El Parlamento Europeo busca mejorar el plan postpandemia aprobado por el Consejo: "Es necesario cambiar cosas"



«Es una pastilla difícil de tragar», dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen ante el Parlamento Europeo al inicio del debate sobre los fondos de reconstrucción y el presupuesto de la UE (Marco Financiero Plurianual) . Esas pocas palabras sirven para marcar el camino de una Eurocámara que quiere retocar e introducir mejoras en el acuerdo alcanzado por Consejo el pasado fin de semana.

El presidente David Sassoli lo tuvo claro. «Si no estuviera convencido de que es posible, no diría que es necesario cambiar cosas», indicó. La propuesta consiste en un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros financiado con la emisión de deuda común y un presupuesto de 1,074 billones de euros. De hecho, lo que menos gusta en la Eurocámara es el Marco Financiero, puesto que ha sufrido recortes respecto a la idea inicial. ¿El objetivo? Contentar a los frugales.

Sassoli dejó claro, en primer lugar, que el Parlamento está «satisfecho con la visión conjunta» adoptada por los líderes en la cumbre, ya que hace unos meses «hablar de deuda compartida era tabú». Las fuentes comunitarias consultadas por 20minutos confirmaron, eso sí, que «el Marco Financiero tiene muchas lagunas que no gustan en el Parlamento» porque hay «recortes que son casi inexplicables».

Pero sí que ve necesario abordar tres aspectos concretos: la gobernanza del fondo de recuperación, los recursos propios con los que la UE avalará la emisión de deuda común en los mercados para financiar el fondo y, especialmente, el presupuesto. El político italiano cree necesario que la Eurocámara «esté implicada en la gobernanza del fondo de recuperación», aunque reconoció que no les corresponde examinar al detalle los planes nacionales.

El portavoz comunitario Balazs Ujvari dijo este miércoles en la rueda de prensa diaria de la Comisión Europea que el fondo debe ser adoptado por mayoría cualificada en el Consejo y que su presidente debe «informar» de ello al Parlamento Europeo.

Pese a la insistencia de Países Bajos en tener derecho de veto sobre los proyectos nacionales de gasto de los fondos que puedan no convencerle, los líderes finalmente acordaron que la decisión sobre los planes de un país se tome por comitología, es decir, entre expertos de los Estados miembros sobre la base de un informe de la Comisión Europea.

Un país reticente puede pedir abordar el tema en la próxima cumbre europea que esté ya convocada, pero ahí los líderes no tendrían poder de decisión, sino que en un plazo máximo de tres meses (no prolongables salvo en circunstancias excepcionales) el asunto se tendría que resolver en comitología, precisaron hoy fuentes comunitarias.

Por lo que respecta a los recursos propios, Sassoli pidió «unos plazos precisos» para introducir de forma vinculante al menos dos de ellos ya en 2021 y para los otros planeados para más adelante en el proceso, a fin de que la carga no recaiga en los contribuyentes.

Sassoli se refirió, en concreto, no solo al impuesto que se planea para el plástico, sino también a la posible ampliación del sistema europeo de comercio de emisiones (ETS, en inglés) al sector marítimo y de la aviación.

Ante las reticencias de Alemania a utilizar el ETS, fuentes comunitarias destacaron que en verano del año próximo se hará una revisión de la directiva con lo que habrá «oportunidad de convencer» a todos los Estados miembros, ya que es precisa la unanimidad.

En gobernanza y recursos propios el presidente de la Eurocámara reconoció que «hay prerrogativas que respetamos», pero en las que «queremos estar implicados para reforzar la respuesta comunitaria a esta emergencia». Ujvari recordó que la decisión sobre recursos propios requiere la unanimidad del Consejo, una «opinión» del PE y la ratificación por los Estados miembros de acuerdo a sus requisitos constitucionales.

Es en el presupuesto plurianual donde el Parlamento tiene más ambición de hacer modificaciones, dado su papel de colegislador ahí (lo debe aprobar por mayoría absoluta). «Hay una propuesta sobre la mesa y queremos mejorarla, y dar respuestas a algunos recortes que se han hecho y que encuentran que no tienen justificación», explicó Sassoli, que citó como ejemplo los fondos dedicados a la investigación, el programa Erasmus, o la política de migración y asilo.

«Algunos de los recortes propuestos tienen que ser corregidos. En el presupuesto somos autoridad, tendremos la última palabra», dijo. El Parlamento ha advertido de que, si no se atiende suficientemente a sus condiciones, adoptará los diferentes programas de acuerdo con el actual presupuesto, «como se prevé en los Tratados».

También ha criticado que no solo se hayan mantenido sino que se hayan ampliado los llamados cheques, dinero que reciben de vuelta del presupuesto países que son contribuyentes netos, así como que se haya «aguado» el sistema que pedía para vincular el acceso a los fondos al respeto al Estado de derecho, ante el rechazo de Polonia y Hungría, principalmente.

En definitiva, la Eurocámara cree que el presupuesto 2021-2027 es «inadecuado» a largo plazo, mientras que otras fuentes comunitarias consideran satisfactorio que sume en general 10.000 millones de euros menos que las actuales cuentas plurianuales, teniendo en cuenta que se reparten entre 27 y no ya 28 por la marcha del Reino Unido, país que antes aportaba unos 60.000 millones.



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