El Consejo Europeo, sin avances: los líderes siguen distantes sobre el plan de recuperación y volverán a verse en julio



«Tenemos la intención de tener una cumbre presencial a mediados de julio en Bruselas». Con estas palabras, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dejó claro lo que ya se sospechaba: no hay avances para acordar el plan de recuperación. En la reunión telemática de este viernes, los líderes volvieron a evidenciar sus diferencias sobre el fondo propuesto por la Comisión Europea -dotado de 750.000 millones de euros- y tendrán que resolver el entuerto el mes que viene.

En una rueda de prensa tras cuatro horas de cumbre telemática en las que los líderes europeos han expresado sus planteamientos, el propio Michel, ha explicado que, aunque hay un «consenso emergente», todavía existen «dificultades» en algunos puntos sobre los que deben trabajar.

Por otro lado, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, ha advertido este viernes a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE de que el impacto de la pandemia sobre el mercado laboral todavía no ha llegado a su peor punto y que este momento «todavía está por llegar», con una tasa de paro que podría alcanzar el 10%, afectando especialmente a la población joven.

«Lo peor del impacto en los mercados laborales todavía está por llegar», ha expresado la presidenta del instituto emisor en la reunión, señalando que la tasa de desempleo en la eurozona podría elevarse al 10% y golpear «particularmente duro» a los jóvenes europeos. Según los últimos datos ofrecidos por la oficina europea de estadística Eurostat, el paro en la eurozona se situó en el pasado mes de abril en el 7,3%.

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, por su parte, ha expresado que la propuesta de Bruselas para el plan de recuperación es una «base mínima de partida» sobre la que todavía es posible añadir «algunas mejoras», así como que los eurodiputados no aceptarán «ningún paso atrás».

Además de pedir a los líderes «actuar urgentemente y con valentía», ha subrayado que trasladar el dinero del fondo a los países únicamente mediante préstamos (como piden los países del Norte) «tendría consecuencias asimétricas para la deuda de los distintos Estados miembros».



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