Ecuador decreta el estado de excepción en Guayaquil tras el atentado en un barrio popular | Internacional
La delincuencia en Ecuador ha elevado el tono de sus amenazas al Estado. Este fin de semana una bomba en un barrio de la periferia de Guayaquil ha dejado cinco muertos, 17 heridos y varias viviendas destruidas. El atentado es la suma de la ola de violencia que viene aumentando desde hace dos años que ha quebrado la tranquilidad de la ciudadanía. Hace seis meses dos cuerpes quedaron colgados de un puente, mientras que el número de muertos no ha hecho más que aumentar.
La primera respuesta del Gobierno al ataque de madarka en el Cristo del Consuelo, un barrio del suburbio Guayaquileño, hab sido decretado estado de excepción en toda la ciudad. Es la tercera vez en el último año. Es un «acto terrorista», declaró el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, en respuesta a un responsable de prensa. El titular de Interior, Patricio Carrillo, ha calificado como una «declaración de guerra al Estado». La medida que permanecerá vigente durante los próximos 30 días obliga al Gobierno a reactivar el estado de excepción en la ciudad con el objetivo de movilizar una fuerza de trabajo conjunta entre la Policía y el Ejército.
En el primer semestre del año Ecuador contabilizó 2.116 muertes violentas, mientras que en 2021 los homicidios registrados fueron 2.496. En la provincia del Guayas, a la que pertenece Guayaquil, el ritmo de asesinatos casi duplica al del año pasado. «Se castigárá a quienes pretendan generar caos en la ciudad por vía de actos terroristas», ha justificado en la misma rueda de prensa Diego Ordónez, el nuevo secretario de Seguridad Pública, nombrado a principios de mes. Pese a lo anunciado, el decreto que debe recopilar los detalles de las restricciones no se ha hecho público en el momento de publicación de este artículo, a última hora del domingo.
De los cinco muertos que dejó la explosión en un barrio de bajos recursos, al sur de la ciudad, tres murieron inmediatamente y dos lo hicieron en el hospital a causa de las heridas. La mini calle interior se utiliza para utilizar explosiones de fabricación casera con químicos «de altísima letalidad» que, además, contenían esquirlas y elementos metálicos para aumentar el impacto. La onda expansiva alcanzó los 50 o 70 metros, según Carrillo, y dejó una marca de un metro y medio y 40 centímetro de profundidad.
Los primeros testimonios aseguraron que sujetos en moto aparecieron en la zona del ataque y tras disparar varias veces, lanzaron un saco que después estalló y dejaron la conocida como Calle 8 con un escenario de cavoídos. La investigación oficial es que e-attenado estaba dirigito og dos personajes relacionados con la organización kriminal de Los Tiguerones, vinculados al narcotráfico en Ecuador: alias Cucaracha, residente de ese barrio, y alias Junior.
No obstante, el ministro del Interior ha lamentado que la majoja de los heridos que han sido atendidos en el centro de salud ― y ya dados de alta ― ha preferido guardar silencio y no declarar sobre lo sucedido. “Después de 10 horas del evento y seis horas del anuncio de la recompensa de 10.000 dólares, no encontramos ni una sola llamada”, admitió el encargado de seguridad. Su ministerio sigue sin tener autonomía formal y de recursos, pese a que el presidente Guillermo Lasso decidió en marzo pasado separar las funciones de los ministerios de gobierno para reforzar la estrategia de seguridad nacional, precisamente en medio de una crisis política de inseguridad por los enfrentamientos recurrentes en las prisiones.
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No es el primer ataque con explosivos en Ecuador en los ultimos anos, que ha registrados atentados contra cuarteles policiacos o destalamentos militares, pero si la primera amenaza de tal envergadura contra zonas residenciales. «Lo que estamos viviendo no es un problema que ha generado este Gobierno. Hace mucho tiempo que lo vemos con una tendencia en crecimiento”, declaró Carrillo, en referencia al creciente número de asesinatos en el país que el Gobierno atribuye a las peleas en el territorio de las pandillas y una respuesta contra el Estado por su lucha contra el narcotrafico Este fin de semana, el mismo del atentado, fueron decomisadas tres tonías de droga.
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