La covid sí golpea ahora al tercer mundo lastrados por la falta de diagnóstico y por una variante más violenta


Mientras el mundo occidental mira ya casi de reojo a la pandemia, una nueva explosión en los contagios en la India y Sudamérica ha puesto de relieve que el fin de la pandemia aún queda lejos para una gran mayoría.

Hace poco más de un mes, la India creía tener al virus bajo control e incluso se señalaba al país como ejemplo de gestión de la pandemia después de haber superado una única ola relativamente benigna en verano. Ahora, los récords de contagios se suceden uno tras otro y el país ha cuadriplicado las cifras de casos que notifica a diario en menos de 30 días.

Sin embargo, la dimensión real de la tragedia podría ser incluso varias veces mayor a lo que revelan las cifras. Según datos de la plataforma online Our World in Data (OWID), adscrita a la Universidad de Oxford, el país ha realizado poco más de 200 test de Covid por cada 1.000 habitantes en lo que va de pandemia, cuatro veces menos que España y diez veces menos que la referencia mundial: el Reino Unido.

La veloz transmisión el virus se traduce ya en la mortalidad, que sufre unas cifras sin precedentes en toda la pandemia. El colapso en las morgues de los hospitales ha llevado a muchas familias a tener que recurrir a lugares públicos para cumplir con la tradición hindú de la cremar los cadáveres de sus seres queridos. La celebración de eventos masivos y una variante propia, apodada como doble mutante, son los dos sospechosos principales del repunte.

Piras crematorias en la ciudad de Bombay, la India.
Piras crematorias en la ciudad de Bombay, la India.
DIVYAKANT SOLANKI / EFE

Mientras la India sufre, es difícil saber lo que está ocurriendo en los países de alrededor. Por el momento, solo el vecino Nepal muestra una tendencia ascendente igual de aguda, mientras que los también fronterizos Pakistán y Bangladesh registran incrementos en los contagios, aunque no tan acentuados. Todos ellos tienen una capacidad de testar muy inferior a la del gigante asiático.

La gran oleada india ha llevado a Asia a convertirse, de nuevo, en la región mundial que más casos notifica a diario en términos absolutos, algo que no ocurría desde que acabó el verano de 2020. Además, pone de manifiesto, una vez más, las grandes desigualdades a la hora de hacer frente a la pandemia. 

Mientras el virus remite poco a poco en Europa y EE UU por la vacuna, países con menor poderío económico sufren su mayor pico de toda la pandemia. EE UU ya ha inoculado al menos una dosis a más del 40% de su población y la UE supera el 20%. Mientras, América del Sur apenas llega al 11,2%, Asia al 3,9% y África a un testimonial 0,9%, según cifras publicadas en Our World in Data.

Pese al gran incremento asiático, América del Sur sigue siendo el continente que más casos de coronavirus notifica en relación a su población: 188,9 por millón de habitantes.

Uruguay y Argentina sufren en estos momentos sus peores cifras de contagios  y en Uruguay, Colombia, Perú y Paraguay alcanzan números de fallecidos también sin precedentes.

Mención aparte merece Brasil, anterior foco mediático de la pandemia, que lleva un mes promediando más de 2.500 muertes diarias. Aunque la situación ha mejorado ligeramente, la ocupación en las UCI sigue siendo superior al 80% y la mayoría de enfermos críticos son ahora menores de 40 años.

África, la gran incógnita

La escasez de medios de diagnóstico, la precariedad en los sistemas sanitarios y las estadísticas demográficas e incluso la existencia de líderes negacionistas en los países africanos dificulta saber qué está ocurriendo realmente en el continente. 

Sirva como ejemplo la cantidad de test que se han realizado allí en toda la pandemia: 43,5 millones, solo cuatro más que en España para una población al menos 25 veces superior. Además, de estas muestras, una cuarta parte corresponden solo a Sudáfrica, lo que implica que los datos que se conocen den una visión completamente sesgada del asunto.



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