ha podido matar a ocho personas

La huida de un tigre, conocido por atacar a humanos en Nepal, que había sido enjaulado recientemente tras semanas de búsqueda, ha desatado el pánico este miércoles entre los residentes cercanos a una reserva natural, lo que ha obligado a las autoridades a pedir cautela.

La semana pasada, tras una intensa operación de captura, un equipo de 24 expertos del Departamento de Parques Nacionales y Conservación de la Fauna y personal militar, con la ayuda de tres elefantes, consiguieron capturar en el sur de Nepal dos tigres acusados de matar a ocho personas. Uno de los felinos fue trasladado al parque nacional de Banke.

«El martes, el tigre que había sido transferido al parque de Banke se dio a la fuga tras romper su jaula de hierro», cuenta el jefe de conservación de la reserva, Shyam Shah.

El tigre rompió tres barras metálicas de la jaula, revela Shah, quien asegura que «se ha recomendado a la gente que vive cerca del parque que eviten entrar al bosque y sean cuidadosos».

Los tigres adultos, de entre diez y trece años, estaban «sembrando el terror» en los últimos meses en el parque nacional de Bardia, explica el experto. Tanto es así que diez personas de esta zona del país han muerto a causa de ataques de estos animales, y las autoridades sospechan que dos felinos son responsables de al menos ocho de los fallecimientos.

Entre las víctimas se cuentan cuatro mujeres, sobre las que suele recaer la tarea de internarse en los bosques en busca de forraje y leña. «De igual modo, miembros de grupos marginados han muerto porque son ellos los que viven en zonas cercanas a los bosques y dependen de sus recursos», subraya el jefe de conservación.

Dalli Rawat, de 62 años y residente en el poblado de Mohanpur, falleció el pasado 16 de marzo tras ser atacada por un tigre mientras buscaba plantas comestibles en una zona boscosa, un suceso similar al que llevó a la muerte a Renuka Sunar, de 27 años y natural de Kothiyaghat (suroeste), el pasado 10 de marzo.

Nepal tiene una población de 235 tigres salvajes, según el último censo elaborado en 2018, casi el doble de los 121 contabilizados en el censo de 2009. Sin embargo, el país se fijó el objetivo de duplicar la cifra mundial de estos felinos para 2022.

Desde entonces, Nepal se ha esforzado por mejorar el hábitat de estos animales y desarrollar una estrategia que incluye compensaciones económicas a personas atacadas por felinos, lo que evita represalias.

Pero según los expertos, la competición por el territorio entre los tigres macho provoca a veces el acercamiento de algunos ejemplares hacia áreas habitadas por los seres humanos.



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