«Algún amigo me confiesa que tiene envidia»


Sus amigos todavía no saben cuándo les llegará su turno, pero ellos volverán a España en verano completamente inmunizados contra el coronavirus. Hay jóvenes que, a pesar de la pandemia, decidieron estudiar en el extranjero en este año tan atípico. Sin duda la experiencia habrá sido diferente a la de estudiantes de años anteriores; ya no solo por la excepcionalidad de la situación, sino porque muchos de ellos volverán con un organismo capaz de hacerle frente al virus

«Una amiga que estudia Medicina aquí -de Erasmus, como yo- se enteró de que ya estaban vacunando a la población general y me dijo que me apuntara. Y así lo hice». Es el relato de Julián García, un madrileño de 23 años que marchó en septiembre a Rumanía para cursar el tercer año de Ciencia del Deporte y Actividad Física. Como él, todos los alumnos españoles en el país están recibiendo la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. «Más tarde recibí un correo de la universidad de destino diciendo que los Erasmus íbamos a poder ser vacunados en un centro móvil especial, pero no se sabía ni qué vacuna era ni el día previsto. Aunque yo ya me había registrado en la opción que da el gobierno rumano para la población general», explica García a 20minutos.

Apenas se lo pensó. Nada más saber que tenía la posibilidad, el joven se apuntó en la lista de espera. «No me lo plantee, vi que era una buena oportunidad y que así ya no lo tendría que hacer en mi país», afirma. A sus padres se lo comentó, aunque una vez ya registrado. «Me dijeron que adelante con la vacuna, pero que tuviera precaución con los efectos que pudiera tener. Mis amigos se alegraron también e incluso alguno confesó tener un poco de envidia, ya que en España no se sabe exactamente cuándo vacunarán a los jóvenes», cuenta el joven desde Cluj-Napoca, una ciudad al noreste del país.

La estrategia de vacunación del Ministerio de Sanidad no contempla todavía las fechas previstas para la población más joven. De momento, reiteran, insisten y se esfuerzan en asegurar que a finales de verano el 70% de la ciudadanía española estará vacunada. Eso sí, priorizando a los grupos de riesgo y de mayor edad. Esto, por tanto, excluye a las generaciones más jóvenes, que ni siquiera saben si serán inmunizadas en este año 2021. 

Ya en octubre del año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que los jóvenes tendrán que esperar a 2022 para que les llegue su turno. De todas formas, la experiencia de estos meses demuestra que nada es definitivo y que el plan -que depende también de la efectividad de cada suero según las características de cada persona- puede cambiar de un día para otro. Es indudable que el ritmo se ha acelerado considerablemente y el optimismo crece ante la previsión de llegada de nuevas vacunas; pero lo más probable es que sean los últimos en recibir las dosis.

Distinto al de España es el método de Rumanía. Ahí directamente decidieron inmunizar primero a su personal considerado esencial para luego ofrecer la vacuna, de manera generalizada, al resto de la población; con la mirada puesta en tener a cinco millones de vacunados para el 1 de junio y a «10 millones de rumanos a finales de julio», según prometió el primer ministro Florin Cîtu.

«Me planteé ponérmela al ser AstraZeneca pero mi madre, que es enfermera, me animó a hacerlo. Era una oportunidad que en España no iba a tener»

El caso es que, ahora, cualquier persona residente en Rumanía puede apuntarse a la lista de espera para vacunarse contra la Covid-19. Así lo hizo también Imanol Cuevas, estudiante de Ingeniería Mecánica en el país. El joven bilbaíno de 26 años recibió el mismo mensaje aunque, a diferencia de su compañero Julián, él sí que se replanteó inocularse la vacuna. «Me planteé ponérmela al ser AstraZeneca pero mi madre, que es enfermera, me animó a hacerlo, ya que era una oportunidad que en España no iba a tener, al menos durante un tiempo».

Imanol Cuevas (i) y Julián García (d) han pasado el último año de Erasmus en Rumanía, donde también han sido vacunados contra la Covid-19.
Imanol Cuevas (i) y Julián García (d) han pasado el último año de Erasmus en Rumanía, donde también han sido vacunados contra la Covid-19.
20minutos

Cuevas recibió la primera dosis el 2 de abril y tiene prevista la segunda para el 28 de mayo. Él no sufrió ningún efecto secundario, excepto algo de dolor en la zona de pinchazo durante unos días. Julián García, por el contrario, sí que pasó una mala noche con «temblores, frío y fiebre». Pero asegura que al día siguiente tomó Paracetamol cada seis horas y se encontró ya «perfectamente». A él le vacunaron un poco antes, el 29 de marzo, por lo que la segunda dosis se la inyectarán el 24 de mayo.

Por lo que cuentan los estudiantes a este periódico el ambiente entre todos los alumnos era de aceptación a recibir la vacuna. La gran mayoría ya se ha vacunado o está citado para hacerlo en los próximos días, pero también hay algunos que han preferido esperar a hacerlo en España. «Me lo pensé muchas veces. Hasta llegué a hablar con mis padres para saber su opinión», reconoce Hiusra Mohamed, una joven de 20 años procedente de Ceuta que estudia Administración y Dirección de Empresas en Rumanía. Sus padres le dijeron que hiciese lo que quisiera, y sus amigos le animaron a aprovechar la oportunidad, pero finalmente decidió no vacunarse allí. «Simplemente porque no estoy en mi país y no sé cómo va a reaccionar mi cuerpo ante esta vacuna sin estar cerca de mi familia», explica.

Un debate polémico

Vacunados o no, los tres -y decenas de estudiantes más que, como ellos, han pasado este último año en el país rumano- han tenido una opción que aquí en España no está siquiera sobre la mesa. El priorizar a jóvenes en la estrategia es un debate que ha puesto de relieve distintas posiciones. Hay quienes consideran necesario inmunizar a este grupo de población, considerándolo como uno de los mayores propagadores del virus. 

Otros, por el contrario, insisten en proteger primero a los susceptibles de sufrir una peor evolución de la enfermedad. Son varios los países que se lo han llegado a replantear, como Bélgica, aunque muy pocos lo han convertido en una realidad a día de hoy. Indonesia, por ejemplo, decidió ir en un sentido contrario al de la mayoría de países y, una vez vacunados todos sus sanitarios, empezó a inmunizar a los trabajadores de entre 18 y 59 años.

EE UU acelera el ritmo

Luego está el caso de Estados Unidos y su vertiginoso ritmo de vacunación. A tres millones y medio de inmunizados al día, el país cuenta ya con más de un tercio de la población con al menos una dosis inyectada (39,9%) y a un 25,7% con la pauta completa, según datos de los CDC. Cada Estado sigue su propia estrategia, pero por lo general la mayoría ha ampliado la elegibilidad para vacunación a los residentes de 16 años o más (de hecho, ya hay en torno a 1,2 millones de menores vacunados con una dosis).

Gala Paredes es una joven de Vigo (Galicia) de 17 años que marchó en agosto de 2020 a EE UU a cursar el ‘Junior year’ -equivalente al primero de bachillerato en España- con Newlink Education, y volverá el próximo mes de junio estando completamente inmunizada. Paredes recibió la primera dosis de Pfizer el pasado 9 de abril, y la segunda se la inyectarán el 30 del mismo mes. 

Gala Paredes es una joven de Vigo (Galicia) que marchó en agosto de 2020 a EE UU a cursar primero de bachillerato.
Gala Paredes es una joven de Vigo (Galicia) que marchó en agosto de 2020 a EE UU a cursar primero de bachillerato.
20minutos

«Aquí tengo amigos de mi edad que se la han puesto y mi ‘host mom’ (madre de acogida) me preguntó si estaba interesada en ponérmela, ya que en España aún no sería posible«, relata, explicando que nunca llegó a recibir la posibilidad de registrarse en una lista de espera, pero que fue consciente de que mucha gente de su alrededor estaba siendo inmunizada.

«Yo hablé con mis padres sobre la posibilidad de ponerme la vacuna y me dijeron que querían que me la pusiera», cuenta la joven desde la ciudad de Jackson, en el estado de Tenessee. Así, con la ayuda de su madre de acogida, Paredes se puso en contacto con la coordinadora que gestiona su estancia en Estados Unidos y empezaron a mover el proceso de autorización para que pudiera ser vacunada allí. «Fue muy rápido. Mandaron la autorización a mis padres, a España, y cuando ellos devolvieron firmada, ya podía ponerme la vacuna. Pedimos la cita y me la pusieron esta mañana», explicó el mismo día a este periódico.

Preguntada sobre lo que siente ahora que ya está blindada frente al virus, Paredes confiesa que no sabe «si contenta sería la palabra». Ella pasó la enfermedad en noviembre, por lo que la emoción que sintió entonces, y que seguramente mantenga a día de hoy, es más bien de alivio y tranquilidad por saber que no va a tener que volver a pasar por lo mismo. «Mis padres aún no han tenido la oportunidad de ponérsela en España, pero quieren», afirma, asegurando que ellos «están contentos» de que su hija vaya a volver completamente vacunada contra el coronavirus.

Tanto los que han ofrecido su testimonio desde Rumanía como las que lo han hecho desde Estados Unidos coinciden en una cosa: no se arrepienten de haber seguido adelante con la decisión de estudiar un año en el extranjero. Eran conscientes de que se iban a perder muchas cosas por la situación, pero seguramente ignoraban que ganarían algo que, a día de hoy, constituye uno de los bienes más preciados: la inmunidad frente a un virus que ha conseguido poner en jaque al mundo entero.



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