Crece la presión a Macron para que anuncie esta noche un confinamiento de Francia tras desbocarse la pandemia


La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, y el presidente de la Federación de Hospitales de Francia, Frédéric Valleteux, urgieron este miércoles al Gobierno a cerrar las escuelas para frenar la rápida expansión de la pandemia en el país.

Estos llamamientos, que no son los únicos, tuvieron lugar mientras el presidente Emmanuel Macron y un comité restringido del Gobierno estudian nuevas medidas, incluido un posible nuevo confinamiento nacional, que el mandatario anunciará esta noche en televisión a todo el país.

«La situación es muy grave», recalcó Hidalgo en declaraciones al canal BFMTV, en las que recordó que en la capital hay 850 clases cerradas con 20.000 escolares afectados.

Tasa de incidencia de 850 por cada 100.000 jóvenes 

Añadió que la tasa de incidencia entre los jóvenes de 15 a 19 años es de 850 por cada 100.000 en los últimos siete días, frente a los 377 del conjunto del país.

Por su parte, Valletoux afirmó al que «el cierre de las escuelas es hoy una necesidad» como forma de frenar los contagios ante la progresiva saturación de los servicios de cuidados intensivos.

Recordó que actualmente «hay cierres masivos de clases» por la aparición de casos positivos entre los alumnos, por lo que «hay que cerrar las escuelas. De todas formas, llegan las vacaciones» de Pascua.

Precisamente, una de las posibilidades que estudia el Gobierno es unificar esas vacaciones de Pascua en todo el país de forma que los estudiantes se queden en casa a escala nacional durante dos semanas.

En Francia, algunas vacaciones escolares se toman en distintas fases por regiones para evitar desplazamientos masivos en fechas concretas

Macron examina nuevas restricciones

El presidente francés, Emmanuel Macron, rodeado de los miembros de su Gobierno que dirigen la crisis del coronavirus, estudia hoy miércoles nuevas restricciones ante la situación crítica en los hospitales que presentará en una alocución pública en televisión.

El Elíseo anunció que Macron intervendrá a las 20.00 locales (18.00 GMT), a la hora de máxima audiencia televisiva.

Antes se reúne desde las 9.00 (7.00 GMT) como cada miércoles el Consejo de Defensa Sanitaria en el que uno de los principales puntos de análisis será la posible evolución de la presión en los hospitales y en particular en las unidades de cuidados intensivos.

Este martes se superó el umbral simbólico de los 5.000 pacientes en las ucis, por encima del pico de la segunda ola a mediados de noviembre, y algunos epidemiólogos han advertido de que en unas semanas se podría llegar al techo de los 7.000 de la primera ola.

Según la emisora France Info, una de las posibles hipótesis para aliviar la situación en la región de París donde las ucis ya están a un nivel de ocupación superior al 100 % sería la transferencia de enfermos de las ucis a otras partes del país y sin el consentimiento de las familias, que ha sido el motivo de freno en las últimas semanas.

Eso se acompañaría de la movilización de plazas en las clínicas privadas, ya que se considera que allí se podrían conseguir 2.000 plazas suplementarias a nivel nacional

La segunda hipótesis, de acuerdo con France Info, serían el cierre de las escuelas en los 19 departamentos -incluidos todos los de Ile de France- que por su situación epidémica particularmente delicada aplican un confinamiento suave, que prohíbe con carácter general los desplazamientos más allá de 10 kilómetros del domicilio.

Ese escenario, que es el más probable de acuerdo con la televisión BFMTV, obligaría a generalizar más el teletrabajo, en particular para los padres de los alumnos que tienen que quedarse en casa, con controles suplementarios en las empresas.

La tercera posibilidad sería un confinamiento duro en esos 19 departamentos y en algunos otros en los que la situación está empeorando, que podría parecerse al que estuvo en vigor entre mediados de marzo y comienzos de mayo de 2020.

Hasta ahora, el jefe del Estado ha defendido con uñas y dientes la estrategia que ha mantenido desde el mes de enero, pese a las peticiones de responsables sanitarios, de evitar un confinamiento a las bravas y también de no cerrar las escuelas.

Junto a la presión de buena parte del personal médico para que dé un nuevo giro de tuerca en las restricciones, hay diferentes signos de hartazgo en buena parte de la población por las reglas actuales, teniendo en cuenta que desde finales de octubre están cerrados todos los establecimientos de vida social, como bares, restaurantes, cafés, cines, teatros, salas de espectáculos o gimnasios.

Una prueba de ese hartazgo son las concentraciones festivas que se suceden en diferentes ciudades, en particular en los últimos días en los que el tiempo es casi veraniego en Francia, con temperaturas que este miércoles van a superar los 25 grados.

Después de la que reunió a varios miles de personas en la calle en un carnaval en Marsella y de los cientos que se concentraron el domingo en Sète, este martes se dieron nuevos episodios en los parques de Lille o en las orillas del río Saone en Lyon, con cientos de personas en los dos casos.

En Lyon, las fuerzas del orden optaron por evitar el enfrentamiento directo y esperar a que los concentrados se disolvieran por su propia iniciativa, aunque la Prefectura (delegación del Gobierno) anunció en su cuenta de Twitter que va a llevar esos hechos a la justicia para establecer responsabilidades penales.





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