España mantiene el optimismo ante la negociación europea, pero con matices: "El acuerdo parece muy lejano"



Vuelve a escena la negociación europea. Los fondos de reconstrucción para la crisis del coronavirus estarán sobre la mesa este viernes en una nueva reunión del Consejo Europeo en la que, eso sí, no se esperan grandes avances. Las posiciones de cada Estado miembro se han movido muy poco respecto al último encuentro, por lo que el norte sigue poniendo freno a la propuesta de la Comisión Europea (500.000 millones a fondo perdido y otros 250.000 en créditos). El sur, en cambio, la defiende.

«El acuerdo este fin de semana parece muy lejano», explica a 20minutos el portavoz de Ciudadanos y vicepresidente del grupo Renew Europe, Luis Garicano. «Los países frugales no se han opuesto con la radicalidad del pasado, pero no se muestran dispuestos a aceptar dos principios básicos de la propuesa de la Comisión y el Parlamento: la no condicionalidad macroeconómica, y la preferencia de inversiones directas sobre préstamos«, añade, dando una idea del escenario en el que se está moviendo la negociación.

El Gobierno afronta con «cauto optimismo» la negociación del paquete europeo de recuperación económica tras la pandemia, aunque es consciente de que la reunión que los líderes tendrán por videoconferencia será solo «una primera toma de contacto» y de que todos los países tienen posiciones «firmes». Así lo expresó el secretario de Estado para la UE, Juan González-Barba.

El Ejecutivo lleva semanas manteniendo contactos contactos con sus colegas de otros países para destacar «la gravedad del momento y la importancia que reviste para España» y de esos contactos ha deducido precisamente que los Estados no han cambiado mucho de parecer. «Hay que afrontar este momento histórico con altura de miras», pide González-Barba.

¿Quién es el principal freno a que la propuesta de la Comisión salga adelante? Efectivamente: Países Bajos. Otras fuentes consultadas prevén el movimiento que puede hacer Mark Rutte en la reunión: «Van a intentar cambiar la proporción entre créditos y transferencias». De hecho, una encuesta realizada en el país deja claro que el primer ministro «no tiene ningún tipo de presión». En el partido de Gobierno solo un 30% de los votantes están a favor del fondo actual. Entre los socios de Ejecutivo (el partido de ultraderecha) esa cifra se queda solo en un 8%.

Uno de los elementos que más debate va a generar es la condicionalidad. «Ahora no hay condicionalidad macro», cuentan las fuentes comunitarias, es decir, por simplificar, no se piden recortes ni medidas de austeridad. En esa línea está el Gobierno de Sánchez. «La idea es que no los haya», sentencian.

El tiempo pasa y las soluciones se hacen urgentes. De momento, aunque la cumbre de estos días no suponga un punto de inflexión, está previsto que haya otra, ya sí presencial, en la segunda semana de julio, probablemente los días 9 y 10, aunque el Ejecutivo español ha reconocido que la fecha no está confirmada aún.

El experto de Elcano, Enrique Feás, explica que hay que distinguir dos grandes bloques de gasto en ese fondo de recuperación: uno centrado en la recuperación «mediante la transformación verde y digital» y otro «vinculado a la autonomía estratégica, con un componente de independencia tecnológica y sanitaria y que requiere empresas y cadenas de valor sólidas y solventes».

En todo caso, prosigue, a la hora de analizar el impacto de la pandemia «es preciso tener en cuenta que hay factores sociales y factores económicos». La propuesta de reparto de la Comisión atiende a la población, la tasa de desempleo relativa de cada Estado miembro (en comparación con la media de la UE en 2015-2019, con límites superior e inferior) y al PIB per cápita, y eso explica, por ejemplo, «que países como Grecia y Croacia, con elevadas caídas de PIB en 2020 –y pese a haber resistido muy bien desde el punto de vista epidemiológico–, deban recibir bastantes fondos».

La propuesta del fondo está vinculada al marco financiero plurianual (MFF) 2021-2027, que también está pendiente de negociación. En este punto, el Ejecutivo español apunta que la actual propuesta de la Comisión no es muy distinta de la última que presentó el presidente del Consejo en febrero, que no gustó a España porque, de entrada, se alejaba del 1,114 de la Renta Nacional Bruta que proponía la Comisión.



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