El “trastorno narcisista” que auxilia al Pequeño Nicolás | España


Francisco Nicolás Gómez Iglesias lleva años intentando que un tribunal lo considere “trastornado”. “Estoy en tratamiento psiquiátrico desde hace bastante”, aseguró este joven de 27 años con “carita de bueno” —Esperanza Aguirre (PP) dixit—, conocido popularmente como El Pequeño Nicolás, durante el juicio que lo sentó en el banquillo el pasado mayo por hacerse pasar por emisario del Rey en un viaje a Ribadeo (Lugo) en 2014. Ahora, dos meses después de aquella declaración y tras alegar lo mismo en otras dos vistas orales, la Audiencia Provincial de Madrid ha admitido su petición y, en la misma sentencia que lo condena esta semana a tres años de cárcel por usurpación de funciones públicas y cohecho, le aplica la atenuante de “alteración psíquica”. Una decisión que reduce las penas impuestas y que abre un nuevo escenario a su defensa, que esgrimirá este fallo en el resto de causas que tiene pendientes.

Tras valorar los informes médicos presentados durante la vista oral, el tribunal que juzgó el caso Ribadeo concluyó que Gómez Iglesias “padece un trastorno de la personalidad con características narcisistas y de rasgos inmaduros, así como un trastorno adaptativo con sintomatología ansioso depresiva”. Según los jueces, que rebajaron la petición de siete años de cárcel de la Fiscalía, esta situación “condiciona” su “percepción de la realidad”, pero no lo suficiente como para eximirle de toda la responsabilidad penal, como ya pretendió El Pequeño Nicolás en otras dos causas anteriores abiertas contra él. “La limitación de las facultades padecidas, y que habría de afectar al factor intelectual valorativo […], no pasaría de leve”, apunta la Sección 17 de la Audiencia Provincial de Madrid en su resolución del pasado lunes, contra la que cabe recurso.

Atenuante

Juan Carlos Navarro, abogado del joven en varias de sus causas, resalta la importancia de esta última sentencia para la defensa. Según anticipa el letrado, ahora tiene previsto esgrimir la atenuante apreciada por el tribunal en las dos vistas orales que aún deben celebrarse contra El Pequeño Nicolás: por la supuesta estafa a un empresario de Toledo haciéndose pasar por asesor del Gobierno y por obtener datos de policías y del Ayuntamiento de Madrid a cambio de favores, donde la Fiscalía pide que se le impongan un total de 15 años y nueve meses de prisión.

Aunque la batalla de la defensa no quedará ahí. El letrado también subraya que informará del fallo del caso Ribadeo al Tribunal Supremo, que se deberá pronunciar en un futuro sobre el recurso de Gómez Iglesias contra la sentencia dictada en junio que lo condenó a un año y nueve meses de cárcel por falsificar su DNI para que un amigo se presentara en su nombre al examen de Selectividad. La idea de sus abogados es que, de nuevo, se le aplique la atenuante de alteración psíquica y se consiga así reducir la pena impuesta.

En el caso DNI, la Sección 7 de la Audiencia Provincial de Madrid no entró a valorar las presuntas alteraciones psíquicas del Pequeño Nicolás, pese a que su abogado las alegó como eximentes durante su exposición final del juicio, porque durante la vista oral “no se practicó prueba alguna relacionada con esos hechos”: “La falta de sometimiento a las reglas de la inmediación y contradicción, nos impiden considerarlo”, explicaron los magistrados.

No era la primera vez que un tribunal pasaba de puntillas por este tema. Justo antes del juicio celebrado contra el joven en 2018 por injurias y calumnias al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), donde resultó finalmente absuelto, su defensa presentó el informe donde alegaba “un trastorno megalomaníaco” para intentar demostrar que es inimputable. Entonces, el Juzgado de lo Penal 16 de Madrid tampoco entró al fondo del asunto, pues obvió las acusaciones contra el joven al descartar que el CNI se encuentre entre los sujetos pasivos que pueden ser víctimas de los delitos que se le atribuían.



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