Biden y Merkel apoyan «la integridad territorial de Ucrania» y ven preocupados el movimiento de Putin en la frontera


El Kremlin aseguró hoy que las «posibles» sanciones de Estados Unidos por ciberespionaje contra Rusia no contribuirán a la celebración de una cumbre entre los presidentes ruso, Vladímir Putin, y estadounidense, Joe Biden. «Está claro que las probables sanciones (de EEUU) no van a contribuir de ninguna manera a esa reunión», dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.

Además, Peskov agregó que «será una decisión de los presidentes» si las sanciones repercutirán o no en la propuesta de Biden de reunirse próximamente con Putin en un tercer país. Además, precisó que la propuesta de Biden, realizada el lunes durante una conversación telefónica, aún está «en proceso de estudio» y que, en todo caso, una cumbre de ese nivel no se puede organizar en cuestión de semanas.

En caso de producirse, sería la primera reunión de alto nivel entre los líderes de ambos países desde que Putin y el expresidente Donald Trump se reunieran en Helsinki en julio de 2018.  En cuanto a las sanciones, el portavoz presidencial aseguró que Moscú condena cualquier política sancionadora, ya que la considera «ilegal», y advirtió que el Kremlin defenderá siempre una postura de «reciprocidad».

«Reciprocidad para garantizar de la mejor forma sus propios intereses. Por supuesto, no nos gustaría actuar en nuestras relaciones bilaterales según la fórmula leninista: ‘Un paso adelante, dos atrás'», apuntó. Según informó la cadena CBS, EEUU se dispone a emitir este jueves una amplia gama de sanciones contra Rusia en represalia por sus incursiones a través del ciberespionaje, en particular la interferencia de Moscú en las elecciones presidenciales de 2020.

Las sanciones podrían afectar a más de 30 entidades rusas e incluyen la expulsión de al menos 10 personas de ese país de Estados Unidos, incluidos funcionarios de inteligencia y diplomáticos, de acuerdo con las fuentes consultadas por la cadena.

Según un informe no clasificado de la inteligencia de EE.UU., Putin autorizó campañas de influencia destinadas a dañar la candidatura de Biden durante las elecciones de 2020 y favorecer a la de Trump, asegura la CBS. Las relaciones entre Moscú y Washington no han dejado de deteriorarse en los últimos años, aunque la llegada a la Casa Blanca de Trump en 2016 despertó muchas expectativas en Rusia.

Ucrania tensa más su relación con Moscú y le advierte que «no cruce la línea roja»

El Gobierno de Ucrania se reserva el derecho a responder «si Rusia cruza la línea roja», en el marco de un recrudecimiento de las tensiones, que coincide con reiteradas violaciones del alto el fuego en las regiones ucranianas de este y con un refuerzo de las tropas rusas al otro lado de la frontera.

«Si Rusia cruza la línea roja, tendrá que sufrir», ha advertido el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleva, en una rueda de prensa junto a sus homólogos de Letonia, Lituania y Estonia, que han viajado a Kiev como gesto de apoyo. Kuleva también recibió esta semana en Bruselas el respaldo explícito de la OTAN.

«Espero que los esfuerzos diplomáticos, entre ellos esta visita, nos ayuden a impedir que algo así ocurra y, llegado el caso, a restaurar la integridad territorial», ha afirmado el ministro ucraniano, según la agencia de noticias Bloomberg.

El jefe de la diplomacia ucraniana ya trasladó a la OTAN y a la UE que su país necesita «apoyo práctico» en estos momentos, lo que se ha traducido en numerosos mensajes de apoyo. El Gobierno de Estados Unidos también ha expresado su preocupación, incluso con una llamada telefónica del presidente Joe Biden a su homólogo Vladimir Putin.

El embajador ucraniano en Alemania, Andriy Melnik, ha advertido en una entrevista a la emisora Deutschlandfunk de que Kiev estudiaría la posibilidad de hacerse con armas nucleares si no prospera la integración en la OTAN. «Nos quedaría la otra opción, que es armarnos», ha argumentado, según la agencia DPA.

Ucrania renunció a su arsenal nuclear tras la caída de la Unión Soviética y en busca del apoyo de otros socios alejados de la órbita rusa. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, reclamó recientemente un ingreso rápido en la Alianza Atlántica para enviar una «señal» a Moscú.



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