corrientes de lava y emisiones de ceniza

El volcán siciliano Etna, el más activo de Europa, ha vuelto a sorprender este martes a sus vecinos con una nueva erupción, que ha dejado espectaculares imágenes nocturnas con varios brazos de lava que descendían por la ladera de la montaña y una leve lluvia de ceniza.

La erupción del volcán, que lleva varios meses alternando diferentes intensidades de actividad, comenzó la mañana del 17 de enero, cuando una pequeña corriente de lava empezó a salir de la parte más oriental del cráter del sudeste. El fenómeno duró aproximadamente una hora, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, Osservatorio Etneo.

La tarde el 18 de enero, la actividad se intensificó rápidamente y se produjo una nueva erupción entre las 19.30 y las 20.00 horas. El culmen de la actividad llegó con pequeñas fuentes de lava sobre los flancos del cráter del sudeste. No obstante, estos fenómenos han quedado limitados a la cumbre del monte.

En cuanto a la dirección de las corrientes de lava emitidas por el volcán, una se ha dirigido al desértico Valle del Bove y ha descendido hasta una altitud de 2.900 metros sobre el nivel del mar, mientras que el otro brazo ha avanzado hacia el lado norte.

La fase explosiva ha disminuido ya significativamente y solo se registran emisiones esporádicas de ceniza que el viento dispersa con rapidez.

El Etna ya entró en erupción los pasados días 13 y 14 de diciembre, cuando provocó una ‘lluvia’ de ceniza sobre Catania, que oscureció coches, balcones, calles y avenidas en la ciudad siciliana durante la fase más intensa. Poco después, volvió a registrar actividad el 21 y 22 del mismo mes.



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