El precedente judicial entre Al Gore y George W. Bush que jugaría a favor de Donald Trump

Las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos prometen ser de nuevo un verdadero culebrón televisivo. Al guión para saber quién será el próximo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump o Joe Biden, aún le quedan muchas páginas en blanco a tenor de los últimos acontecimientos. 

«Esto es un fraude al pueblo estadounidense. Una vergüenza para nuestro país. Francamente, hemos ganado las elecciones. Nuestro objetivo ahora es garantizar la integridad de las mismas. Iremos al Tribunal Supremo. Es un momento muy triste”, ha asegurado el actual presidente, Donald Trump antes de que acabe el recuento. 

Trump considera que se produce un fraude en el voto por correo por el hecho de que en estados como Pensilvania, una de las regiones clave, donde todavía quedan por contar cerca de 1,4 millones de votos por correo, pueden recibirse sufragios hasta el próximo viernes siempre que hayan sido sellados antes del pasado martes. 

«La elección debería terminar el 3 de noviembre, no semanas después», escribía hace unos días en su Twitter el mandatario estadounidense, quien cree que esa circunstancia juega a favor de Joe Biden. Trump tiene la tesis de que en los estados gobernados por los demócratas puede haber irregularidades en el proceso de conteo de los votos por correo en el caso de que los resultados no estén siendo favorables a Biden, por lo que está dispuesto a recurrir el recuento ante los tribunales en caso de derrota. 

En estos comicios, el voto por correo ha adquirido gran relevancia, ya que casi 100 millones de personas han votado por adelantado, un dato que representa el 72,3% de los que votaron en 2016.

El problema en caso de que Trump no acepte la derrota es que la Constitución estadounidense estipula claramente que el mandato del presidente arranca el 20 de enero. Pero para que esto sea posible, hay que cumplir con una serie de pasos previos que no dan margen para la dilatación del proceso. Según la legislación, los estados tienen que haber dirimido cualquier eventual controversia o problema con el resultado antes del 8 de diciembre ya que el Colegio Electoral se reunirá el 14 de diciembre para emitir su voto.

El Supremo dio la razón a Bush

El precedente electoral estadounidense más reciente donde hubo controversia fueron los comicios presidenciales del año 2000. Y en aquella ocasión salieron victoriosos los republicanos. La polémica se centró en los sufragios de Florida y el asunto tuvo que resolverlo el Tribunal Supremo, que dio la victoria a George W. Bush por 537 votos sobre Al Gore en Florida y con ello la mayoría en el Colegio Electoral antes de la fecha prevista. El alto tribunal consideró anticonstitucionales los recuentos manuales impulsados en Florida por el candidato demócrata.

Así, el 13 de diciembre de 2000, un abatido Al Gore ofrecía un discurso televisado en el que expresaba su profunda decepción y su desacuerdo con el Tribunal Supremo, pero en el que también aseguraba que era el momento de dejar de lado los rencores por el bien de los americanos. Bush, por su parte, apostó por «cicatrizar» las heridas del pulso electoral entre demócratas y republicanos, «trabajar juntos en beneficio del pueblo» y buscar «consensos constructivos».



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