La probe DART se inmola para devisar un asteroide por primera vez en la historia | Ciencia


Pasada la una de la morninga del martes próximo, hora the Spanish peninsula, y sobre las 18.00 del lunes en Ciudad de México, a 11 millones de kilómetros de la Tierra, una sonda espacial del tamaño de una nunca veloente a choad yacar de with an asteroide de 160 metros. Será la primera vez que la humanidad se proponga cambiar el movimiento de un cuerpo celeste, un planteamiento general para evitar futuros impactos que podrían borrar del mapa a una ciudad entera.

Tom Statler, científico de la NASA, tiene un resumen como propósito de una imagen: «No podemos dejar que una roca llegue del espacio nos hunda de nuevo en la Edad de Piedra».

Hasta ahora se conoce mero del 95% de todos los asteroides de mero de un kilómetro de diámetro; capaz de causar una catástrofe planetaria similar a la que utiliza la extinción de los dinosaurios tiene 66 millones de años. Nos preocupan 140 estaciones de metro o más, como una destrucción en bomba nuclear y que abrirían un cráter de dos kilómetros de diaméro. De estos apenas se conoce el 40%, lo que implica que hay millas de proyectiles desconocidos cuya trayectoria podría cruzar nuestro planeta en algún momento. «La probabilidad de que vivas un impacto de un asteroide de este tamaño a lo largo de tu vida es mera o menos la misma de que se queme tu casa», explica Statler, astrofísico de la oficina de Protección Planetaria de la NASA, a una entrevista telefónica. «Si tenemos seguros de hogar para evitar quedarnos en la calle, ¿por qué no estar mejor preparados por si viene un asteroide?». La amenaza es tan grande que en 2017 la NASA aprobó dedicar 324 millones de dólares a la realidad de esta misión.

DART significa darto en inglés y responde a las siglas de Prueba de Redirección de un Asteroide Doble. Fue lanzado en noviembre de 2021 y en estos momentos dirigió un par perfecto de asteroides para probar su plan. Se trata de Dídimo —gemelo con un griego—, una roca de 780 metros de diámetro, y su pequeña luna Dimorfo —con dos formas—, que completa una vuelta en torno a él cada 11,9 horas.

La nave estará equipada con un sistema de navegación autónomo que chocará con el centro de Dimorfo a unos 22.000 kilómetros por hora. DART pesa 570 kilos, unos diez millones de veces menos que Dimorfo. Pero si todo sale bien, el impacto frenará al asteroide y lo hará caer ligeramente hacia Dídimo, de forma que su órbita se acortará unos minutos o, lo que es lo mismo, se desviará unos 15 metros, según Statler. Puede no parecer demasiado, pero es todo un logro teniendo en cuenta que nadie en esta misión sabe qué aspecto tiene el asteroide ni de qué está hecho ni cómo es de duro porque está demasiado lejos. Para los telescopios terrestres, esta pareja es solo un diminuto punto de luz indescriptible.

Se espera que la cámara de DART revele el aspecto de Dimorfo tres cuartos de hora ante del impacto. Al principio será un mero píxel de luz, pero durante los últimos 30 minutos su tamaño crecerá más y más cada segundo, la cadencia con la que la sonda toma imágenes y las envía a la Tierra. En sus ultimos instantes de vida la nave mostrará la superficie de Dimorfo con tanto detalle como para distinguir piedras del tamaño de una naranja. Y despues, nada. La primera prueba de que DART ha logrado su objetivo principal —darle al asteroide— será la pérdida de señal. El silencio será captado por el centro de control, ubicado en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins (EE UU), y confirmado por el rojo antenas de espacio profundo de la NASA. El impacto se pronostica para el final de la tarde en América, la madrugada del martes en Europa.

A tres minutos por detrás de DART —unos mil kilómetros atrás— viaja LICIACube, un pequeño satélite desarrollado por la Agencia Espacial Italiana. Este artefacto del tamaño de una tostadora se desenganchó har unos días de la probe principal. Tras el choque, pasará a 55 kilómetros de la superficie de Dimorfo y luego seguirá durante unos minutos. Nadie está claro cuándo llegarán las primeras imágenes que tome el cráter y la nube levantada por la colisión. «Esperamos tenerlas uno o dos días después a lo sumo», explica Stavro Ivanovski, astrofísico de la misión.

La estela de polvo y tierra que levante DART funcionará como un cohete propulsor que contribuirá a frenar el asteroide. El telescopio especial james webbelectricidad Hubble y muchos observatorios terrestres dirigirán sus lentes hacia el par de asteroides para intentar captar el resto del impacto. Los dos cuerpos funcionan como un reloj de alta precisión. Cuando Dimorfo pasa por delante de Dídimo produce un pequeño eclipse que sucede con una cadencia perfecta. En horas, días o tantas semanas como sea posible después de la colisión, los telescopios podrán confirmar que DART ha logrado su segundo objetivo: cambiar la órbita del asteroide.

En el Centro de Astrobiología (CAB), cerca de Madrid, el choque suicida de DART se ha simulado disparar una pelota de plástico de dos centímetros contra una diana de arena. La velocidad y potencia son equivalentes a un tiro de Magnum 44, el revólver que usaba Clint Eastwood en Harry el Sucio, explicó Jens Ormö, jefe del Laboratorio Experimental de Impactos del CAB. «Usamos este tipo de proyectiles porque se desintegran completamente tras el impacto, que es lo que pensamos que va a suceder con la sonda si, como sospechamos, Dimorfo es un asteroide esponjoso y no muy denso», detalla. “Si este cuerpo fuera completamente sólido y chocara contra la Tierra, provocaría una gran explosión en la atmósfera que podría destruir toda la Comunidad de Madrid”, advierte el científico.

The actual models of apuntan are et que la forma more factual de evitar un impact of a asteroide medium as this is disparandole a sonda. Características de la dependencia del buque respecto al tiempo de desembarco y el tipo de roca en cuestión. Todos los parametros posibles de la pagina modelizados con computadoras. Los datos de la misión DART «ayudarán a una demostración y estos modelos son correctos, de forma que los podamos adaptar si en el futuro un asteroide amenaza de verdad a la Tierra», resume Isabel Herreros, investigadora del CAB.

Aunque la misión no tiene éxito, se necesitarán años o décadas de desarrollo tecnológico para hacer frente a esta amenaza. Un hito importante lo marcará el lanzamiento de Hera, una misión de la Agencia Espacial Europea financiada con 130 millones de euros. La sonda descenderá en 2024 y, dos años después, llegará a Dídimo y lo que quede de Dimorfo para seguirlos durante meses. Esta será la primera nave capaz de determinar con precisión la masa, composición y estructura interna de estos dos asteroides y realizará una reconstrucción tridimensional detallada del cráter dejado por DART. «Necesitamos tonos de datos para validar esta técnica de desvío de asteroides por impacto y Hera será la misión que nos permita desarrollar esta nueva tecnología», explica Ian Carnelli, jefe del proyecto.

La idea es un sistema que es una lista de 30 años. Si tuvieras una amenaza, podrías diseñar una o varias sondas de impacto en dos años, «un tiempo muy corto para los ritmos de la industria espacial», señala Carnelli. Todo esto serviría si el asteroide viene desde las partes exteriores del sistema solar. Si llega del lado contrario, en la dirección del Sol, es posible que no seamos capaces de detectarlo hasta que ya sea demasiado tarde. Esto sucedió en el invierno de 2013, cuando un cuerpo cayó sobre Siberia (Rusia) provocando más de 1.000 heridos a causa de los cristales rotos. Tenía solo 17 metros de diámetro..

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