Economías de Oriente Medio y Asia Central se contraerán un 4.7 %, según FMI



El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que las economías de Oriente Medio y Asia Central se contraigan en 2020 un 4.7 %, lo que supone una rebaja del 2 % con respecto a sus previsiones del pasado mes de abril debido a la pandemia del coronavirus y la crisis de los precios del petróleo.

En un informe publicado este lunes, el FMI argumentó que la nueva previsión de que dichas economías se contraerán un 4.7 % se debe al «gran impacto» que han tenido en la actividad económica de los países las «estrictas» políticas implementadas por los distintos gobiernos para mitigar los efectos del COVID-19.

En este sentido, alertó de que según las naciones han comenzado a reabrir su actividad económica y comercial en las últimas semanas, el creciente aumento de los casos de coronavirus en la región podría suponer un «riesgo» añadido.

A este factor se suman la interrupción causada por la pandemia en los sectores turístico y comercial, así como la «fuerte» bajada de los precios del petróleo tras caer la demanda mundial, lo que llevó a aplicar un significativo recorte en la producción en marco de un acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios (OPEP+).

Varios países del golfo Pérsico optaron por recortes de producción voluntarios y adicionales, tras incrementarse la crisis el pasado mes de marzo por una guerra de costes entre Arabia Saudí y Rusia.

«El inusualmente alto nivel de incertidumbre sobre la duración de la pandemia y el impacto del cierre de firmas, los riesgos negativos resultantes (incluyendo disturbios civiles e inestabilidad política) y la potencial volatilidad renovada en el mercado global de petróleo dominan el pronóstico», reza el estudio del FMI.

El organismo recomendó a los países de la región apostar por apoyar la recuperación económica y poner en marcha políticas de protección social «fuertes» y «bien orientadas», sin perder de vista la máxima prioridad a corto plazo, que es garantizar un buen sistema sanitario.

Los países del golfo Pérsico han ido levantando en las últimas semanas las restricciones impuestas para hacer frente al coronavirus, si bien siguen registrando picos importantes de casos y fallecimientos.

El impacto del COVID-19, sumado a la guerra de precios desatada en marzo entre Rusia y Arabia Saudí, hundió los precios del petróleo a mínimos no vistos en décadas, golpeando fuertemente a esta región dependiente del oro negro.



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