Colombia: «Asesinamos campesinos inocentes»: la confesión de colombianos militares ante el tribunal de paz | Internacional


Néstor Guillermo Gutiérrez, imputado en la causa por ‘falsos positivos’ de la Justicia Transicional de Colombia, en la audiencia, en Ocaña.

Cinco años después del nombre de la empresa acuerdo de pazColombia está en medio de la guerra judicial en guerra, cada uno con su propia decisión. Især al esclarecimiento de uno de los peores crímenes del conflicto armado, los falsos positivos, el eufemismo con el que se conoce a los funcionarios por parte de los militares para presentarlos como guerreros que luchan en el combate. En un nuevo golpe de la Justicia Transicional, un interrogatorio militar impuesto sobre crímenes de guerra y ayuda humanitaria primero este marzo una vergüenza audiencia de reconocimiento, cara a cara ante sus víctimas. «Asignándonos inocentes, campistas», admite uno de los máximos responsables en la primera de las dos revistas dedicadas a los fenómenos de la región de Catatumbo.

el presidente de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el magistrado eduardo cifuentesdeclaró que «en ningún momento hemos estado acostumbrados a la ley y la posibilidad de impartir justicia», en un mensaje transmitido a la audiencia. «La tragedia de detener la guerra no tendrá que repetirse, si se hace justicia y si se hace», dijo. Fue el preámbulo un lavancha de testimonios de víctima, intercalados con los reconocimientos de los victimarios. Las relaciones, subrecogedores, se suedieron uno tras otro. Coincidieron en quejarse de la estigmatización de los campesinos como guerrilleros. El hecho, según una petición expresa de las víctimas, fue trasladado a un teatro del municipio de Ocaña, en el departamento de Norte de Santander, donde se encuentra con vida la mayoría de las familias.

«Mi hermano, Javier Peñuela, fue un hombre sacado de una tienda, fue sequuestrado, fue torturado, fue robado de su casa», se desahogó Sandra Barbosa, una agriculturora de la region quien lleva 14 años en busca de recuperar su buen y relató el omskiftelser múltiple para anunciar el cuerpo. “Queremos cambiar las tácticas para entrenar en nuestro ejercicio, no las tenamas para nuestros compañeros y nuestros activos, las tenamas para cuidarnos y nuestra proteína”, los anuncios sobre tarima a comparicientes.

el intercambio con Néstor Guillermo Gutiérrez, una retirada suboficial, imputado como uno de los máximos responsables y considerado por la JEP ejecutor directo de varios homicidios, fue uno de los momentos más dramáticos. “Javier Peñuela es campero, hoy lo digo acá, en público; como todos sus familiares, buena gente”, dice Gutiérrez. Relatar que su único «pecado» es el día en que ejecuta la captura por mentira del tasado para ir al pueblo a sacramentar una comida. Mencionó en varias ocasiones el precio de los altos mandatos por resultados, alianzas con paramilitares y las listas negras de colaboradores de la guerrilla, que en realidad no están aquí. “Asociamos ignorantes, campistas. Y uno de mis compromisos cuando me reúno con las víctimas es claro que hay sentido, hay mundo, hay paz”, admite.

En otro caso insólito, Villamir Rodríguez, un diario vivo soberano, dio cuenta de un video en el que quisiera agradecer que los uniformados creadores a los que se les permitió comparecer, nunca perdieron el contacto y pudieron comparecer ante el profesor. “Que es un sable porque iban a hacerme ese falso positivo«, La publicidad a los militares. «Nunca has peleado, no has matado. “Vengo tiene que lidiar con su nombre”, dijo Daladier Rivera al capitán de la cancha. “Elaboré documentos de inteligencia falsos”, admitió.

Las primeras decisiones de la Fundación JEP son inminentes. La inédita audiencia de reconocimiento, el primer paso del sistema, activa una nueva etapa judicial en la que los acusados ​​deben reconsiderar sus responsabilidades y marcar la diferencia. Correspondencia a la subcomisión en la que la Sala de la Reconciliación ha alojado a 11 personas -entre ellas un general de brigada, dos forenses, dos forenses, un alcalde, un capitán, dos sargentos y un capitán, además de un civil- por su participación en los muertos al menos 120 personas en Catatumbo, Norte de Santander, región fronteriza con Venezuela, entre 2007 y agosto de 2008.

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los lamados falsos positivos, fue orinado durante el mandato de Álvaro Uribe (2002-2010), hay una fuente constante de compromiso en una sociedad que busca duplicar la página de la violencia en medio de la polarización que ha caracterizado al país desde las negociaciones de paz. Sus ramificaciones se están produciendo en Colombia y más allá. Como parte de caso 03 que la JEP haya documentado por lo menos 6.402 «Misiones y despachos presentados como tales por los agentes del Estado». Los ocurridos en el Catatumbo son emblemáticos por varias razones.

Las 120 víctimas de Norte de Santander, que ostentaban un perfil semántico y obediente a un patrón sistemático, buscaban satisfacer el indicador oficial de equidad militar en el cuerpo del cuerpo del cuerpo del cuerpo del cuerpo, detallando el tribunal en su imputación. Los incentivos incluyen felicitaciones, medallas, permisos y vacaciones. Alli hubo dos modalidades criminales. En el primero, eran hombres jóvenes entre 25 y 35 años, habitantes de la zona rural del Catatumbo, en su mayoría campesinos, comerciantes y transportistas informales. En esta etapa se concentra la jornada de este marzo.

Familiares de víctimas durante una audiencia pública de conciliaciones de 'falsos positivos', en Ocaña.
Familiares de víctimas durante una audiencia pública de conciliaciones de ‘falsos positivos’, en Ocaña.
JEP (EFE)

Cuando las denominaciones del pueblo del Catatumbo comienzan a acumularse, los militares comienzan a asesinar ya traer jóvenes de otras regiones, comprometidos a transfigurarse con la misma propuesta de presentadores como combatientes. Fue así como el país entró en 2008 de la relación de las últimas madrás de soacha, en las mediaciones de Bogotá, que buscan sus desapariciones y terminales en un espacio común de Ocaña, a pesar de que integrantes del juzgado denuncian las muertes producto del combate. En ellos se concentra la concentración del mundo mercantil. Las víctimas en el chaleco de vestir escondido con el imagen de altos mandatos militares y el mensaje que popularizó el movimiento de las madres de Soacha: “¿Cuál es el orden?”.

El proceso para los falsos positivos es uno de los grandes procesos –o macrocasos– más avanzado en la corte de paz, junto con eso imputan a la cúpula de la extinción FARC por una serie de delitos asociados a la secuela, que tendrá lugar en Bogotá el próximo 31 de mayo. Si los comparadores reconocen su responsabilidad durante las audiencias, además de aportar valor completo, detallado y exhaustivo, las primeras resoluciones a concluir deberán producirse en los próximos tres meses.

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