La Iglesia debe afrontar su crisis y los abusos

La Iglesia debe afrontar su crisis y los abusos


Ciudad del Vaticano, (EFE) .- La Iglesia católica debe afrontar su falta de fe interna, la corrupción y, sobre todo, «el sufrimiento que experimentan los menores y personas vulnerables por los abusos sexuales» cometidos por el clero, según el Documento Preparatorio de indicar las líneas principales sobre las que se orientará el próximo Sínodo de los Obispos dedicado a la «sinodalidad».

En el texto, presentado hoy por el Vaticano, y sobre el que deberán trabajar las diócesis de todo el mundo, antes del encuentro de los obispos en 2023, se afirma que vivimos un contexto histórico «marcado por cambios de tiempo».

Y está llamado a reflexionar entre otros temas sobre la «tragedia global» del covid que provocó la «explosión» de desigualdades preexistentes. Todo ello en un contexto «en el que la Iglesia debe afrontar su falta de fe interna y su corrupción».

«En particular, no podemos olvidar el sufrimiento que sufren los menores y adultos vulnerables debido a los abusos sexuales, de poder y de conciencia cometidos por un número notable de clérigos y consagrados», dice la nota. “Durante mucho tiempo, el de las víctimas ha sido un grito de que la Iglesia no ha escuchado lo suficiente.

Son heridas profundas, de difícil curación, por las que nunca se pedirá suficiente perdón y que constituyen obstáculos, a veces imponentes, para avanzar en la dirección de ‘caminar juntos’ ».

Y se añade que “toda la Iglesia está llamada a afrontar el peso de una cultura impregnada de clericalismo, heredada de su historia, y de formas de ejercicio de la autoridad en las que los diversos tipos de abusos (de poder, económicos, de conciencia, sexual) ».

En este documento, al que las diócesis deberán responder previa consulta a miembros y fieles, se presentan diez núcleos temáticos para reflexionar sobre la «sinodalidad», término para expresar el ‘camino juntos’, corresponsable y participativo de todos los miembros de la Iglesia.

Entre ellos, se pide observar “quiénes forman parte de lo que llamamos ‘nuestra Iglesia’, así como quiénes son los ‘compañeros’ que están fuera del perímetro eclesial o que se quedan en los márgenes”.

Y también los que escuchan, como «los jóvenes, las mujeres, los consagrados, los descartados, los excluidos», y promueven «un estilo de comunicación libre y auténtico, sin duplicaciones ni oportunismos dentro de la comunidad y sus órganos». Por tanto, el sínodo abordará la necesidad de considerar las relaciones y posibles iniciativas conjuntas con otras religiones, con personas alejadas de la fe, con el mundo de la política, la cultura, las finanzas, el trabajo, los sindicatos y las minorías. . EFE

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