Construcción de polémico gasoducto Nord Stream 2 se reanuda en aguas alemanas


La construcción del polémico gasoducto Nord Stream 2, que transportará gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico, se reanudó este viernes en aguas alemanas con el barco de tendido de tuberías submarinas, “Fortuna”, registrado en Rusia, informó el consorcio del proyecto a los medios rusos.

El barco “Fortuna instalará una sección de 2.6 kilómetros de tuberías en la zona económica exclusiva de Alemania, a una profundidad de menos de 30 metros. Toda la obra se lleva a cabo de acuerdo con todos los permisos recibidos”, señaló Nord Stream 2 AG a la agencia rusa TASS.

Según Interfax, el “Fortuna” está acompañado por los buques logísticos rusos “Katun” y el Baltiski Issledobatel” (Investigador Báltico).

Los trabajos llevaban suspendidos desde diciembre de 2019, cuando la compañía suiza Allseas, encargada hasta entonces de la construcción del tramo submarino de Nord Stream 2, anunció su retirada definitiva del mar Báltico después de que Estados Unidos introdujera sanciones contra el proyecto gasístico.

Tras un año de pausa y búsqueda de otras alternativas, al final asumió Rusia el tramo final de la obra, tal y como había adelantado que haría si no se encontraba otra solución.

A finales de noviembre el consorcio Nord Stream 2 AG, con sede en Suiza y en el que están implicadas la rusa Gazprom, la francesa Engie, las alemanas Uniper y Wintershall, la austríaca OMV y la anglo-holandesa Shell, anunció sus planes de reanudar en diciembre el tendido de tuberías en la zona exclusiva económica de Alemania.

Hasta la fecha se ha completado el 94 % del gasoducto, que podrá llevar 55,000 millones de metros cúbicos de gas al año a Europa.

En Europa el gasoducto despierta inquietudes en varios países, sobre todo en el este del Viejo Continente, al considerar que incrementa la dependencia energética de la Unión Europea de Rusia.

Estados Unidos quiere frenar el proyecto mediante sanciones porque considera que el gasoducto refuerza a Rusia, crea riesgos para Europa al hacerle dependiente del gas ruso y amenaza la seguridad energética de Ucrania.



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