El extraordinario caso del paciente 91 que tuvo en vilo a todo un país



“Si hubiera estado en cualquier otro lugar del mundo estaría muerto”, afirma el británico Stephen Cameron. Este piloto de 43 años pasó un total de 68 días conectado a un respirador en un hospital de Vietnam, país que ha seguido muy de cerca su evolución y donde ha sido bautizado como el paciente 91.

Cameron era el paciente más grave de Covid-19 en Vietnam, y su prodigiosa recuperación después de estar varias semanas en coma ha permitido a ese país mantener la estadística de cero muertos por coronavirus.

“En algún momento pareció estar cerca de la muerte, pero se salvó con las intervenciones médicas apropiadas”, declaró Pham Thi Ngoc Thao, subdirectora del hospital de Cho Ray (Ciudad Ho Chi Minh), donde estuvo ingresado. «Estoy agradecido por la terquedad de los médicos de no querer que yo muriera bajo su cuidado», ha indicado en una entrevista a la BBC.

En el último mes su curación ha avanzado a una velocidad asombrosa: despertó de un coma de casi dos meses a finales de mayo, y ha ido liberándose del respirador mecánico y de la máquina de oxigenación por membrana extracorpórea que le mantuvieron con vida desde principios de abril y que dispararon el coste de su tratamiento por encima de los 200.000 dólares, según medios estatales.

Ante su rápido empeoramiento a los pocos días de contraer la Covid-19, el 13 de marzo, y los vanos intentos de los médicos por reanimarle, las autoridades sanitarias del país se conjuraron para salvar la vida del piloto, cuya supervivencia se convirtió en una cuestión de orgullo nacional.

«En cierto momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores le dijo a mi amigo Craig que tenía un 10% de posibilidades de sobrevivir, así que se preparó para lo peor: entregó mi departamento y comenzó a hacer lo que uno haría si alguien va a regresar a casa en un ataúd», ha recordado Cameron.

Semanas antes de abandonar la unidad de cuidados intensivos, el piloto recuperó el 85% de su capacidad pulmonar, que llegó a bajar hasta el 10% a principios de mayo, cuando la única opción que los médicos contemplaban para salvar su vida era un trasplante de pulmón. Los médicos también tuvieron otras complicaciones cuando Cameron estaba en coma, como coágulos de sangre o fallos en sus riñones.

Tras más de 100 días ingresado, Cameron ya es capaz de ponerse en pie por sí mismo y hablar con los médicos, pero la debilidad muscular fruto de la larga inactividad le impide caminar sin ayuda. De hecho, ha perdido 20 kilos y sufre fatiga severa y episodios depresivos desde que despertó del coma.

«He pasado por muchas cosas a nivel mental. En este momento, lo único que quiero hacer es regresar a casa», ha asegurado. Su sueño se verá cumplido el próximo 12 de julio, cuando tiene reservado un asiento en un vuelo de Vietnam Airlines —la compañía para la que trabaja como piloto— con destino al Reino Unido.



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