El debate sobre la pena de muerte y los derechos religiosos llega a la Corte Suprema de EE. UU.

Washington, (EFE) .- La solicitud de John Ramírez, un preso latino que quiere que un pastor bautista le ponga las manos en la cabeza y ore en voz alta cuando reciba la inyección letal, traída este martes ante la Corte Suprema de Estados Unidos.

Durante una audiencia, los nueve magistrados de la Corte Suprema, con mayoría conservadora, escucharon los argumentos de la defensa de Ramírez, cuya ejecución fue suspendida el 8 de septiembre mientras se estudia su solicitud, así como los del Departamento de Justicia y el estado de Texas.

El caso ha enfrentado a quienes defienden el derecho de los condenados a la pena de muerte a recibir asistencia según su credo religioso en sus momentos finales y a quienes ven estas solicitudes como un intento de retrasar las ejecuciones.

Ramírez, de 37 años, era condenado a muerte en 2008 por el apuñalamiento hasta la muerte de Pablo Castro, un trabajador de una tienda en Corpus Christi, cuatro años antes, a quien le robó $ 1.25.

Desde entonces, la defensa de Ramírez impugnó la sentencia y su ejecución se retrasó dos veces, una en 2017 y otra en septiembre de 2020, esta última por la pandemia del covid-19.

El sujeto ha solicitado la presencia de su asesor espiritual, Dann Moore, pastor de la Segunda Iglesia Bautista de Corpus Christi, quien lo ha visitado durante más de cuatro años en prisión.

Sin embargo, esta solicitud obligará al máximo tribunal estadounidense a decidir si se respetan los derechos religiosos de los condenados a muerte incluso ante la posibilidad de que se multipliquen solicitudes similares, lo que podría retrasar o hacer más engorrosas las ejecuciones.

El juez Clarence Thomas puso el tema sobre la mesa, preguntando si Ramírez está «engañando al sistema» o si está cuestionando «la sinceridad de sus creencias religiosas».

Pero el pedido de Ramírez no ha sido el único. Según la publicación Scotusblog, los jueces han tenido que lidiar con los requisitos de los consejeros espirituales durante los últimos dos años.

Incluso el 21 de octubre, otro prisionero, Willie Smith III, fue ejecutado mientras su pastor, Robert Wiley, estaba a su lado.

Testigos de la ejecución, según la publicación, dijeron que vieron al pastor poner su mano sobre la pierna de Smith y aparentemente rezaron por él.

Y en Texas, varios reclusos han seguido los pasos de Ramírez en las últimas semanas y han pedido la presencia de sus asesores religiosos, lo que provocó que se pospusieran sus ejecuciones, incluida la del latino Ramiro Gonzales.