La pandemia roza los 10 millones de casos, la curva sigue al alza en América y el fantasma del rebrote sacude Europa



Europa parecía haber dejado atrás lo peor de la pandemia de la coronavirus. Sin embargo, el temido rebrote amenaza con tirar por tierra los avances realizados hasta ahora en la llamada ‘nueva normalidad’. Esta semana, el Gobierno de Portugal se ha visto obligado a decretar de nuevo prohibiciones en Lisboa por un aumento exponencial de los casos.

Aunque las principales autoridades lusas negaron que existiese cualquier tipo de «descontrol» sobre los nuevos brotes surgidos tras la relajación de las medidas de desconfinamiento,

Lisboa se convirtió ayer en la zona del país con más casos desde que comenzó la pandemia, con hasta 17.527 positivos, superando por casi 200 casos a la región del norte, epicentro de la pandemia en el país. Es más, de los 367 positivos registrados del martes al miércoles, cerca del 90% fueron notificados en la capital.

Por todo ello, se ha confinado a 19 de los 24 distritos de Lisboa, cuyos vecinos solo podrán salir de casa para trabajar, comprar alimentos y medicamentos; el número de personas que pueden reunirse se ha rebajado de 20 a 10 y los comercios ahora deberán cerrar a las 20.30 h.

Todos los ojos están puestos en los jóvenes del país, a quienes se culpa del crecimiento de los casos positivos. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana la policía portuguesa tuvo que dispersar una fiesta nocturna en una de las playas de la capital con más de un millar de personas, una misión que les llevó hasta dos horas. No fue la única: en Braga hubo un evento similar que congregó a 200 personas.

Con todo, pese a que la oposición del país dice que hay «una segunda ola» y no «un aumento de test», el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, le restó gravedad y aseguró que habría «descontrol» si hubiera «más del doble de casos presionando el número de ingresados en cuidados intensivos».

En Italia, otro de los países más castigados por la crisis sanitaria, el Ejecutivo impuso cuarentena obligatoria a un bloque de Mondragone, municipio de una provincia cercana a Nápoles, en la zona sur del país. Eso sí, para que los afectados la respetaran tuvo que intervenir el Ejército, ya que los confinados se negaban a quedarse en casa.

Los rebrotes están complicando la situación en el Viejo Continente.»La aceleración de la transmisión ha llevado a un resurgimiento significativo de casos que, si no se atiende, volverá a llevar a los sistemas sanitarios al límite», alertó ayer Hans Kluge, director para Europa de la OMS.

Sin embargo, la rápida respuesta a los brotes que han ido surgiendo fue puesta ayer en valor por el director general de la OMS, Tedros Adhanom, que instó a la UE a «ejercer el liderazgo mundial en la definición de la ‘nueva normalidad’» tras «demostrar que está a la altura en estos momentos».

El dirigente también habló de la necesidad de hacer «suficientes test» y de poder hacer un seguimiento exhaustivo, cuarentena incluida, a las personas que hayan estado en contacto con el virus hasta que se consiga la vacuna. En su comparecencia, Adhanom también aseguró que el organismo estima que se sobrepasarán los 10 millones y medio de casos positivos, siendo los Estados Unidos, Brasil y Rusia los países con más confirmados, por lo que pidió dar «una respuesta coordinada a nivel mundial».

En la actualidad, los casos superan los 9,4 millones, principalmente porque la pandemia se sigue propagando de forma incontrolada en América. Hasta el momento, se han contabilizado 479.133 fallecidos. «La Covid se propaga ante la división», declaró Adhanom.

Asimismo, el mandatario hizo un alegato hacia un cambio de vida. Para él, es necesario «no volver a las andadas, crear una ‘nueva normalidad’ más sostenible, equitativa, justa, verde e inclusiva».



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