La Fiscalía asegura que la intención de los asaltantes del Capitolio era «capturar y asesinar» congresista


«Capturar y asesinar a los miembros del Parlamento de Estados Unidos». Ese era el objetivo del grupo de simpatizantes de Donald Trump que el pasado miércoles 6 de enero irrumpió en el Congreso en un asalto que acabó con cinco personas fallecidas y multitud de detenciones.

Esa es la teoría defendida este jueves por la noche por los fiscales federales del estado de Arizona -y recogida por la agencia Associated Press– en el caso contra Jacob Chansley, también conocido como Jake Angeli y cuya imagen en el asalto, sin camisa, con la cara pintada y un sombrero peludo con cuernos, dio la vuelta al mundo.

Los titulares del Ministerio Público aseguran que Chansley (natural de Phoenix, Arizona) ascendió al estrado donde el vicepresidente, Mike Pence, había permanecido instantes antes y le escribió una nota amenazadora: «Es solo cuestión de tiempo, la Justicia viene».

«Existen evidencias contundentes, incluidas las palabras y las acciones del propio Chansley en el Capitolio, que respaldan que la intención de los asaltantes era capturar y asesinar a funcionarios elegidos del Gobierno de los Estados Unidos», han escrito los fiscales en su memorando, en el que solicitaban que el acusado permaneciera encarcelado. 

El FBI está investigando si alguno de los asaltantes al Capitolio había conspirado para secuestrar a miembros del Congreso y mantenerlos como rehenes, para lo que se ha centrado especialmente en los hombres que llevaban esposas de plástico con cremallera y spray de pimienta durante el ataque.

Por su parte, Chansley ha pedido al presidente saliente que le conceda el perdón.



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