El nivel de agua del Mar Caspio podría bajar 18 metros por el cambio climático, afectando a 100 millones de personas


El cambio climático es ya una realidad. Los niveles de agua del mar Caspio bajarán entre 9 y 18 metros a lo largo de este siglo, dependiendo de cuánto aumenten las temperaturas globales, si no se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que amenaza la biodiversidad, la economía y la estabilidad regional, pues más de 100 millones de personas viven en sus países ribereños.

El mar Caspio es, técnicamente, un lago sin litoral, pero es el más grande del planeta (con 371.000 kilómetros cuadrados) y bastante salado, tanto que aglutina cerca de un tercio de la concentración de sal en los océanos; por ello se le cataloga como mar. Pero empequeñece cada año, según un estudio realizado por investigadores alemanes y neerlandeses, y publicado este miércoles en la revista ‘Communications Earth & Environment’.

Desde la década de 1990, el nivel del agua del mar Caspio ha ido bajando unos centímetros cada año y ese fenómeno se acelerará en las próximas décadas. Por tanto, se produce el fenómeno inverso al de la gran parte de los países costeros, a los que afecta el incremento global del nivel de los océanos.

«Si el Mar del Norte cayera dos o tres metros, el acceso a puertos como Rotterdam, Hamburgo y Londres se vería obstaculizado. Los barcos de pesca y los gigantes de contenedores tendrían problemas, y todos los países del Mar del Norte tendrían un gran problema», apunta el geólogo Frank Wesselingh, de la Universidad de Utrecht (Países Bajos) y coautor del trabajo.

Además, el geólogo añade que «aquí, estamos hablando de una disminución de no menos de nueve metros, en el mejor de los casos». En el peor de los escenarios, la caída será de 18 metros y el mar Caspio perderá más de un tercio de su superficie.

Los autores apuntan que el aumento de la evaporación y la pérdida de hielo marino en invierno acelerarán la caída del nivel del agua en el mar Caspio debido al calentamiento global, lo que afectará a ecosistemas únicos en la zona, con sus aves migratorias, la beluga y la foca endémica del Capio, que cría a sus cachorros en el hielo marino del norte de ese gran lago.

También tendrá graves consecuencias para los millones de personas que viven cerca del Caspio o alrededor de los ríos que desembocan en él, sobre todo el Volga, que no tiene conexión natural con el océano.

«Esto afectaría no sólo la biodiversidad, las diversas especies y los hábitats que desaparecerían. Las economías de todos los países limítrofes se verían afectadas, incluidos los puertos, la pesca y la piscicultura», apuntan los investigadores.

Más problemas para una zona donde reina la tensión entre países

Estos problemas se producirían en una región que ya es políticamente tensa. Azerbaiyán, Rusia, Irán, Turkmenistán y Kazajistán comparten el mar Caspio, y tendrían que llegar a nuevos acuerdos sobre fronteras y derechos de pesca.

Wesselingh y sus colegas alemanes Matthias Prange, de la Universidad de Bremen, y Thomas Wilke, de la Universidad de Giessen, instan a la formación de un grupo de trabajo internacional, dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), que coordinaría la mitigación de este problema.

«El mar Caspio puede considerarse representativo de muchos otros lagos del mundo. Muchas personas ni siquiera son conscientes de que un lago interior se está reduciendo drásticamente debido al cambio climático, como indican nuestros modelos», apunta Prange.

«Este aspecto del cambio climático, la caída de los niveles de los lagos, podría ser igualmente devastador a medida que aumenta el nivel del mar en todo el mundo», escriben los tres investigadores en su artículo, donde añaden: «Se requiere una acción inmediata y coordinada para recuperar el valioso tiempo perdido. El mar Caspio, que se contrae, podría servir como un cartel del problema y ayudará a impulsar tales acciones».



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