la UE prepara cambios en los límites de deuda y déficit, como pide España


La Unión Europea lleva 24 años con las mismas reglas fiscales. En 1997 los Estados miembros acordaron el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento, por el cual la deuda pública no podía exceder del 60% del PIB mientras que el déficit público no podría ser superior al 3%. Desde entonces, la Unión ha atravesado por dos crisis: la primera, la Gran Recesión del 2008, y ahora la pandemia de coronavirus que ha vuelto a dejar maltrecha la economía comunitaria y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de cambiar las reglas y poner fin a un marco propio de épocas en las que primaba la austeridad.

Ahora mismo las reglas fiscales están suspendidas hasta 2022 y España es uno de los países que más está presionando para que se reformen antes de que vuelvan a entrar en funcionamiento. «Esas reglas no responden, en la práctica, a la realidad de la economía española y de otras europeas. No se adaptan a la realidad económica y financiera actual que ha evolucionado mucho desde que se pusieron en pie», comentó al respecto la vicepresidenta Nadia Calviño.

Para la vicepresidenta, estas reglas son «muy complejas» y se basan en indicadores «que no son observables», por lo que cree que se debe abordar una simplificación y modernización de las mismas antes de que se vuelvan a aplicar. De momento, ha encontrado aliados tanto en Italia como en Portugal, que abogan por un «giro» a los planteamientos que consideran «de otro tiempo».

Una teoría que (casi) nadie cumple

Lo cierto es que en los últimos diez años casi nadie ha cumplido con los porcentajes de deuda y déficit que marca el Pacto. En lo referente al equilibrio presupuestario, Alemania cumplió entre 2011 y 2019: Italia, de 2014 a 2019 y Francia lo hizo en 2017, 2018 y 2019, justo antes de esta crisis 

En el caso de la deuda, solo Alemania cumplió con los límites y sólo lo hizo una vez, en 2019, cuando se quedó en un 59,7%. En el resto de países de nuestro entorno, la deuda nunca se ha situado por debajo del 60% en los últimos diez años.

Otros Estados miembros, como España o Grecia (que en 2020 alcanzó el 205,2% de deuda), no solo no han estado dentro de los márgenes sino que además han disparado sus cifras de déficit y deuda. España, por ejemplo, cerró el año pasado con una deuda de un 120% y con un déficit cercano al 11%.

Hay voces entre los economistas que incluso llaman a suprimir las reglas presupuestarias europeas y sustituirlas por estándares, que sean adaptables a las condiciones de cada Estado miembro de la UE. Desde la Comisión Europea, de hecho, ven «inevitables» los cambios y dan por sentado que la reforma tendrá que abordarse más pronto que tarde, tal como confirmó el comisario de Economía, Paolo Gentolini.

«Es un debate muy amplio, no solo una fórmula matemática»

Gregory Claeys, investigador principal de Bruegel, y Enrique Feás, investigador de Elcano, explican a 20minutos que es «el momento de reformar las reglas fiscales», aprovechando que están suspendidas. 

«Es necesario reformar las reglas fiscales, ya lo era antes de la pandemia», cuenta Claeys, quien cree que deben «ser adaptadas» a los tiempos. Feás, por su parte, coincide en que se necesita «una revisión de las reglas» porque «ya casi nadie las conoce» con profundidad. Eso sí, avisa de que hay «muchos matices» y de que el debate no es tanto «si hay que reformarlas», sino «cuándo y cómo».

Claeys advierte de que hay «diferencias entre países» pero ve el acuerdo «posible», aunque está sujeto a «cambios que se puedan dar a nivel político» en algunos Estados miembros. Pone el foco de hecho en un posible cambio de Gobierno en Alemania, liderado por los Verdes, cuyos planteamientos financieros distan bastante de los conservadores de la CDU. Y es que el partido verde aboga por reformas muy concretas en el plano fiscal de la UE. «La calidad de un presupuesto no puede juzgarse sólo por la regla del 3%, sino también, por ejemplo, por las inversiones que se hacen o las subvenciones que se eliminan’, dijo en una entrevista el responsable de Finanzas de la formación, Fritz Kühn.

«No se trata solo de poner reglas, que son necesarias, sino de hacer un debate más amplio sobre la gobernanza del euro«, prosigue Feás, quien alerta de que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento «no puede reducirse solo a una fórmula matemática». El investigador de Elcano llama a hacer hincapié «en la confianza» hacia el sistema. «La economía es compleja», sostiene, y el objetivo a su juicio debe ser «generar unas reglas y una estructura que genere credibilidad» en todos los Estados miembros. 

En cambio, el exministro y eurodiputado del PP José Manuel García Margallo discrepa. «Es una reforma de un gran calado y el hecho de que ahora estén suspendidas ha ayudado a los Estados miembros», comenta. Pero no cree que haya que reformarlas porque, dice, ya son «suficientemente flexibles» y, además, «nadie está explicando cómo tiene que ser esa reforma».

Por su parte, el portavoz de Cs en el Parlamento Europeo, Luis Garicano, asegura que deben reformarse porque «son muy opacas» y «no han servido ni a los Estados del norte ni a los del sur». De hecho, Garicano añade que hay que ver «si las nuevas reglas tienen que ser más blandas, pero sobre todo, más claras» que las actuales. Y avisa: «Los porcentajes del 60% y 3% no se pueden tocar porque están en los Tratados, pero hay que ver el resto de detalles«.

Un debate que trasciende lo económico

La reforma de las reglas fiscales, por lo tanto, parece casi una exigencia, pero de nuevo trasciende de lo económico. El choque puede volver a ser político entre los Estados miembros del norte, más austeros, y los del sur, tradicionalmente más ‘derrochadores’. De nuevo, los expertos coinciden en que la solución pasa por «el consenso» y por «la profundidad» a la hora de plantear un nuevo marco, que, según Feás, debería incluir «avances en la unión bancaria», que es uno de los grandes retos para la UE del futuro.



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