la cifra de sin techo aumenta un 70% en 10 años y Bruselas fija el 2030 para solucionarlo

Las crisis sirven para evidenciar los problemas que tiene una sociedad, y hay algunos que se cronifican: la pobreza sin duda está en esa lista. La UE, de hecho, ya está alerta. ¿Por qué? Porque se ha producido un incremento del 70% en el número de personas sin hogar en la Unión durante los últimos 10 años. Tanto es así, que el Parlamento Europeo ha publicado una serie de recomendaciones para resolverlo de aquí al 2030. 

La Eurocámara marca que la falta de vivienda es una de las formas más graves de pobreza, causada por una combinación de factores estructurales, institucionales y personales. «Los Estados miembros deben despenalizar la situación de las personas sin hogar y proporcionar acceso igualitario a servicios públicos como la sanidad, la educación o los servicios sociales», añaden.

En la resolución adoptada con 647 votos a favor, 13 en contra y 32 abstenciones, el Parlamento destaca la precaria situación de vida de más de 700.000 personas que se enfrentan cada noche a la carencia de hogar en Europa, un aumento del 70% en una década. Subraya que la vivienda es un derecho humano fundamental y pide una acción más firme de la Comisión y los Estados miembros para poner fin al sinhogarismo en la UE en los próximos diez años.

Las recomendaciones son claras. Pasan por asumir la responsabilidad de hacer frente a la falta de vivienda y trabajar en la prevención y la intervención temprana, además de intercambiar mejores prácticas con otros Estados miembros. Para la Eurocámara es importante también despenalizar la falta de vivienda y proporcionar un acceso equitativo a los servicios públicos como la atención a la salud, la educación y los servicios sociales.

No se queda ahí. Otro paso debería ser, establecen, apoyar la integración en el mercado laboral mediante asistencia especializada, formación y programas específicos. Así, ven urgente mejorar las medidas para reunir datos pertinentes y comparables que ayuden a evaluar la magnitud del problema de la falta de vivienda. En este sentido, instan a dar una prestación de asistencia financiera a las ONG y apoyo a las autoridades locales para garantizar espacios seguros a las personas sin hogar y evitar los desalojos, especialmente durante la pandemia de coronavirus.

El siguiente paso debería ser aplicar estrategias nacionales a largo plazo basadas en la comunidad, orientadas a la vivienda e integradoras para las personas sin hogar y dar acceso constante a los refugios de emergencia como solución temporal. Por último, el Parlamento Europeo llama a promover el espíritu empresarial social y las actividades que fomenten la inclusión activa.

Para poner fin al problema de la falta de vivienda, la Comisión Europea debería apoyar a los Estados miembros, mejorar la vigilancia, seguir proporcionando financiación y presentar un marco de la UE para las estrategias nacionales de lucha contra la falta de vivienda. Los Estados miembros también deberían adoptar el principio de «la vivienda primero», que contribuye a reducir considerablemente el fenómeno de la falta de vivienda mediante la introducción de planes de acción y enfoques innovadores basados en el concepto de que el hogar es un derecho humano fundamental.

La importancia de los fondos de recuperación

Por último, el Parlamento pide a la Comisión y a los Estados miembros que utilicen los instrumentos disponibles en el marco del Presupuesto de la UE a largo plazo (2021-2027) y el Instrumento de Recuperación y Resiliencia para mejorar las oportunidades de empleo y la integración social de los hogares sin empleo.

En el caso de España, el último estudio del INE sobre la situación de las personas sin hogar, realizado en 2018, apunta a que los centros de alojamiento para personas sin hogar de todo el país acogieron a una media de 18.001 personas diariamente durante el año 2018, una cifra un 9,5% superior a 2016, y que, de ellas, 4.566 eran mujeres. Asimismo, las encuestas de 2005 y 2012 realizadas también por el INE revelan un aumento del 4,7% del número de personas sin hogar (de 21.900 a 22.938 personas).



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