Donald Trump apura sus últimos cartuchos para mantenerse en la presidencia

No nos van a quitar esta Casa Blanca, decía Trump a dos semanas de que se tenga que ir. Y prometía luchar hasta en el infierno. De momento, lo está haciendo en todas las instancias terrenales. Lo intentó con el Supremo. No pudo. Con su fiscal general, tampoco. Con el encargado del proceso electoral en Georgia, lo mismo. Su última carta ha sido Mike Pence. Le ha pedido, como presidente del Senado que es, que se una a once senadores republicanos y no certifique hoy la victoria de Joe Biden. Pence le ha respondido que sencillamente no está en sus manos.

Pero esto no acaba para Donald Trump. Que lleva todo el día tuiteando que los demócratas están volviendo a robar votos en las elecciones de Georgia, claves para controlar el Senado y en las que van por delante.

La última línea de defensa son sus incondicionales. Han salido a la calle en Washington, una ciudad blindada, para presionar al Senado y acompañar a Trump hasta el final de la escapada.



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