Detenido en Estados Unidos un exagente de la CIA acusado de espionaje y de vender secretos de estado a China



El Gobierno de Estados Unidos anunció este lunes la detención y posterior enjuiciamiento de un exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de origen hongkonés acusado de espionaje y de vender secretos de estado a la República Popular China.

El Departamento de Justicia informó de que Alexander Yuk Ching Ma, de 67 años, un exagente que estuvo quince años en la CIA, fue arrestado el pasado viernes en Hawái, donde residía. Según la denuncia penal, divulgada hoy, la policía federal (FBI), obtuvo pruebas de las actividades de espionaje de Ma sin que él se diera cuenta, siguiéndolo a reuniones en las que entregaba información secreta a sus contactos de la China comunista.

Ma, que se mudó desde Hong Kong a Hawái, había sido reclutado en 1982 por la CIA, agencia de la que renunció en 1989, y colaboró como agente del Ministerio chino de Seguridad al menos desde principios de 2001, según las autoridades.

De acuerdo a los documentos judiciales, en marzo de 2001 Ma mantuvo al menos cinco reuniones con funcionarios del espionaje chinos en Hong Kong, encuentros que fueron grabados por el FBI, una agencia con la que el acusado había trabajado como contratista. Según el FBI, durante esas reuniones Ma supuestamente entregó a China «voluntaria y conscientemente» información sobre «activos humanos» e identidades de oficiales de la CIA.

Las grabaciones del FBI muestran que en esas reuniones los funcionarios chinos le dieron 50.000 dólares a Ma y a un pariente suyo que también es exagente de la CIA como pago por la información. El presunto espionaje de Ma continuó tras haber sido contratado como contratista externo por el FBI en 2004, en calidad de experto en chino, indican los documentos judiciales. De esa etapa se le acusa de haber grabado documentos sobre un sistema de misiles guiados y haber fotografiado documentos secretos.

A principios del año pasado, el FBI le tendió una trampa en la que un agente encubierto que se hizo pasar por un espía chino se reunió con él en su oficina de Honolulu en la que le puso una de las grabaciones de las reuniones en Hong Kong de marzo de 2001. Convencido de que se trataba de un agente de Pekín, Ma aceptó otros 2.000 dólares y se ofreció a seguir trabajando con China, para contribuir al «éxito de la patria».

«Este grave acto de espionaje es otro ejemplo de una larga serie de actividades ilícitas que la República Popular de China lleva a cabo dentro y contra Estados Unidos», dijo en un comunicado Alan Kohler Jr., subdirector de Contrainteligencia del FBI.

«Para los servicios de inteligencia chinos, estos individuos son prescindibles. Para nosotros, son recordatorios tristes pero urgentes de la necesidad de mantenernos alerta», aseguró por su parte el secretario de Justicia adjunto, John Demers.



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