Colombiano Juan Gabriel Vásquez gana la Bienal de Novela Mario Vargas Llosa | Cultura

Juan Gabriel Vásquez es el nuevo ganador en la IV Bienal de Novela Mario Vargas Llosa, un premio de 100.000 dólares que se otorga a la mejor novela de los últimos dos años (2019 y 2020), y que solo ha sido galardonado en tres ocasiones desde 2014. La novela premiada este año fue Vista trasera sobre el director de cine Sergio Cabrera, cuya infancia y adolescencia estuvieron marcadas por la militancia de su padre en el maoísmo y en una de las guerrillas colombianas.

«Esta novela está escrita desde la misma obsesión que ha animado mis libros anteriores», dijo Vásquez al ganar el premio. «Esa obsesión por contar el espacio donde la vida íntima choca con las fuerzas de la historia y la política».

«Con enorme capacidad narrativa y una prosa extraordinaria, esta obra trabaja con materiales de la realidad, enhebrando el presente con las vicisitudes del convulso siglo XX», dijo el cronista argentino. Leila guerriero, director del jurado en el que también votó el mexicano Rosa Beltrán, la estadounidense Raquel Chang-Rodríguez, el peruano Efraín Kristal y el español Fernando Rodríguez Lafuente. El jurado también celebró el trabajo de investigación de Velásquez con Sergio Cabrera y su familia, que tardó casi siete años en publicar la novela. El libro, agregó el jurado, es como «un mural de los enfrentamientos políticos e ideológicos más relevantes del siglo pasado y una historia emotiva e inquietante, a veces trágica, sobre padres e hijos, legados y culpas, identidad y convicciones».

Vista posterior Atrás es una novela histórica que reconstruye la infancia y adolescencia del cineasta colombiano Sergio Cabrera, trastornado por los ideales de su abuelo (un coronel republicano que tuvo que salir de España en plena Guerra Civil) pero sobre todo de su padre, un devoto Maoísta que dejó a Sergio y su hermana en la China de Mao Zedong para ser Guardias Rojos y luego se unió a la guerrilla colombiana. «Fue difícil para mí escribirlo, pero sobre todo fue difícil para ellos recordarlo», dijo Vásquez sobre los siete años de conversaciones con Sergio Cabrera y su hermana, recordando la forma en que se comportaron sus padres, sus ideologías y la emotividad. heridas que dejó este pasado. en ambos.

Aunque el libro no cuenta con hechos, Vásquez ha insistido en que es una novela y no una biografía porque modela solo una parte de la historia real de Cabrera para enfocarse en el impacto del fanatismo en la vida personal. «He descubierto que ficción también significa no solo contar de la nada, sino también interpretar la realidad que nos dan los demás», dijo al presentar su novela en la Bienal.

Al hablar de cómo se relaciona su novela con el actual proceso de paz en Colombia, Vásquez dijo que comenzó a escribirla cuando comenzaron los acuerdos de paz en La Habana, y ahora el libro puede aportar una visión diferente y más personal a los esfuerzos en diferentes instituciones. para entender lo que pasó en 50 años de guerra. “Hay una parte de ese pasado que si no tuviéramos la novela, la ficción, quedaría en la oscuridad: cómo se sentía un hombre en las guerras”, dijo en la Bienal. Hace unos meses, en una entrevista con El PAÍS, elaboró ​​este mismo punto: “El novelista, decía Joseph Conrad, es un historiador de las emociones. Sin emociones no hay una historia completa, porque los hechos no lo cuentan todo. Los hechos no nos dicen todo sobre las guerras napoleónicas. Tenemos que ir a Guerra y paz de Tolstoi para tener la imagen completa ”.

A diferencia de la bienal de 2019, cuando el evento fue fuertemente criticado por la falta de mujeres, esta vez la distribución de género fue más equitativa y las discusiones giraron en torno a otras inquietudes políticas: ataques del Gobierno de Daniel Ortega contra la El autor nicaragüense Sergio Ramírez y la censura de su novela Tongolele no supo bailar; y el Las protestas de los escritores peruanos luego de que el gobierno de Pedro Castillo retirara arbitrariamente a seis autores de la lista oficial viajar a la FIL de Guadalajara en noviembre, donde el país andino será el invitado de honor.

El tema general de esta bienal fue «Literatura: último refugio de la libertad», por lo que en las mesas de discusión se mencionaron los ataques o arbitrariedades de diferentes gobiernos contra los novelistas. “En países verdaderamente libres, la literatura no parece tener una función política, se entiende como entretenimiento”, dijo Vargas Llosa en el acto inaugural. Pero, agregó, “basta con que en un país se restrinjan las libertades, que se reduzca ese margen para criticar a los gobiernos, para criticar a las distintas instituciones, para que la literatura se cargue de cierta vivacidad crítica. Los libros comienzan a leerse de una manera diferente que en las sociedades libres ”.