El ejército de Birmania detiene a la líder del partido gobernante, Aung San Suu Kyi, al presidente y a varios políticos


La Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido gobernante en Birmania (Myanmar), y líder ‘de facto’ asimismo del país, fue «detenida por militares» este lunes, en medio de las crecientes tensiones entre el Gobierno y la oposición, y según aseguró el portavoz de la formación política, informa Europa Press. 

Los militares también arrestaron al presidente del país, Win Myint, según detalló el portavoz a la agencia DPA, así como a un número indeterminado de políticos, miembros del partido gobernante y líderes civiles, tras una semana de rumores sobre un posible golpe de Estado militar, informa Efe.

Familiares de algunos de los detenidos, entre ellos prominentes miembros de la LND, informaron de las detenciones, mientras las líneas de teléfono y comunicaciones permanecían cortadas, aunque todavía funcionaba internet.

Los soldados también tomaron el control de la cadena de televisión pública MRTV, apuntó el propio medio en un mensaje de Facebook, al que miles de usuarios respondieron con las etiquetas «salvar a Birmania» y «Necesitamos democracia», entre otras.

Efectivos castrenses también se personaron en una de las compañías de telecomunicación que opera en el país.

Amanazas de golpe de estado

El poderoso Ejército de Birmania, que mediante una sucesión de juntas militares gobernó el país durante casi medio siglo, rechazó el sábado los rumores y garantizó en un comunicado su compromiso con la defensa de la Constitución.

De esta forma, el Ejército sofocó temporalmente los rumores de golpe que se habían ido intensificando desde que el pasado martes el portavoz militar Zaw Min Tun se negara a descartar la toma del poder por parte del Ejército tras denunciar supuestas irregularidades en las elecciones legislativas del pasado 8 de noviembre.

La aplastante victoria electoral de Suu Kyi demostró su gran popularidad en Birmania, a pesar de su mala reputación internacional por las políticas contra la minoría rohinyá, a la que gran parte se le niega la ciudadanía y el voto, entre otros derechos.

El miércoles, el jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, señaló en un discurso ante el personal castrense que se debería abolir la Constitución si esta no se cumple, lo que había sido interpretado como una amenaza velada en un país que estuvo sometido a una dictadura militar entre 1962 y 2011, cuando se inició la transición hacia la democracia.

«Democracia disciplinada»

Las supuestas irregularidades fueron denunciadas en primer lugar por el Partido de la Solidaridad y el Desarrollo de la Unión (USDP), la antigua formación gubernamental creada por la anterior junta militar antes de disolverse.

La Comisión Electoral ha negado el fraude electoral en los comicios de noviembre, ganados con una mayoría aplastante por la Liga Nacional para la Democracia al conseguir el 83% de los 476 asientos del Legislativo.

El USDP fue el gran perdedor de las elecciones, al lograr solo 33 escaños, y se ha negado a aceptar los resultados, llegando a pedir que se celebren nuevos comicios organizados por el Ejército.

Los militares, que redactaron la actual Constitución en un plan de ruta para lograr una «democracia disciplinada», cuentan con grandes poderes en el país, ya que ostentan el 25% de los escaños del Parlamento y los influyentes Ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.



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