«Habrá muchos infectados en poco tiempo»


Christian Drosten es director del Instituto de Virología del hospital universitario Charité de Berlín y el principal asesor del gobierno alemán en la crisis del coronavirus. En una reciente entrevista en Der Spiegel, este experto vaticina cómo será la cuarta ola y cuáles son sus principales temores al respecto.

«Una vez que los ancianos y quizás parte de los grupos de riesgo hayan sido vacunados, habrá una inmensa presión económica, social, política y quizás también legal para poner fin a las medidas (restrictivas contra el coronavirus)», reflexiona Drosten.

«Y luego, una gran cantidad de personas se infectarán en poco tiempo, más de lo que podemos imaginar en este momento. No tendremos 20.000 o 30.000 casos nuevos al día, sino hasta 100.000 en el peor de los casos», dice.

«Por supuesto, serán principalmente las personas más jóvenes las que tienen menos probabilidades que las personas mayores de tener síntomas graves, pero cuando una gran cantidad de personas jóvenes se infectan, las unidades de cuidados intensivos se llenarán de todos modos y muchas personas morirán. Solo que serán personas más jóvenes. Podemos amortiguar un poco este terrible escenario reduciendo los números ahora», explica.

Sobre una posible reducción de los casos con la llegada de las buenas temperaturas, Drosten dice que no cree que influyan: «El hecho de que tuviéramos un verano tan relajado en 2020 probablemente tuvo que ver con el hecho de que nuestros números de casos se mantuvieron por debajo de un umbral crítico en la primavera. Pero ese ya no es el caso. Me temo que será más como en España, donde el número de casos volvió a subir rápidamente después de que se levantó el bloqueo, a pesar de que hacía bastante calor». «También en Sudáfrica, donde actualmente es verano, el número de casos es elevado», señala.

En la entrevista, Drosten compara la situación con la de un viejo camión que está descendiendo por una empinada cuesta: «No sabemos qué curvas se acercan y si la carretera de repente está a punto de volverse más empinada. Tampoco sabemos hasta dónde nos queda llegar, pero sí sabemos que tenemos que evitar pasarnos en una curva. En una situación como esta, cerrar los ojos no ayuda. Tenemos que seguir y hacer una cosa en particular: pisar los frenos, aunque estén oxidados», sentencia.

Christian Drosten, director del Instituto de Virología del hospital Charité de Berlín.
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