Después del 15-N, los problemas continúan en Cuba | Internacional

El 15-N ya pasó. Pero, ¿qué pasa con el 16-N y el 17-N y en adelante? Esa es la gran pregunta que flota en Cuba en este momento, luego de los hechos de los últimos días en torno al marcha cívica por el cambio promovido desde la plataforma Archipiélago y frustrado en medio de un gran despliegue policial contra sus principales organizadores y líderes opositores. A este misterio hay que sumar el inesperado giro de los hechos provocado por la inesperada salida del país del principal líder de la protesta, Yunior García, quien Llegó a Madrid el miércoles en un vuelo de Iberia con su esposa Dayana Prieto, algo que sorprendió a locales y extraños.

El miércoles se produjo una notable confusión dentro de la propia plataforma, que por la mañana en su cuenta de Facebook consideró “desaparecido” a Yunior García, luego de ser visitado en su domicilio por uno de sus activistas y nadie abrió la puerta. Luego de que se desactivara la marcha del 15-N, día en el que prácticamente nadie salió a la calle vestido de blanco, como lo solicitó Archipiélago, los promotores de la protesta emitieron un comunicado en el que manifestaron que «las causas que motivaron la convocatoria». Seguía vigente y que el Gobierno no había «entendido el mensaje», por lo que propusieron que la gente siga saliendo a manifestarse hasta el próximo 27-N. Pero, aparentemente en estos días en las ciudades y pueblos de Cuba, poco o nada se moverá.

En la calle, los cubanos llevaban una vida normal el miércoles bajo la crisis galopante que se vive en la isla, lo que implica numerosos sacrificios, especialmente parados en largas colas para comprar cualquier producto básico, o en la parada de autobús, o frente a un farmacia agotado. Estas condiciones de penuria económica, base del descontento popular que provocó las masivas protestas del 11 de julio, difícilmente cambiarán en el corto plazo. Por eso, dicen desde sectores críticos, pero también desde posiciones afines al Gobierno, las autoridades harían mal en presentar lo sucedido como una victoria y pretender que no ha pasado nada.

Ha quedado claro que, con la presión ejercida en los días previos y el despliegue policial, o porque mucha más gente los apoya de lo que se piensa, el Gobierno ha sabido mantener el control en las calles del 15-N. Pero también, según diversos académicos e historiadores, hay un dato que las autoridades no pueden ignorar: las cosas en Cuba han cambiado y no pueden seguir gobernando como antes, pretendiendo que no ha pasado nada e ignorando a una juventud que será cada vez más crítica.

«Procesar la diversidad existente es un Rubicón en la Cuba de hoy», dijo la investigadora y exdirectora de la revista universitaria. alma mater Julio César Guanche. “La diversidad existe, se expresa y seguirá demandando canales de expresión. Es el país de hoy. La promesa de cómo lidiar con esa diversidad no puede ser mantenerte en el camino de la guerra con actos de repudio y / o afirmación repetidos ad infinitum. Existe la diferencia. Hay que vivir con ello y reconocer la legitimidad del conflicto ”, escribió Guanche sobre el día después del 15-N en sus redes sociales.

“El país es más diverso de lo que muestran las guerras de canciones y colores. Frente a lo que algunas áreas quieren mostrar, por su propio interés, no solo hay dos opciones. El Gobierno no tiene como única opción lo que está haciendo. La crítica y la protesta social tampoco tienen un camino único ”, dice este historiador, señalando que“ no estamos ante problemas de un día, ni relacionados con una persona en concreto. «

Y agregó: “Hay apoyo para el Estado cubano que no es la aprobación de actos de repudio o detenciones ilegales, ni de juicios sumarios, ni de solicitudes de condenas de 25 años. No toda la oposición en Cuba la financia Estados Unidos, ni es antipatriótica porque es una oposición ”.

Para la historiadora Alina Bárbara López, coordinadora del portal La Cuba JovenLo que pasó el día 15 no es de extrañar, era algo esperado. En Cuba, aseguró, «las presiones sobre la ciudadanía son muy grandes, y si algo se ha demostrado de manera transparente es la forma en que se gobierna, no por consenso, sino a través de la violencia y la represión». A su juicio, «el 15-N logró un objetivo muy importante, que es demostrar a la ciudadanía ya la opinión pública internacional cómo funciona el Estado».

Sobre la salida del país de Yunior García, prefirió no comentar, pero consideró que «liquidando liderazgos y presionando a las personas más comprometidas para que se vayan de Cuba, lo único que hace y pretende el gobierno es ahorrar tiempo». Advierta que esto no servirá de nada. Con malestar popular y circunstancias económicas como las vividas en Cuba, y «cuando los de arriba no pueden seguir gobernando con los mismos métodos, y los de abajo ya no se adaptan a ser gobernados de esa manera», comienza un «momento histórico ”Nuevo, piensa.“ En momentos históricos se puede ganar tiempo, pero estos suelen ser irreversibles cuando llegan a cierto punto, que es lo que está pasando en Cuba ”, dice. 15-N y el 16 de noviembre, Yunior García está en España y ahora tendremos que ver los siguientes movimientos en La Habana.

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