El teletrabajo vuelve para la sexta ola, pero solo para las grandes empresas | Economía

El teletrabajo vuelve antes del repunte de los contagios de covid, pero solo para las grandes empresas, es decir, para aproximadamente el 2% del tejido empresarial. En cambio, las pymes se resisten a que su personal realice su trabajo desde casa a pesar de representar más del 97% del sector privado. Esta es la advertencia de los sindicatos, que lamentan que en España la productividad esté ligada a la asistencia laboral.

Efectivamente, la vuelta al trabajo parecía una realidad hasta finales de noviembre. Entre julio y septiembre de 2021, solo el 8% de los trabajadores realizaba su trabajo desde casa y las previsiones indicaban que para enero de este año el 100% de las personas estaría en sus oficinas. Pero la sexta ola de la pandemia ha obligado a revertir los planes, aunque solo sea para los grandes grupos empresariales, que parecen no tener prisa por volver al poder.

Telefónica, Repsol, KPMG, BBVA, Mapfre o Vodafone; todos han retrasado la fecha de regreso y mantienen un sistema híbrido en el que al menos el 50% de su plantilla está en casa. En algunos casos, como el de la multinacional energética, se han establecido jornadas continuas para que la gente no pueda reunirse en los comedores. En el banco se deja a la voluntariedad de la plantilla desde diciembre, cuando empezó a subir la incidencia por la variante omicron. Y está el caso de Telefónica, donde el 100% del personal con puestos que permitan el teletrabajo ejercerá sus funciones en casa al menos hasta el 31 de enero.

Mientras estas empresas apuestan por el teletrabajo, los pequeños empresarios optan por la presencialidad en el pico de contagios. Esa es la advertencia de José Varela, responsable de digitalización de UGT. Según él, en España existe una alta cultura del cara a cara que aleja al país de la media europea en cuanto al porcentaje de empleados que teletrabajan (14,5% frente al 21,5% de 2020).

Los trabajadores de las grandes empresas tienen otra ventaja: cuentan con representación legal, a diferencia de los que trabajan en una pequeña o mediana empresa. Así lo detalla Carlos Gutiérrez, secretario de Nuevas Realidades Laborales de CCOO, quien asegura que ante la falta de esta figura, las empresas pueden actuar con mucha arbitrariedad en cuanto a la flexibilidad laboral. El problema se agudiza porque, según explica, “el Gobierno no envía una señal clara a los empresarios, a diferencia de Francia o Portugal”. Ante esta situación, la patronal evitó ayer hacer algún comentario.

Un caso aparte es el del sector público, donde el personal ha seguido trabajando de forma presencial a pesar del alto índice de contagios. Solo la Agencia Tributaria impuso el teletrabajo hasta el 10 de enero como medida para reducir el riesgo de transmisión, pero la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) no cree que la Administración amplíe el calendario ni modifique la regla según la cual los trabajadores públicos solo pueden teletrabajar el 20% de su tiempo. Sin embargo, de forma independiente algunas comunidades están optando por alejar a su personal de la calle, ese es el caso de La Rioja, donde el Gobierno decidió ayer que su personal puede teletrabajar, si así lo desea, hasta el próximo 23 de enero. Por su parte, la La consejera de Trabajo del País Vasco, Idoia Mendia, afirmó ayer que «sería bueno» seguir teletrabajando para «sobrellevar el pico de la pandemia», aunque ha reconocido que, «a día de hoy», no tiene noticias de que haya han sido «paros económicos o paros de producción por siniestros».

Algunos sectores le quitan hierro a la ola de bajas

La falta de personal por la expansión de los contagios de coronavirus está haciendo estragos en sectores tan importantes como el sanitario o alimentario, que la semana pasada llamó a los Ministerios de Sanidad, Trabajo, Industria y Agricultura a tomar medidas para hacer frente a la congestión de la atención primaria y el atasco en la gestión de las bajas por enfermedad.

Sin embargo, no todas las actividades económicas están igualmente resentidas en la actual situación epidemiológica. Aquellas en las que la presencia de la plantilla no es imprescindible están sorteando, con relativa facilidad, los problemas de la sexta ola. Este es el caso del sector bancario y de las telecomunicaciones. Fuentes de BBVA reconocen que, pese a la existencia de positivos en la plantilla, el impacto es menor porque la mayoría de los casos son asintomáticos o tienen afectaciones leves, por lo que no necesitan estar de baja.

Incluso el sector industrial, donde hay poco margen para el teletrabajo, tiene mayores preocupaciones que las bajas por la covid. Así lo admiten fuentes de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal (Confemetal), que señalan como principales riesgos los cuellos de botella y el desbocamiento del precio de la energía, que, además, están siendo los causantes de la fuerte espiral inflacionaria que está experimentando la economía española. y economía mundial.

La incidencia ha catalizado la baja por enfermedad. Simplemente ayer el Ministerio de Salud notificó 292.394 nuevos contagios y una incidencia acumulada de casi 3.000 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, la vacunación está siendo el sustento de la actividad económica y los protocolos se vuelven más laxos a medida que pasa el tiempo. El propio presidente admitió ayer que el siguiente paso será empezar a tratar la covid de una forma más parecida a como se hace con la gripe, es decir, como una enfermedad respiratoria más.

Aunque hay asociaciones que consideran precipitada esta decisión, otras la consideran acertada, ya que lo que cambiaría sería el sistema de vigilancia, no el tratamiento de la enfermedad. Las modificaciones pueden incluir la gestión del alta, que ha sido el talón de Aquiles en esta sexta ola. Precisamente el sector de la cadena alimentaria calculó la semana pasada que uno de cada siete de los trabajadores que están de baja podría reincorporarse de inmediato, pero no lo hace por no obtener la autorización médica.

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