busca el reconocimiento de su soberanía a cambio de ‘donar’ dosis a otros países


Cuando la vacuna contra la Covid-19 no existía, se hablaba mucho de cómo iba a ser el reparto por los diferentes países del mundo. Muchos abogaban por una distribución equitativa que no se olvidase de los estados con menos recursos, pero la realidad es que la vacuna se ha convertido en un diamante que todos quieren y que se vende al mejor postor.

Sin embargo, cabe destacar que recientemente ha echado a andar el proyecto COVAX, liderado por la OMS, que busca la solidaridad internacional para permitir el acceso a las vacunas a los países menos avanzados. Ghana y Costa de Marfil se estrenaron el miércoles gracias a la plataforma y pusieron sus primeras dosis. En total, está previsto que la plataforma envíe 11 millones de vacunas en los próximos siete días y que alcance los 247 millones a finales de mayo, que se asignarán a 147 estados.

Más allá de COVAX, el abastecimiento de vacunas no está siendo el previsto, lo que inquieta más a las naciones y sus dirigentes, que se pueden plantear tomar ciertas decisiones un tanto controvertidas con el objetivo de acelerar su proceso de vacunación. Israel -y su líder Netanyahu– son plenamente conscientes de ello, y han comenzado una táctica denominada como «la diplomacia de las vacunas» que involucra la ‘donación’ de dosis a cambio del reconocimiento de su soberanía sobre el territorio palestino ocupado.

República Checa, Hungría, Honduras y Guatemala ya han recibido por lo menos 5.000 dosis de la vacuna y esperan aumentar este número, a cambio del apoyo diplomático y, sobre todo, del reconocimiento de Israel como país y su soberanía sobre su territorio y la última capital declarada oficial, Jerusalén. Para ello, desde el país judío se les invita a estos estados a trasladar su embajada -en caso de tenerla- a esta nueva capital. Además, este excedente de vacunas de Israel no es casualidad, ya que pagaron por cada dosis el doble de dinero que la Unión Europea, con el objetivo de aprovisionar el máximo número posible. 

Sin embargo, Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano, explica a 20minutos que cree que hay aspectos de esta «diplomacia de las vacunas» que chocan respecto a la situación de Jerusalén: «Según la legalidad internacional, se considera que una parte de Jerusalén son territorios ocupados pendientes de resolver su situación de manera consensuada por ambas partes», por lo que reconocer la ciudad como la capital va en contra del derecho internacional.  

Más allá de las normas internacionales, el número de dosis que está entregando Israel a cambio de estos favores -en busca de un ansiado ‘carpetazo’ a su soberanía- es insignificante y su repercusión en la población es mínimo. «Hay muchas dudas sobre si las vacunas van a llegar a los ciudadanos o simplemente se van a quedar para la élites, especialmente en los países menos democráticos. Debido al número de dosis recibidas, el impacto sobre la salud pública parece diminuto, pero los grupos elitistas saldrán beneficiados», explica Amirah.   

Evolución del territorio de Palestina e Israel
Evolución del territorio de Palestina e Israel
Carlos Gámez

Una maniobra orquestada por Netanyahu que provoca división en el país

A pesar de que a priori puede parecer una medida que beneficia a Israel en el escenario internacional, el primer ministro Netanyahu no las tiene todas a su favor. Hace unos días la justicia israelí paralizó la exportación de estas vacunas debido a que el fiscal general, Avichai Mandelblit, pidió explicaciones sobre qué ocurría exactamente con estas dosis y a dónde iban dirigidas. Además existen dudas sobre si le corresponde a Netanyahu tomar estas decisiones de forma unilateral y desde la oposición han celebrado la paralización de estos envíos.

«Es una maniobra del primer ministro que no cuenta con todos los apoyos. El ministro de defensa señaló que no había sido informado del plan y le acusó a Netanyahu de llevar a cabo esta medida como mensaje electoral, en vista a que tienen dentro de un mes sus cuartas elecciones en dos años», explica Amirah. 

La inestabilidad política ha sido la tónica de los últimos años en Israel. Incapaces de formar un gobierno de coalición entre varios partidos, las repeticiones electorales se suceden y mientras Netanyahu se aferra al poder. Ahora, busca acercarse a los partidos ultraortodoxos y algunos árabes para conseguir los apoyos que le hagan gobernar otra legislatura. 

El enésimo intento de que se reconozca su soberanía en la comunidad internacional

Desde el nacimiento de Israel tras la Segunda Guerra Mundial ha existido el conflicto con Palestina. Naciones Unidas estableció un reparto del territorio que no dejó a ninguna de las partes contenta y comenzó así un conflicto que ha tenido picos de intensidad y que llega hasta el día de hoy. Israel ha ido avanzando sus fronteras pero sin lograr el ansiado reconocimiento internacional de su soberanía sobre el territorio

«Israel lo lleva intentando décadas. Para ello ha intentado todo tipo de medidas, ya sean económicas, de apoyo militar, armas de inteligencia etc. El movimiento actual es solo un intento más de conseguir ser reconocido, tras los pasos que dio Donald Trump durante su mandato», declara Amirah.

Sin embargo, solo la actitud de los países que van o han recibido dosis determinará si este plan ha sido efectivo. Desde Israel esperan que les correspondan de la manera que esperan y además suma otro factor importante en el escenario internacional y europeo, debido al papel que juegan Hungría y República Checa. «Sus líderes mantienen fluidas relaciones diplomáticas con Netanyahu y han decido ir al margen de la Unión Europea en muchos aspectos. Para el primer ministro israelí es una manera de introducir en la UE unas posiciones favorables a sus intereses e incluso influir en las decisiones que exigen unanimidad dentro del organismo europeo», afirma el investigador del Instituto Elcano.  

Por último, Amirah denuncia la discriminación a los habitantes palestinos que viven bajo control israelí, a pesar de que ya ha comenzado la vacunación de una parte de ellos: «Un aspecto relevante es el de la población palestina que vive bajo el mando israelí. Tiene la obligación por derecho internacional de vacunar a los palestinos, porque ante la comunidad internacional se reconoce a Israel como potencia ocupante y a Palestina como potencia ocupada. Pero no están cumpliendo con su obligación». 



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