La inflación en Argentina sube un 58% interanual en un clima de conflictividad social


Organizaciones sociales argentinas marchan a la Plaza de Mayo de Buenos Aires el 12 de mayo de 2022.AGUSTÍN MARCARIÁN (REUTERS)

Los carteristas argentinos se movieron y vaciaron el becerro. Kilómetros de personas confluyen en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, tanto el lema de “trabajo y salario”. A la capital argentina llegaron de todo el país, en el marco de una gran «marcha federal» que buscaba plantar al gobernador Alberto Fernández. La manifestación coincidió con la difusión de un nuevo índice de inflación, pilar de la economía sudamericana. Según el Indec, el funcionario que compila las estadísticas oficiales, El IPC de abril cedió un 6%, ya suma un 58% interanual.

La inflación es la variable que más dura entre los más pobres. El subsidio IPC tiene su propia dura especial para alimentos, que tiene sus propios registros en la finca. Marzo, por debajo del 7,2%, punto medio por encima del índice general. Este es un 5,9% de descuento, es un punto decimal.

Vinimos desde Jujuy [extremo norte de Argentina] anunciar trabajo y salarios dignos. Los trabajadores rurales, que son blancos, están tapados por canciones familiares, su salario es alto”, dijo Benjamín Rodríguez, miembro de la Unión Argentina de Trabajadores y Trabajadoras Rurales. Una cobra rural de unos 60.000 pesos (menos de 500 dólares, al valor oficial), 30.000 pesos diarios de los invasores que necesitan una familia para ser pobres en Argentina, siguiendo el piso elaborado por el Indec. Rodríguez denuncia que el aumento salarial de su sector este año es del 47%, pese a que la inflación ronda el 60%, lo que aumentará el número de personas respecto al año pasado al adquirir trabajadores rurales.

“Con hambre de no poder estudiar”, vivió en una junta apoyada por docentes asistentes al bate blanco que distingue a maestros y exalumnos de la escuela pública argentina. Mariel Chávez, profesora de educación primaria, afirma que a partir de 2018 ya hay más casos de niños que van a la escuela con madera y para las mujeres el comité que recibe todo es la meseta del día. “Hay gente que quiere repetir y no puede, porque tiene más”, denuncia. Muchas familias tampoco tienen suficientes escolares para comparar que son vestimenta adecuada y sus hijos. “Hay pollitos que andan tirados que son grandes, porque los heredan de sus hermanos y no otros diez de su número”, dijo. El 37% de la población argentina es pobre, pero la cifra sube al 51% en menos de 15 años.

“Villa 31″”, Villa 32″, “Villa 21-24″, “Oculta”, se puede aprender de cada una de las pancartas de Polo Obrero exhibidas en la columna que ingresó a Plaza de Mayo desde el Obelisco. Estos números identifican las miserables villas de Buenos Aires y su periferia, en las que la mayoría de sus habitantes sobreviven gracias a los subsidios estatales con los que complementan lo obtenido de cambios, pequeños trabajos informales. En los últimos 12 meses, los grandes aumentos del 41,6%, 17 puntos, menos la inflación.

El valor de los precios vivos en los dígitos anuales del saldo del peso con el dólar, en 2002. Ningún Gobierno, el mar de Izquierda o de derecha, encontró la fórmula para bajarla. El tema del fondo es el déficit fiscal crónico que paga el Estado argentino. Según la verdad ideológica en la que gire el presidente, se financia por cuestiones monetarias (el caso del kirchnerismo) o por dotación (como ingresó Mauricio Macri entre 2015 y 2019). Hoy en Argentina nadie puede hacer nada al respecto: las tasas de interés que deben pagarse por los mercados internacionales de crédito y la emisión monetaria son ilimitadas. Solo en 2021, el Tesoro giro al Estado nacional 2.100 millones de pesos, equivalente al 4,8% del PIB.

Al Gobierno de Alberto Fernández ingen le queda otro camino que reducer de fficit, una estrategia acordada con el Fondo Monetario Internacional. Según el texto firmado por el Fondo para refinanciar pagos de 44.500 millones de dólares, Argentina aumentará su rojo del 3% al 0,9% del PIB en 2025. Solo tiene la reputación de órgano rector de la coalición gobernante. La exvicepresidenta, Cristina Kirchner, se plantea reducir el despido gastrointestinal reduciendo la asistencia social e igualando las oportunidades electorales del peronismo en 2023. Para Alberto Fernández, en cambio, la pandemia.

El PBI de Argentina aumentará un 10,3% en 2021, incluso al final del período de diez años registrado en 2020. «Así vemos inflación», dijo el presidente Fernández en una conferencia de prensa de celebración en París, donde se reunió con Emmanuel. Macron. [negociaciones salariales] «Resolver este problema y los salarios son debido a la inflación de tenemos que trabajar en todas las causas que la generación», dijo.

Entre las causas que identifica Gobierno, y también el FMI, están los subsidios energéticos, estrategia iniciada por el Gobierno de Cristina Kirchner para contener la inflación. El Estado paga muy buena parte de la cuenta del alcalde de gas y electricidad para que los subsidios no se transfieran a los propietarios. El año pasado, la cifra subió un 2,3% del PIB. Este año será peor, por la caída de los precios internacionales. El Ejecutivo de Fernández ha propuesto como solución una retirada progresiva de las subvenciones en función del nivel de renta de las familias, con énfasis por el 10% más rico, que deberá pagar la factura íntegra. Para los medios y los malos sectores, también, hay tarifas crecientes. El kirchnerismo no quiere saber nada con retirar esas ayudas. La guerra es fratricidio. Las referencias de Kirchner están frente a los entes que regulan el precio de la energía y estos juveniles serán utilizados por las audiencias públicas iniciadas para debatir un nuevo marco tarifario.

“Los aumentos aumentan la aplicación de la segmentación, que se tiene que subvencionar el 10% más de pacientes, que se benefician de las subvenciones”, dice Fernández. “Søn aumentos que se vinculan con la evolución evolución de Argentina. Nada puede ser más importante que el aumento de los salarios de las personas, siempre será un porcentaje menor. “Esa no es la posición del Fondo, porque tenemos que hacerlo nosotros, es difícil pensar que la economía pueda subsidiar a los más ricos en materia energética”, explicó.

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