La inédita imagen que la reina Isabel II ha compartido el día del funeral del príncipe Felipe

Reino Unido ha despedido este sábado al príncipe Felipe, duque de Edimburgo, que falleció el pasado 9 de abril, en una ceremonia de lo más íntima a la que solo han podido asistir 30 personas debido a las medidas para frenar la expansión del coronavirus en el país.

Desde que se conociera que el marido de la reina Isabel II, con quien compartió su vida durante 73 años, había dicho su último adiós en el palacio de Windsor a los 99 años «de forma dulce» y en paz, tal y como desveló Sofía de Wessex poco después, la cuenta de Instagram de la Familia Real Británica no ha dejado de compartir imágenes del consorte de la reina, algunas de ellas de su archivo privado.

A ellas se ha sumado este sábado, horas antes del funeral del príncipe Felipe, que ha tenido lugar en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, una fotografía de lo más tierna de la reina y su marido en 2003 en lo alto de las colinas de Coyles de Muick, muy próximo a Balmoral (Escocia), donde la monarca pasa sus vacaciones cada año, según recoge la revista Semana.

En la imagen, tomada por la condesa de Wessex, ambos aparecen con un semblante plenamente relajado, mirando hacia la cámara con una sonrisa sincera. El duque de Edimburgo se encuentra recostado sobre el césped con su sombrero descansando en su rodilla, mientras que la reina Isabel II permanece sentada junto a él.

«Su Majestad y la Familia Real agradecen todos los mensajes de condolencias llegados de todo el mundo y se han sentido conmovidos al ver y escuchar a tanta gente compartiendo recuerdos entrañables de el Duque, en celebración de su vida», decía el texto que acompañaba a la fotografía.

No ha sido la única instantánea que la Familia Real ha rescatado para este sábado, pues durante la mañana han compartido un emotivo vídeo montaje «para conmemorar la extraordinaria vida del Duque de Edimburgo, única por su amplitud de experiencias, y la generación de la que formó parte en tiempos de guerra», desde su más tierna infancia hasta su adolescencia, su boda con la reina, acompañado de sus hijos, nietos y bisnietos, e incluso disfrutando de algunas de sus aficiones, como volar o el críquet, y su expedición a la Antártida.



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