Las ambulancias de Los Ángeles deciden no llevar a pacientes con pocas probabilidades de sobrevivir


La Agencia de Servicios Médicos de Emergencia (EMS) de Los Ángeles, California, ha ordenado a los equipos que están en sus ambulancias que no transporten a los hospitales a pacientes con coronavirus que tengan pocas probabilidades de sobrevivir. La intención, según medios estadounidenses como Univisión o CNN, es conservar el suministro de oxígeno, pues la pandemia se ha disparado en la región en forma de casos, hospitalizados y fallecidos.

Además, la EMS también ha pedido que los pacientes que no logren sobrevivir después de 20 minutos de técnicas de reanimación no sean transportados a los hospitales. En caso de que la persona muera en el lugar, los médicos no podrán derivar el cuerpo del muerto al centro de salud. Los pacientes que sí logran ser llevados al hospital tardan horas en ser atendidos.

Y es que, los casos de Los Ángeles se han disparado. En la actualidad, uno de cada cinco ciudadanos que se somete a una prueba da positivo. En más de un mes, según recoge la CNN, el condado ha duplicado el número de contagios, pasando de unos 400.000 casos el 30 de noviembre a más de 800.000 casos el 2 de enero.

Este diluvio de positivos se ha traducido en hospitales sin hueco y en la reducción a cero de capacidad de las unidades de cuidados intensivos. Ahora hay más de 7.600 personas hospitalizadas con Covid-19 en el condado, el 21% de las cuales están en la UCI, según apuntaron las autoridades el pasado lunes.

«Los hospitales están declarando desastres internos y tienen que abrir gimnasios de iglesias para que funcionen como unidades hospitalarias», señaló la supervisora HildaSolís, calificando la situación de «desastre humanitario».

Por su parte, la directora de salud pública de Los Ángeles, BarbaraFerrer, apuntó que una persona muere ya cada 15 minutos por coronavirus y que la situación empeorará, pues aún no se conocen las consecuencias de las Navidades. 

«Es probable que los aumentos en los casos continúen durante las próximas semanas como resultado de las fiestas y las celebraciones de fin de año y de los viajeros que regresan», dijo Ferrer, que continuó asegurando que «es probable que experimentemos en enero las peores condiciones de las que hemos enfrentado toda la pandemia, y eso es difícil de imaginar».



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