Arranca la subasta millonaria del 5G que ganarán los que no se presentan | Economía


La subasta de las concesiones de la banda de frecuencias del 5G, la nueva generación de telefonía móvil llamada a revolucionar no solo las telecomunicaciones sino la industria del futuro, ya tiene ganadores tres días antes de que comience. Y curiosamente, son dos compañías que han decidido no presentarse a la puja organizada por el Gobierno al considerar que las condiciones de la subasta, que parte con un precio de salida de casi 1.000 millones de euros, no son justas. Se trata de MásMóvil y Digi que, pese a no participar en el concurso, se han asegurado ya el acceso a las frecuencias subastadas merced a sendos acuerdos con Orange y Telefónica, respectivamente.

En efecto, según ha podido saber EL PAÍS de fuentes del sector, ambos operadores han firmado ya acuerdos que les garantizan que, pase lo que pase en la subasta, sus abonados gozarán de la misma cobertura de las nuevas redes 5G de la que disfruten los clientes de Telefónica y Orange en todo el territorio nacional.

De esta forma, Telefónica tendrá que prestar cobertura universal de 5G a los abonados de la operadora rumana Digi, mientras que Orange hará lo propio con MásMóvil, aunque este último operador ya dispone de frecuencias propias para la nueva generación de telefonía móvil en otra banda (la de 3,5 gigahercios).

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MásMóvil, que está a punto de adquirir Euskaltel, y Digi son los dos únicos operadores nacionales que crecen tanto en ingresos como en clientes mes a mes, a costa de quitarles esos abonados a las tres grandes compañías con red propia (Telefónica, Orange y Vodafone), cuya facturación cae ininterrumpidamente desde hace años debido a la fuga de abonados en busca de tarifas de bajo coste.

Digi ha decidido no presentarse a la puja porque prefiere continuar manteniendo su estatus de operador móvil virtual (OMV), sin red propia, y usar la de Movistar. Por su parte, MásMóvil, que sí dispone de red móvil propia y de la cobertura añadida de la de Orange, entiende que las condiciones de la subasta del 5G no son justas por lo que también ha declinado su participación.

Y, ¿por qué se prestan Telefónica y Orange a ceder su red a empresas que les quitan clientes mes a mes a costa de un desembolso millonario? Por un lado, hay razones financieras, ya que ninguno de los dos gigantes pueden prescindir de los ingresos mayoristas que reciben por alquilar sus redes a otros operadores. Pero también pesan las causas políticas. Ni Orange ni mucho menos Telefónica pueden plantear un desaire al Gobierno no presentándose a la puja, máxime cuando hay en juego cientos de millones de los fondos europeos de recuperación a los que aspiran ambas multinacionales. “Y no hay que olvidar que el de las telecomunicaciones es un sector hiperregulado que depende del Boletín Oficial del Estado”, apuntan fuentes de las compañías.

El Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital anunció ayer que la subasta para la adjudicación de la banda de 700 MHz, que soportará los servicios prioritarios para el 5G, comenzará el próximo martes, 20 de julio, con un precio de salida de 995 millones de euros en su conjunto.

Telefónica, Orange y Vodafone son los únicos operadores que han confirmado su participación en la subasta por las concesiones, que suman un total de 75 MHz, 60 MHz para comunicaciones pareadas y 15 MHz solo para descendentes. Se espera que la puja se prolongue al menos durante una semana y que alcance los 1.500 millones de euros, según fuentes del sector. Una cifra lejos de los 2.100 millones de euros que el Ministerio de Hacienda consignó como objetivo recaudatorio en los Presupuestos Generales del Estado para 2021.

Diariamente, la mesa de adjudicación publicará en la página web del ministerio que dirige Nadia Calviño la información de las rondas celebradas en el día, una vez considere la mesa terminadas las pujas.

Las concesiones tendrán una duración mínima de 20 años y podrán ser ampliadas en 20 años más. Es decir, podrán alcanzar una duración de 40 años, como adelantó la ministra de Economía en un encuentro con EL PAÍS. Con el conjunto de estas concesiones, el Gobierno prevé que cuando acabe junio de 2025 más de 400 localidades del país tendrán cobertura 5G con esta banda, el 30% de ellas antes de que finalice el 2022 y el 70% antes de julio de 2024. Antes del año que viene también deberán contar con cobertura los diez principales aeropuertos del país, los tres puertos, las seis estaciones de ferrocarril y las ocho autopistas principales del país. En este sentido, cuando termine junio de 2025 el número de aeropuertos con cobertura 5G se ampliará a 22, el de puertos a 12, el de estaciones de ferrocarril a 10 y el de carreteras a 87.

Se trata de la tercera subasta de frecuencias para redes 5G realizada en España, después de la subasta de la banda 3,6-3,8 gigahercios (GHz) celebrada en 2018 y de la licitación de 20 megahercios de esa misma banda realizada el pasado mes de diciembre de 2020. La banda de 700 MHz es la más anhelada por las compañías puesto que es la que permite mejor acceso a los interiores de los edificios, logrando una experiencia con la telefonía móvil similar a la de la telefonía fija.

Retraso de la asignación

La asignación de frecuencias, el espacio radioeléctrico de titularidad pública, se produce con meses de retraso por la covid-19 y las restricciones de movilidad asociadas a la pandemia. En España la demora se ha debido también al problema añadido de las cadenas de televisión que ocupaban las frecuencias que albergarán ahora los servicios 5G, a las que ha habido que mudar a otras bandas para evitar interferencias. Todo ese retraso tendrá consecuencias en la recaudación.

El Gobierno estableció un precio de salida de 995,5 millones de euros, un 15% inferior a la cifra inicial publicada en consulta pública. Los operadores presionaron para conseguir la rebaja ante las voluminosas inversiones que deberán acometer para desplegar la nueva red. Fuentes del sector calculan que el despliegue supondrá un gasto de 5.000 millones de euros.

Los grandes países europeos ya han realizado la subasta. El patrón muestra que quienes la celebraron antes, más ingresaron. La telefonía 5G despertó unas expectativas inusitadas cuando se definió su estándar tecnológico universal, pero con el paso de los años la percepción del mercado es que esa revolución no tendrá una influencia significativa en los ingresos de los operadores, sobre todos los europeos, porque están obligados a alquilar esas redes a precios regulados a los competidores sin red. Es lo que va a ocurrir con Telefónica con Digi y Orange con MásMovil.

Italia cerró la subasta en octubre de 2018 y logró recaudar más de 6.500 millones de euros en la subasta de espectro para el 5G. Alemania ingresó 6.550 millones de euros en la subasta que celebró en junio de 2019 por los 41 bloques de frecuencias del 5G. Por su parte, Francia recaudó en octubre de 2020, ya en plena pandemia, un total de 2.790 millones de euros. Y Reino Unido, adjudicó el pasado marzo sus frecuencias 5G por 1.356 millones de libras (1.587 millones de euros)

Fábrica de Gestamp en Barcelona adaptada a la tecnología 5G.

La tecnología que cambiará nuestro día a día

El 5G o quinta generación es el nuevo estándar de banda ancha inalámbrica que proporcionará mayores velocidades, cobertura y prestaciones que el actual LTE-4G. En un futuro próximo el 5G servirá para el lanzamiento de la industria 4.0, el Internet de las cosas, la robótica o el coche autónomo, pero ya tiene aplicaciones prácticas. Las videollamadas se han popularizado y el 5G permite realizarlas en calidad Full HD sin cortes o degradación de la comunicación. Además, gracias a la menor latencia o tiempo de respuesta, se incrementan notablemente los servicios de vídeo en streaming, como Netflix, HBO o las plataformas de los operadores (Movistar +, Orange TV y Vodafone TV). También se mejora notablemente el gaming.

Las conexiones con el 5G son 100 veces más rápidas que las actuales (aunque ahora solo alcanzan velocidades medias 10 veces superiores al 4G), de modo que las descargas de datos incluso superarán a las de las actuales redes fijas de fibra óptica. Por ejemplo, una película de 1GB se podrá bajar en menos de diez segundos.

Más que la velocidad de subida o de bajada, la principal mejora que introducirá el 5G es la reducción de la latencia. La latencia es el tiempo de respuesta que tarda un dispositivo en ejecutar una orden desde que se le manda la señal. Cuanto más baja, más rápida será la reacción del aparato que accionemos a distancia, ya sea un coche de conducción autónoma o una videoconferencia. El 5G reduce ese retardo a un milisegundo, desde los más de 10 del 4G.



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