El alcalde de Granada, Luis Salvador, dimite y anuncia su apoyo a la lista del PSOE, que es la más votada | España

El alcalde de Granada, Luis Salvador, ha anunciado este jueves su dimisión y que apoyará a la lista más votada, es decir la del PSOE, para dar estabilidad al gobierno de esta capital de provincia andaluza. La candidatura liderada por el socialista Francisco Cuenca consiguió 10 de los 27 concejales en las elecciones de mayo de 2019. Salvador asegura que no ha firmado ningún pacto con los socialistas ni con nadie más. El recién dimitido alcalde de Ciudadanos ha explicado que, desde el momento en el que los concejales del PP dejaron el equipo de Gobierno, abandonaron su compromiso, y que, por tanto, él debe apoyar a quien genere estabilidad o no haga tanto ruido como se ha hecho en los dos primeros años de legislatura. Salvador ha presentado su renuncia voluntaria en la mañana de este jueves en el Ayuntamiento granadino y, tras un pleno que tendrá lugar mañana, la nueva elección debe tener lugar en un plazo máximo de diez días. En ese pleno, el PSOE presentará a su candidato, Francisco Cuenca. El PP ha anunciado que también hará lo mismo, aunque no ha dado aún ningún nombre.

Tras esta dimisión, Ciudadanos pierde el ayuntamiento de la ciudad más grande de las conseguidas en esta legislatura. Cuando se celebre el pleno de investidura del próximo regidor tendrá el mando quien logre mayoría. Si no se alcanzara, el que represente a la lista más votada. La del PSOE ―con 10 concejales― conseguiría el puesto. Salvador no ha entrado en detalles de si votará efectivamente al PSOE o se abstendrá si las cuentas para los socialistas salen sin su voto y el del único concejal que le sigue, José Antonio Huertas. El portavoz de IU-UP-Adelante, Antonio Cambril, ha confirmado que sus tres votos irán al PSOE como lista más votada.

Desde Sevilla, el coordinador de Cs Andalucía y vicepresidente de la Junta, Juan Marín, ha negado que los dos concejales de Ciudadanos vayan a apoyar al socialista Cuenca como alcalde, informa Lourdes Lucio. “No vamos a apoyar al candidato del PSOE, lo tenemos claro, porque está imputado”. Marín ha relatado que hasta el día de ayer mantuvieron, sin éxito, contactos con los concejales del PP para que fuera José Antonio Huertas quien sustituyera a Luis Salvador. El vicepresidente andaluz ha negado que la crisis municipal de Granada afecte a la coalición de PP y Ciudadanos en el Gobierno andaluz. “No afecta para nada”, ha dicho, aunque ha reconocido que si provoca quizá una situación “incómoda” en la gestión diaria de la Junta. Marín no ha dudado en señalar a Fran Hervías, ex secretario de Organización de Cs y ahora militante del PP con despacho en Génova, como el promotor de la desestabilización de gobiernos locales. “Desde que empezó todo esto, está este señor y ahí sigue intentando hacer daño”.

La concejal Raquel Ruz, del grupo socialista, asegura que su grupo ha hablado con el resto de formaciones municipales, pero que, a día de hoy, no han llegado a acuerdos con ninguno de ellos.

Los desencuentros en la alcaldía de Granada entre PP y Cs comenzaron el mismo 15 de julio de 2019, día de la toma de posesión de Luis Salvador como primer edil granadino. Antes de la votación se daba por hecho un pacto por el que PP y Cs se turnarían en el gobierno local a mitad de legislatura. Este pacto, verbal y nunca firmado en un papel, fue confirmado aquella mañana por concejales del PP que habían sido testigos de él. Salvador y sus tres concejales, en cambio, olvidaron aquello tan pronto asumieron la alcaldía. Fue, realmente, un trato de seguridad en el ámbito local para asegurar los votos del PP a Cs, obligados realmente por otro acuerdo realizado en Madrid en el que PP y Ciudadanos se repartían diferentes ámbitos de poder en España. Los actores locales se reunieron horas antes de la toma de posesión y reforzaron la decisión nacional con su acuerdo local de gobierno repartido en periodos de dos años. Fue el modo de Salvador de asegurar el voto del PP en aquella elección y de los populares de garantizarse que dos años después podrían gobernar. Minutos después de la toma de posesión, fuentes de Ciudadanos negaron a este diario la existencia de ese pacto. Desde entonces y hasta hace algunas semanas, el PP también lo ha negado.

Salvador nombró el equipo de gobierno y, poco a poco, Sebastián Pérez, número uno de la candidatura a la alcaldía del PP, se sintió arrinconado, tanto por su partido como por el alcalde. Ya entonces intuyó que a mitad de legislatura no iba a ser regidor. Finalmente, el pasado mayo anunció su salida del PP y del equipo de gobierno, donde apenas tenía funciones.

Esa salida desencadenó un hilo de confesiones y nuevos intereses. El pacto negado durante dos años se hizo real súbitamente. A continuación, el PP, que nunca mostró especial interés por la alcaldía mientras Pérez estuvo al frente de su grupo, cambió las tornas y los seis concejales que pertenecían al equipo de Gobierno lo abandonaron y exigieron a Salvador que los dejara gobernar. Dos de los cuatro concejales de Cs también abandonaron el gobierno y dejaron a Salvador solo con un único concejal.

Salvador nunca ha mostrado en público su debilidad, algo que todos veían menos él. Tampoco ha considerado un problema gobernar una ciudad de 235.000 habitantes con un único concejal de apoyo. Mientras, el PSOE y el PP han anunciado numerosas reuniones sin avanzar demasiado. Vox ha reclamado nuevas elecciones mientras con fuertes críticas a Salvador e IU-UP-Adelante ha preferido esperar y ver. La gota que colmó el vaso, no obstante, tuvo lugar en pleno del pasado 25 de junio, cuando a mitad del acto, todos los grupos menos IU-UP-Adelante abandonaron el pleno y obligaron al alcalde a suspenderlo. Ahí fue cuando, además de saberse, se vio que la situación estaba ya en un callejón sin salida. Pocos días después, Salvador ha tirado la toalla y ha puesto en la casilla ganadora al PSOE, algo que quizá el PP no vio venir cuando salió del equipo de gobierno.



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