Contrabando de semillas afecta productores y empresarios dominicanos

Las importaciones continúan afectando a los sectores productivos dominicanos. En esta oportunidad, el presidente de la Asociación Dominicana de Procesadores, Importadores y Representantes de Semillas (Adosemillas) denunció que en la República Dominicana existen contrabando de semillas que están afectando al sector en el país, provocando que los agricultores tengan una baja productividad.

“El año pasado el país fue azotado por la importación de semillas introducidas al país no por medio legales. El permiso de las semillas lo da el Ministerio de Agricultura y esas semillas fueron introducidas, no sabemos cómo, pero apareció en los campos y nosotros estamos pidiendo a las autoridades que tomen más control para que nosotros los productores y los empresarios no seamos estafados por estos importadores”, explicó Tomás Tatis, presidente de Adosemillas.

Precisó que entre las semillas introducidas en el país ilegalmente están las de zanahorias, cebolla, brócoli y otros. “Te dicen que son de una marca determinada, pero no lo son”.

Sin embargo, asegura que la introducción al mercado nacional de semillas de calidad certificada de variedades mejoradas de hortalizas, cereales, frutas, tubérculos y otros rubros agrícolas, ha permitido poco a poco ir mejorando la eficiencia, la productividad, la resistencia a plagas y enfermedades y la tolerancia a las fuentes de estrés de la agricultura en el país.

Según Tatis, lo detallado anteriormente hace a las matas más adaptable a condiciones adversas y competitivas; al tiempo que ha ido contribuyendo a reducir los costos de producción, incrementar la rentabilidad y mejorar Ias condiciones de vida las familias productoras y los trabajadores agrícolas.

Tatis habló en estos términos al participar en el primer seminario internacional titulado: Avances y retos de la industria semillera dominicana, donde participaron expertos nacionales e internacionales, provenientes de empresas semilleras y organismos gubernamentales.

Argumenta que la alianza duradera entre empresas semilleras del más alto nivel mundial con empresas locales que se han convertido en verdaderas promotoras de la tecnología agrícola, ha permitido con el paso de los años ir mejorando el desempeño y los indicadores de eficiencia en varios de los principales cultivos de la agricultura dominicana, principalmente en el sector de hortalizas.
Asimismo, resaltó que a pesar de los avances Iogrados en los últimos años la agricultura dominicana enfrenta múltiples desafíos para su supervivencia.

“El proceso de eliminación de los aranceles de importación que pesa sobre múltiples rubros agropecuarios nos enfrenta a una encrucijada mortal: tecnificarnos o desaparecer. Sólo con empresas agrícolas tecnificadas, con visión capitalista y articuladas con el mercado internacional, podremos mantener y mejorar los aportes del agro dominicano en términos de generación de riquezas, creación de fuentes de empleo, generación de divisas por su exportación, entre otros importantes aportes que realiza a la sociedad dominicana el sector agropecuario”, apuntó.

Precisa que en lo que concierne al sector de semillas hay dos obstáculos principales que es necesario derribar. Por un lado, señala, la obsoleta ley de semillas que posee el país, data de 1971, y que hoy en día se ha constituido en un obstáculo para el desarrollo de la cadena semillera y la puesta a disposición de nuestros agricultores de semillas de calidad certificada correspondientes a las variedades mejoradas y creaciones Fltogenéticas que estén siendo utilizadas por nuestros competidores en otras latitudes del planeta.

Por otra parte, “el alarmante aumento del contrabando de semillas de marcas registradas con que esté siendo azotado el mercado interno, que constituye al mismo tiempo una estafa contra el agricultor y una afectación a los intereses de las empresas semilleras. Esta situación constituye un grave problema al que hay que ponerle coto de forma inmediata en el país. Da pena vernos en esta triste situación de que nuestros agroempresarios, que han
creído y apostado por la agricultura competitiva y sostenible, terminen defraudados y alejados del campo dominicano”.