es precisamente el órgano de gobierno de los jueces el que debe asegurar la garantía de independencia. El discurso -conocido en sus líneas fundamentales por los miembros del Consejo- apoya la tesis de que el debilitamiento de este órgano constitucional daña al sistema en su conjunto. Según Lesmes, según fuentes cercanas a dichos miembros, el Consejo de la Judicatura debe renovarse y recuperar «la plenitud de sus competencias» lo antes posible, en particular para hacer pendientes de nombramientos para puestos clave en el organismo judicial. La conclusión del discurso es que mantener la situación actual y seguir debilitando al Consejo no es la mejor forma de garantizar la independencia de la justicia.
La principal atribución que ha perdido el Consejo por el pulso que ha supuesto su permanencia en el cargo es la de realizar nombramientos, límite introducido en la ley por iniciativa del Gobierno y que en los próximos meses puede generar graves problemas para garantizar la el buen funcionamiento de algunos órganos judiciales, comenzando por el Tribunal Supremo. De no renovarse, el CGPJ cerrará este año con al menos 46 vacantes por cubrir, incluidos nueve cargos de magistrado en la Corte Suprema -por jubilación o fallecimiento- y seis presidencias de Tribunales Superiores de Justicia.
Fuentes concejales explican que en su discurso inaugural del año judicial Lesmes evitará utilizar un enfoque catastrófico, pero destacará las incertidumbres y distorsiones derivadas de la absoluta excepcionalidad que supone un interino tan largo en el funcionamiento de la institución. En estos medios hay ciertas expectativas de que esta vez el mensaje pueda abrirse camino, y la esperanza se alienta en un acuerdo cada vez que se abre un período de tregua en la tensión entre el Gobierno y el principal partido de oposición. La ministra de Justicia, Pilar Llop, instó este lunes al PP a negociar «sin chantaje» y con «sentido de estado» la remodelación de los órganos. Apenas ayer se cumplieron 1.000 días desde que expiró el mandato del órgano de gobierno de los magistrados, en funciones desde el 4 de diciembre de 2018. El secretario general de lo Popular, Teodoro García Egea, Insistió en que si no se acepta la propuesta de cambiar el método de elección de los miembros del Poder Judicial —Por lo que el PP y el PSOE habían acordado hasta ahora—, «es muy difícil que el Consejo se renueve».
Tanto dentro como fuera del Consistorio siguen pensando que el PP mantendrá su decisión de no favorecer la renovación del liderazgo judicial destacan que la dirección popular sigue considerando conveniente mantener la mayoría conservadora existente tanto en el órgano de gobierno de los jueces y en otras instituciones del ámbito jurídico. Así, se cita que dicha mayoría prevalece, por ejemplo, en el Tribunal Constitucional o en el Tribunal de Cuentas, con mandatos también vencidos y pendiente de que se desbloquee la piedra angular de ese arco del que forman parte, el del Poder Judicial. para dar paso a un acuerdo global o en cadena.
Para los más pesimistas sobre las perspectivas del acuerdo, la tentación del PP puede ser ahora de prolongar el bloqueo, para llegar al mes de julio de 2022 en la misma situación y evitar que se produzca. el Gobierno nombra a los dos magistrados que luego designaría en la Constitución. Para los populares, este nombramiento sería inconstitucional, en la medida en que la Constitución dispone que el tribunal de garantías se renueva cada cuatro años por tercios. La tesis es que si entonces continúa en funciones el Consejo del Poder Judicial -con lo que no pudo nombrar a los dos magistrados que también le corresponden en este turno-, tampoco podría hacerlo el Gobierno, porque el mandato de los relevos de magistrados por tercios .
Mil días de erosión institucional
El bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial alcanzó este lunes uno de esos hitos redondos -mil días- sin señales de resolverse en el corto plazo. El PP, con diversos pretextos, se niega a facilitar la sustitución de los 20 miembros del organismo por mayoría conservadora -reflejo de la mayoría absoluta que obtuvo Mariano Rajoy en 2011- tras expirar el quinquenio en diciembre de 2018. Este fichaje del partido de Pablo Casado, que aplica su capacidad de bloqueo -el Congreso y el Senado nombran a los miembros a partes iguales por mayoría de tres quintos- no solo impide que el Consejo tenga una composición más acorde con la realidad parlamentaria actual. Además, la falta de renovación está erosionando la imagen del Poder Judicial y deteriorando las relaciones entre este Poder y las instituciones políticas.
El Consejo, presidido por Carlos Lesmes desde 2013, tiene actualmente funciones limitadas. El pasado mes de marzo, el Gobierno llevó a cabo una reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial que impide que el organismo haga nombramientos discrecionales de magistrados de la Corte Suprema, ni de presidentes de tribunal o sala, es decir, audiencias provinciales, tribunales superiores de justicia, Tribunal Nacional y Supremo. Tampoco permite la renovación de los dos de los 12 magistrados del Tribunal Constitucional que dependen del Consejo General del Poder Judicial. Desde la expiración de su mandato de cinco años hasta que entró en vigor la reforma que limitaba sus funciones, el Consejo había aprobado más de 80 nombramientos de este tipo. La incapacidad legal para hacer nombramientos mantiene paralizada la dirección judicial e impide, por ejemplo, llenar los puestos discrecionales de magistrados que se están retirando, al mismo tiempo que frustra las posibilidades de que otros progresen en la carrera judicial. Fuentes del Ayuntamiento calculan que a finales de año, si no se consigue la renovación del organismo, se habrán acumulado alrededor de 70 vacantes.
En los últimos meses, la relación entre el Consejo y el poder político, sin romperse, se ha enrarecido. El presidente del Consejo y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, siempre dentro de los límites institucionales, ha ido endureciendo los mensajes a las partes para que acuerden la renovación del órgano. Incluso protagonizó una mediación entre Casado y La Moncloa para que el PP retirara los vetos y permitiera la sustitución de los miembros.
El bloqueo de la renovación del Consejo, para disgusto de los gremios judiciales y de los propios magistrados, espesa la habitual sombra de sospecha de politización de la Justicia. El PP, que ha llegado a exigir al PSOE que excluya Unidos Podemos para llegar a un acuerdo y ha vetado el nombramiento de José Ricardo de Prada, el juez del caso Gürtel, ha evitado la renovación desde hace meses escondiéndose en un cambio en las elecciones de los miembros del Consejo de la Judicatura.
Uno de los momentos más tensos de este proceso se produjo el pasado otoño, cuando el Gobierno llegó a impulsar una ley que rebajara el requisito de apoyo parlamentario para elegir a los miembros del Consejo de tres quintos a la mayoría absoluta. El Ejecutivo guardó esta reforma en un cajón tras las críticas desatadas en la Comisión Europea. / FERNANDO J. PÉREZ