El gobierno militar de Birmania intenta frenar las protestas masivas ordenando un apagón de Internet en todo el país


La situación en Birmania es cada vez más complicada. Tras el golpe de estado por el cual los militares tomaron el poder nombrando a una junta militar, se están organizando protestas muy numerosas de ciudadanos que reclaman la libertad de los líderes políticos en prisión y la vuelta de la democracia.

Así, la ONG NetBlocks ha denunciado un apagón de internet durante alrededor de ocho horas durante la noche de este lunes, ordenada por la junta militar. El objetivo principal es frenar la organización de unas protestas ciudadanas que no han conseguido contener y que parece que no cesarán. 

Según han confirmado en su cuenta de Twitter, desde la 1:00 (hora local) «está en vigor un cierre casi total de Internet en Birmania; los datos de la red en tiempo real muestran que la conectividad nacional está a sólo el 14 por ciento de los niveles ordinarios tras el apagón informativo ordenado por el Estado».

Aproximadamente a las 9:00, la organización ha informado que «los datos de la red muestran que la conectividad nacional ha alcanzado niveles normales tras el apagón informativo; las redes sociales siguen restringidas para la mayoría de los usuarios; la duración del incidente es de unas ocho horas».

El relator especial de la ONU sobre la situación de Derechos Humanos en Birmania, Tom Andrews, ha criticado esta nueva medida de los militares, asegurando que es como si «los generales hubieran declarado la guerra al pueblo de Birmania: redadas nocturnas, los arrestos se disparan, más derechos despojados, otro corte de internet y convoyes militares que entran a las comunidades. Son signos de desesperación. Atención generales: ustedes van a responder».

Asimismo, el Ejército ha suspendido las leyes sobre privacidad para permitir arrestar a ciudadanos y registrar propiedades sin una orden judicial, en medio de una ola de arrestos nocturnos esta noche de domingo de opositores del régimen, según informa ‘The Irrawaddy’.

Así, las autoridades ahora pueden ingresar a propiedades privadas para registrar, confiscar pruebas y arrestar sin una orden judicial, y también pueden interceptar los mensajes privados y exigir datos personales de comunicaciones telefónicas y electrónicas.

Naciones Unidas y sus «inaceptables» informes sobre violencia, intimidación y acoso

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha calificado de «inaceptables» los informes sobre violencia, intimidación y acoso de Birmania, tras alertar sobre un creciente uso de la fuerza y un supuesto despliegue de vehículos blindados en las principales ciudades del país.

Guterres ha pedido al Ejército y a la Policía de Birmania que «garanticen el pleno respeto del derecho a la reunión pacífica y que los manifestantes no sean objeto de represalias».

Tras lo que ha añadido que las continuas detenciones de dirigentes políticos, funcionarios del gobierno, actores de la sociedad civil y representantes de los medios de comunicación «son muy preocupantes, al igual que las restricciones a los servicios de Internet y de comunicación. No deben interrumpirse para garantizar el derecho a la libertad de expresión, que incluye el acceso a la información», ha puntualizado.

El secretario general ha reiterado su llamamiento a los Estados miembros de Naciones Unidas para que, a través de su influencia tanto colectiva como bilateral, garanticen la protección de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales en el país asiático.

Por último, ha instado a las autoridades militares a que permitan «urgentemente» la visita al país de su enviada especial, Christine Schraner Burgener, y se permita evaluar la situación de primera mano. El Ejército de Birmania asumió el poder el 1 de febrero después de la detención de los principales dirigentes políticos del país, tras lo que declaró el estado de emergencia durante un año.

El golpe llegó tras las recientes tensiones a raíz de las elecciones generales de noviembre, en las que tanto la oposición como el Ejército han denunciado posibles irregularidades, aunque sin presentar pruebas. Desde entonces, las manifestaciones se han sucedido en las calles para condenar el golpe y han sido duramente reprimidas.



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