Guantánamo, 20 años de polémica lucha contra el terrorismo sin fecha de cierre

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Por Eduard Ribas i Admetlla |
Washington (EFE).- La prisión de Bahía de Guantánamo Este martes cumple 20 años abierto, pese a ser un polémico símbolo de la lucha antiterrorista estadounidense, que actualmente alberga a 39 reclusos y cuyo cierre aún no se vislumbra pese a las promesas del presidente Joe Biden.

Ubicado en una base naval estadounidense en el este de Cuba, el centro de detención de la Bahía de Guantánamo fue inaugurado en 2002 por orden del entonces presidente estadounidense George W. Bush (2001-2009) en respuesta a los atentados del 11 de diciembre. septiembre de 2001.

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“Veinte años después, es innegable que la prisión de la Bahía de Guantánamo es un fracaso legal, moral y ético. Es un símbolo mundial de injusticia, tortura y desprecio por el estado de derecho”, dijo este lunes a Efe Hina Shamsi, directora de Seguridad Nacional de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, en inglés).

El destino de casi 800 presuntos terroristas detenidos en Afganistán e Irak, Guantánamo ha estado en el ojo de la tormenta por los programas de tortura y detención secreta, que incluyeron ahogamientos simulados y técnicas para evitar que los prisioneros duerman.

Estados Unidos gasta $ 540 millones cada año para mantener Bahía de Guantánamo, donde actualmente hay 39 hombres recluidos, 27 de ellos sin cargos penales en su contra, según un informe publicado por la ONG Human Rights Watch (HRW) con motivo del vigésimo aniversario de la prisión.

Para HRW, el uso de estas prácticas por parte de Estados Unidos ha dañado todo el sistema internacional de derechos humanos, facilitando los abusos de otros países y facilitando su justificación.

UN CIERRE QUE SE HACE ETERNO

Fue tal la polémica que generó Guantánamo que su cierre se convirtió en una de las grandes promesas del expresidente Barack Obama (2009-2017), aunque nunca pudo cumplir con su compromiso.

Obama quería enviar a los presos a cárceles de Estados Unidos, pero el Congreso, de mayoría republicana, bloqueó sus esfuerzos bajo varios pretextos, por lo que el gobierno los trasladó a otros países. Con la llegada de Donald Trump (2017-2021) al poder, la Casa Blanca abandonó sus esfuerzos por cerrar la prisión y solo trasladó a un recluso en cuatro años.

Según un libro publicado por los periodistas de The Washington Post Yasmeen Abutaleb y Damian Paletta, Trump incluso había sugerido en dos ocasiones a su equipo trasladar pacientes de Covid-19 a Guantánamo al inicio de la pandemia.

El actual presidente, Joe Biden, ha asumido la promesa de cerrar la cárcel, pero con un perfil mucho más discreto que el de Obama en su momento, lo que ha sido criticado por organizaciones de la sociedad civil.

El año pasado, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, aseguró que “el objetivo y la intención” de la actual Administración es cerrar la prisión, aunque no es un tema que haya estado en la agenda de Biden durante su primer año de Presidencia.

Por ahora, el Gobierno ha autorizado el traslado de tres presos fuera de la base naval de Guantánamo, donde hay 39, lejos de los 780 que pasaron por sus instalaciones durante la Administración Bush.

El pasado verano, Estados Unidos repatrió a Abdul Latif Nasir, último preso marroquí de Guantánamo y primer recluso devuelto a su país por el Gobierno de Biden, pero desde entonces no ha habido más avances.

El director de Seguridad Nacional de la ACLU dijo a Efe que «hay que obligar a Biden a cumplir su promesa», porque «su Administración puede hacerlo y es una cuestión de voluntad».

“Si el presidente Biden se toma en serio la defensa de los derechos humanos, la equidad racial y la justicia, debe tomar medidas y cerrar Guantánamo para siempre”, dijo Shamsi.

Amnistía Internacional denunció en un comunicado, publicado la semana pasada, que «el Gobierno de Estados Unidos continúa perpetrando graves violaciones de derechos humanos en Guantánamo», dado que «ninguno de los presos ha recibido un juicio justo y continúan detenidos indefinidamente violando el debido proceso».

La ONG, que cada 11 de enero organizaba un mitin con personas vestidas con monos naranjas frente a la Casa Blanca, realizará una protesta virtual por el avance de la variable coronavius ​​omicron en Estados Unidos.



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