Dicen que las vacunas fueron diseñadas contra enfermedades graves

Dicen vacunas se diseñaron contra la enfermedad grave

Madrid, 3 de septiembre (EFE) .- Las actuales vacunas contra el covid-19 no fueron diseñadas para prevenir la transmisión, aunque también tiene un efecto sobre ella, sino para prevenir enfermedades graves y muertes, objetivos para los que siguen siendo eficaces.

Dos inmunólogas españolas, Carmen Álvarez, de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y África González, de la Universidad de Vigo, aclaran a Efe algunas dudas que pueden surgir sobre la eficacia de las vacunas contra el coronavirus.

1.- ¿A qué nos referimos cuando hablamos de la eficacia de las vacunas? La efectividad indica protección contra la muerte y enfermedades graves, pero no evita los contagios, “especialmente contra la variante Delta, que es tan contagiosa. Podemos contraerlo, pero de forma asintomática o mucho más leve ”, explica González.

Las vacunas fueron diseñadas -recuerda Álvarez- para prevenir enfermedades graves y muerte y, cuando se cumple el calendario completo, están siendo efectivas en el porcentaje que se dijo, que depende de cada vacuna (las de Pfizer, Moderna o Astrazeneca superiores a 90% de efectividad) porque “nada es nunca al cien por cien”.

2. – Entonces, en algunos países con altas tasas de vacunación, por ejemplo Israel, ¿por qué están aumentando las hospitalizaciones? Hay varios factores, «pero el más importante, seguramente, ha sido la aparición de la variante Delta, mucho más contagiosa, que ha provocado que personas ya vacunadas se contagien nuevamente», indica González.

También hay personas que no fueron vacunadas o en las que no fue totalmente eficaz y, además -agrega- hay una disminución de la protección al cabo de un tiempo, sobre todo en las personas mayores.

Álvarez recuerda que no existe una vacuna cien por cien eficaz. «En el caso de que sea un 95% eso te deja un 5%, que, si ahora el virus es más transmisible por la variante Delta, provoca que más personas se infecten», lo que no quiere decir que si tienen que estar hospitalizados acaben en la UCI.

3.- ¿En qué medida se utilizan las vacunas para prevenir la transmisión? Además de ser efectivas contra enfermedades graves y muertes, otra pregunta es si las vacunas también podrían servir para prevenir la transmisión, pero como no fueron diseñadas para eso, en un principio no se supo, dice Álvarez.

Con las primeras variantes del virus, Alpha y Beta, «funcionaron muy bien» para evitar la transmisión, pero con el Delta «parece que no está funcionando tan bien». Eso no es efectividad, sino porcentaje de transmisión «y eso es lo que puede estar fallando».

Lo que ha cambiado con Delta es el número de personas que hay que vacunar para «conseguir una muy buena inmunidad de grupo», que ya no es del 70%, «ahora tenemos que llegar al 90% de la población vacunada, con esta variante tan transmisible». ».

4.- ¿Es normal que con el tiempo se pierdan los anticuerpos contra el virus? Cuando hablamos de la protección de una vacuna, nos referimos a todo el sistema inmunológico, con sus componentes celulares y anticuerpos. Algunos estudios -enfatiza González- solo se enfocan en anticuerpos, «cuando todo debe analizarse al mismo tiempo».

Los anticuerpos disminuyen normalmente con el tiempo; el virus ya ha desaparecido y, por tanto, no son necesarios. «Lo importante es que permanezcan las células de memoria, que se pueden activar rápida y eficazmente la próxima vez que vean el virus, y se volverá a generar una batería completa de células y anticuerpos».

Esta memoria inmune – indica – es defectuosa en algunas personas, especialmente en los ancianos, y los hace más susceptibles a enfermarse y reinfectarse.

5.- ¿Se justifica una tercera dosis de refuerzo en este momento para toda la población? La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido una moratoria hasta octubre para permitir dosis suficientes para los países en desarrollo, «pero algunos ya se lo han saltado», destaca González y considera que «lo lógico es dar un salvavidas a todos y no dar dos chalecos salvavidas para unos pocos ».

Álvarez señala que una tercera dosis general no está científicamente justificada. Lo que hay que conseguir es que los países que tienen una tasa de vacunación del dos o tres por ciento alcancen, al menos, el 20%, aunque añade que este pinchazo recordatorio podría ser necesario para los pacientes inmunodeprimidos.

La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) está analizando los datos, «pero parece» -dice González- que una tercera dosis no sería necesaria a nivel mundial, «pero podría estar autorizada para inmunodeprimidos, o personas inmunodeprimidas por fármacos, tras recibir un trasplante, o personas mayores 6.- ¿Existe la posibilidad de que tengamos que seguir vacunándonos contra el covid-19 cada poco tiempo? Por ahora, eso no lo sabemos, dice González.

La variante Delta ha llegado a comprometer lo logrado hasta ahora y «es probable que lleguen nuevas, que pueden requerir no una tercera dosis, sino una nueva vacuna».

Por otro lado, una vez vacunada la mayor parte de la población, su sistema inmunológico puede aprender y mejorar frente a posibles nuevas variantes que lleguen, apunta González y concluye que “si no hubiéramos tenido vacunas, con la variante Delta habríamos tenido colapso”. el sistema de salud y muchas más muertes. EFE

Por: Carmen Rodríguez

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