Aborto en México: Una batalla imparable | Opinión


Una mujer durante una protesta a favor de la despenalización del aborto en Querétaro, México, en una foto de 2020.Cesar Gomez / Jam Media / Getty Images

La batalla de las mujeres por su libertad está plagada de obstáculos y termina resolviéndose muchas veces en los tribunales de muchos países del mundo. Ahora la Corte Suprema de Justicia de México acaba de dar un salto histórico en ese país al declarar inconstitucional los artículos del Código Penal del Estado de Coahuila que sancionan la interrupción voluntaria del embarazo con hasta tres años de prisión. Es una decisión tomada por unanimidad que, tras la reciente reforma del Poder Judicial, le permite sentirse ya jurisprudencial. Esto facilitará que la resolución sea invocada y tenga efectos en todo el país. México no tiene legislación federal sobre el aborto y solo cuatro de los 32 estados, contando la Ciudad de México, permiten la interrupción voluntaria del embarazo en términos fijos. El resto se rige por distintas normativas, incluidas algunas muy restrictivas, que acaban generando una gran inseguridad. Cada año se producen cerca de un millón de abortos clandestinos, con el consiguiente riesgo de persecución penal y para la salud de las mujeres, ya que un tercio de ellos terminan en graves complicaciones.

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El Ejecutivo de López Obrador No se declara en contra del aborto, pero no ha abordado el tema que afecta los derechos y libertades de la mujer. Un gobierno cuya ideología, en muchos aspectos, se alinea con postulados progresistas, hasta ahora no ha legislado sobre esta materia, decisión que ha justificado con el pretexto de evitar enfrentamientos. Esa es una trampa en la que caen muchos otros gobiernos no solo en América Latina, sino también en el resto del mundo. Teniendo en cuenta que tanto la Iglesia católica como otras confesiones evangélicas igualmente intransigentes han convertido la prohibición del aborto en una estrategia preventiva, negarse a intervenir en este asunto implica en la práctica reforzar la posición de las fuerzas retrógradas que ejercen el control del cuerpo de la mujer. como presa de contención frente a todos los cambios sociales.

La lucha de las mujeres por su libertad está siendo demasiado lento y doloroso en América Latina, pero es imparable y sus logros comienzan a ser tangibles. El aborto es una batalla más que simbólica. Después de muchos años de lucha, las mujeres lograron un gran triunfo en Argentina con su despenalización El pasado diciembre. Pero apenas un mes después, y para conjurar un avance similar, el Congreso hondureño aprobó una reforma de la Constitución que evitará que esta práctica sea despenalizada en el futuro. La Asamblea Legislativa de Nicaragua había avanzado en 2007 con una reforma retrógrada que aborto terapéutico prohibido hasta entonces en vigor. Estos movimientos muestran que la causa de la libertad avanza, pero que también puede retroceder, como ha sucedido en los casos mencionados y también en el estado estadounidense de Texas, cuyas mujeres es posible que a partir de ahora las rutas clandestinas que atraviesan la frontera entre México y Estados Unidos, pero en este caso en sentido contrario y poder abortar.

Tener que recurrir a un aborto clandestino en condiciones inseguras y peligrosas sigue siendo una violencia estructural masiva que se suma a las demás violencias que sufren las mujeres, entre ellas un número insoportable de feminicidios.



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